Muchas personas se preguntan cómo se lo hacen aquellos que son capaces de liderar un grupo de trabajo, un equipo o lo que sea sin tener el título oficial de «jefe». El jefe es el líder por definición, por tanto tiene poco mérito que todo el mundo le haga caso. Lo que la gente admira de verdad son aquellas personas que consiguen liderar a los demás sin tener el apoyo de la jerarquía. En casi todas partes hay líderes, unos son los oficiales, es decir: los jefes, y otros los que realmente gustan a la gente y que son capaces de motivar y conseguir cosas del grupo, sin que el grupo tenga la obligación de obedecerles. Esto es liderar aunque no seas el jefe.
Ser un buen jefe es un trabajo en sí mismo, puedes ser jefe y no ser bueno, para ello tienes que ser un buen líder y comprender las características del grupo al que diriges. Como decía, es posible ser líder sin ser jefe y para muchos es más fácil llegar a las personas ya que no imponen su opinión sino que aportan cosas buenas al grupo. Para ser un líder sin ser un jefe tienes que tener buenas dotes de liderazgo y conocer perfectamente la materia en la que quieres liderar, las emociones de la gente y el tipo de personas al que vas a encabezar.
No estaría de más que estos consejos se los aplicaran los jefes, aunque como decía ellos cuentan con el respaldo de la autoridad oficial, así que si quieres ser un buen líder aunque no seas el jefe te recomiendo seguir nuestro vídeo curso en el que te enseñaremos Cómo liderar, liderazgo carismático. Si lo haces bien y te conviertes en el líder natural del grupo es mucho más fácil que algún día llegues a ser el jefe, en este u otro departamento o equipo.
Para ser un buen líder tienes que llevar a cabo una serie de buenas prácticas que conseguirán que conectes bien con el grupo al que quieres liderar. Es bueno que refuerces cada una de ellas por separado para conseguir un éxito completo. Muchas de estas prácticas te ayudarán a entenderte mejor con la gente, a trabajar mejor en equipo y aprender a liderar en cualquier parte. Si las practicas y consigues que formen parte de tu modo de hacer las cosas, poco a poco verás que la gente empieza a tenerte más en cuenta, a respetarte más y a seguir tus consejos e indicaciones.
Un buen líder, lo hemos dicho por activa y por pasiva en este blog tiene que tener grandes dotes comunicativas. De nada sirven las ideas o el conocimiento si no eres capaz de comunicarlas y de hacerte comprender. Lo primero que hay que hacer es conseguir la seguridad necesaria para transmitirla, ya sea a través de tus palabras o de tu actitud. Es muy recomendable que domines el lenguaje corporal, no sólo para ganar seguridad y saber demostrarla sino para saber interpretar las reacciones de los demás y comunicarte mejor con ellos.
El conocimiento de la materia en la que te mueves es básico para ganarte el respeto de los demás. Pero no vayas por la vida dando lecciones, por favor, aprende a comunicar adecuadamente (como veíamos en el punto anterior) y de forma respetuosa sin imponer tu opinión. Lo bueno de esto es que el conocimiento quedará patente en tu forma de hacer las cosas. Mejor actuar y demostrar con el ejemplo que decir lo que los demás tienen que hacer sin demostrar antes que sabes lo que dices.
En este sentido es mucho mejor actuar como una persona segura y competente, pero no un sobrado ni un repelente, y dejar que sean los demás los que se dan cuenta de que dominas el tema y te pidan ayuda y consejo.
El siguiente punto habla de tu relación con los demás: tienes que ser generoso y paciente a partes iguales. Si te piden consejo enseña y ayuda hasta que cada uno llegue a dar lo mejor de él, no te cuelgues las medallas, tú podías tener el conocimiento pero el empuje y las ganas lo ha puesto la otra persona, valora siempre el esfuerzo de todos y aprende a felicitarles y a aprender de los demás.
Es imprescindible que un líder siempre esté dispuesto a aprender y a mejorar, por eso es el mejor, porque no se conforma con lo que sabe o puede hacer y siempre trata de mejorar. La diferencia entre el líder y el jefe en este caso es que el líder disfruta haciendo y el jefe delegando.
Si quieres liderar tienes que demostrar que tú eres capaz de hacer lo que pides y que eres el primero en esforzarte para conseguirlo. Así que un líder no es una persona a quien asusta trabajar ni tampoco una persona a quien asustan los retos. Serás el primero en ponerte a trabajar y mostrar con tu ejemplo que hay ilusión, ganas y energía para hacer las cosas. Si consigues hacerlo con buen humor y transmitirlo al equipo todo fluirá mucho mejor y no querrán dejar de trabajar contigo.
Además un buen líder es una persona creativa y con capacidad para reconocer los puntos fuertes de los demás. Te recomiendo que aprendas a hacer sentir bien a los demás encargándoles cosas complicadas, no como castigo sino como premio. Delega y distribuye el esfuerzo de modo que todos se sientan compensados y recompensados.
Si el jefe es un mal jefe pero en el equipo hay un buen líder el trabajo se puede hacer de forma más agradable. Sería genial que además pudieras comunicarte bien con el jefe para hacer de mediador entre él y el equipo, pero siempre representando al equipo y no al jefe, así no perderás el favor de tus compañeros.
Si quieres tener más explicaciones sobre lo que es el carisma y cómo aplicarlo al liderazgo te recomiendo nuestro vídeo curso Cómo liderar, liderazgo carismático con el que no sólo aprenderás a liderar sino que podrás convertirte en una persona carismática, cosa que te ayudará en otras facetas de tu vida.
Estoy interesado en el curso actualmente tengo un grupo de trabajo al que quiero manejar de la mejor manera posible donde ellos y yo podamos sentir un ambiente de trabajo agradable