Todos hemos conocido la historia de alguien enamorado que, aunque no lo quisieran, luchaba con todas sus fuerzas durante meses e incluso años para que la otra persona lo quisiera. Es probable que incluso tú te veas reflejado en esta historia de algún modo.
La diferencia entre el que persigue durante meses y el perseguido, no está en lo físico, hay que ir más allá de lo básico, de lo que cualquier tonto puede ver a simple vista y debemos centrarnos en lo inteligente, en lo que marca la diferencia.