La gente no me quiere (4)

Llegamos al cuarto artículo sobre esta serie: la gente no me quiere. Son muchas las razones que puede tener alguien para sentirse así. En el primero de nuestros artículos comentábamos que es normal sentirse así pero que no siempre es un sentimiento real. Creemos que nadie nos quiere pero en realidad hay gente que se preocupa por nosotros. Tal vez en estos casos tendríamos que ser más específicos y decir: tal persona no me quiere. Sin incluir a los demás, a los que sí te quieren.

En el segundo artículo comentábamos algunas de las razones por las que muchas personas no son populares, no es que sean malas personas, pero sí que hacen cosas que molestan continuamente a los demás. En el tercero nos centrábamos en aquellas personas que aparentemente son muy sociables pero que en la intimidad se dan cuenta de que se sienten solos. Precisamente su problema es ser demasiado sociable, todos piensan que tendrá un amigo más cercano a él que esa persona. Querer estar en todos los grupos a la vez y quedar bien con todo el mundo implica no tener relaciones estrechas con nadie. Por eso este tipo de personas a pesar de tener mucha vida social se sienten solos. 

Hoy vamos a hablar de aquellas personas que parecen tener tanta seguridad en sí mismas que no dejan que los demás se les acerquen. Ellos no son conscientes de lo que hacen pero su lenguaje corporal es el culpable, por decirlo de alguna manera, de que la gente no se acerque a ellos. Si les preguntas a ellos te dirán que son sociables, simpáticos, que no hacen nada para ofender a los demás. Mientras que si preguntas al resto de la gente te dirán que esta persona tiene pinta de ser antipática, o que es altiva o que parece que mira a los demás por encima del hombro. Esto, amigos, es un problema de autoestima. Para esto tenemos un curso especializado que seguro que te ayuda: Cómo aumentar la autoestima.

Personas que parecen altivas o antipáticas

Detrás de muchas de estas actitudes encontramos algún tipo de complejo, miedo o trauma. Puede que cuando eras pequeño te hayan tratado mal en el colegio, lo que hoy en día se conoce como bullying. Puede que hayas tenido repetidamente mala suerte en los trabajos o que en varias ocasiones tu grupo de amigos te haya abandonado sin que tú lo termines de entender. Puede que la experiencia sea la que te ha llevado a mostrarte un poco desconfiado de los demás o a pensar que en realidad tú estás muy por encima de lo que ellos piensen de ti. 

Las personas que viven preocupadas de lo que piensan los demás van inseguras por la vida buscando la aprobación ajena. El caso contrario son personas que siempre actúan de forma independiente y que jamás tienen en cuenta la opinión ajena, por supuesto no buscan ningún tipo de aprobación. Esto se nota en la manera de actuar de cada uno, en el modo de mirar, de hablar de moverse. Si hablas dando por hecho que lo que dices es definitivo, se te notará en la voz y el lenguaje corporal, ¿para qué van a contestarte diciendo lo contrario?

Lo normal es que la mayoría de personas no entre en guerras que sabe que tiene perdidas, aunque así sea sólo entrará si el tema le preocupa demasiado. Si una cosa le afecta luchará por ella aún y a riesgo de perder. Pero para la mayoría de gente lo que tú hagas no les afecta o les trae sin cuidado, así que ¿para qué van a entrar a discutir con alguien que lo tienen todo tan seguro sobre nada?

Este tipo de personas no tiene relaciones demasiado cercanas con la gente. Como decía a todo el mundo le da la sensación de que no necesitas a nadie, de que sus opiniones te tienen sin cuidado, que su compañía tampoco te preocupa tanto… ¿qué haces cuando una de esas personas se va de tu lado?

Habitualmente demuestras que no te importa, que a ti no te afecta. Aunque por dentro no lo entiendas, sientas que nadie te quiere y creas que te vas a desmoronar, por fuera estás impasible, finges que no te preocupa que si lo que quieren es hacerte daño no lo van a conseguir.

No muestras tus debilidades, crees que cuando alguien las conoce las aprovechará para hacerte daño. Está claro que es un riesgo que se corre, pero también es un modo de demostrar que somos humanos, imperfectos, que somos conscientes de nuestras limitaciones, que nos aceptamos como somos y que, tal vez, intentamos cambiar.

Esto, es algo que vemos habitualmente en la tele o en el cine. Un personaje que hace de malo no nos caerá bien a no ser que tenga alguna característica que lo conviertan en persona y por la que podamos sentir simpatía y empatizar con ese personaje.

Con las relaciones entre personas pasa lo mismo. Puedes ser alguien muy agradable, tener buena conversación, no quedar mal con nadie cuando te piden favores… Pero si tu actitud es siempre altiva, un poco distante y como superior o alejada de los demás, los demás no encontrarán nada para empatizar contigo, para sentir que te pareces a ellos en tal cosa o en tal otra. Para sentirse cerca de alguien es necesario que le entendamos.

Así que mi recomendación a este tipo de personas que por pura precaución y defensa van por la vida con una actitud altiva, aún y sin hacerlo conscientemente, es que cuiden con:  Cómo aumentar la autoestima y de su lenguaje corporal puesto que están dando a ver una imagen de ellos que no es la que quieren que se corresponda con la realidad. Tener miedo nos puede hacer parecer altivo y frío, y eso se reflejará en nuestro lenguaje corporal. Trabaja ambas cosas y aprende a acercarte a la gente de forma más relajada. No te preocupes por si te ven algunos defectos, todos los tenemos. No los vayas contando pero no trates de parecer perfecto e imperturbable.