Noche de miedo: La realidad y el sueño

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Nota: El siguiente texto son hechos reales que me han sucedido el pasado sábado noche 4 de abril de 2008.

Noche de miedo

Me encontraba en la cama, en la casa de mi novia. Ella hacía poco que se había ido a dormir a otra habitación y como de costumbre me había desvelado.

Estaba todo oscuro y empezó a darme mal rollo. En estás ocasiones ocurre siempre lo mismo. Te levantas, enciendes la luz y nunca hay nada. Lo que más mal rollo me da de su habitación es que tiene el espejo enfrente de la cama. No creo que nada sea más terrorífico que tener un espejo enfrente de la cama. Es como estar en una película de miedo, ahí en medio del cine, con los brazos cruzados, sujetándote la boca y preparado para recibir el susto.

Te despiertas, abres los ojos y ahí en la oscuridad ves algo que se mueve, y tu todo cagado hasta que te das cuenta de que es tu reflejo en el espejo y piensas: «puto espejo«. Ahí es cuando opto por taparme con la manta hasta arriba para proporcionarme una falsa seguridad, ya que las mantas no son ni aprueba de balas, demonios, ni cuchillos. Pero en fin, todo el mundo hace eso, si estás en tu habitación y oyes algo lo primero que haces es mirar e independientemente que veas algo o no rápidamente te tapas con la manta hasta arriba.

El espejo

Pues yo, después de taparme con la manta me levanto y me sitúo enfrente del espejo, lo hago algunas veces antes de abrir la luz. Lo he hecho también en muchos otros espejos, tanto de día, de noche como en el mediodía. A veces quiero que el espejo me conteste o me coja y me meta dentro del espejo o que con una voz tenebrosa diga: «OYE, SOY EL DIABLO, ¿CÓMO ESTÁS?«.

No se son cosas impactantes que merecen la pena vivir, al menos millones de películas de cine nos dan a entender que si vivimos en un mundo mágico cómo Harry Potter o el señor de los anillos seremos muy felices, y preciasmente vamos a ver películas de miedo porque en el fondo nos gustaría qué unos acontecimientos así extraodinarios nos cambiaran la forma de ver el mundo, de apreciar la vida, queremos ser objeto de algo fantástico por muchas consecuencias negativas que eso nos pueda aportar. Y por eso a personas como a mí nos encantan las películas de miedo, al ver la película nos metemos de lleno papel y pensamos: «me encantaría vivir algo así«.

Aunque muchos lo nieguen de forma inconsciente desearían vivir su propia película fantástica, serían diferente a los demás, habrían vivido cosas extraodinarias que los demás humanos ni imaginan. Pero si algo es cierto es que nunca pasa… Nunca pasa algo extraodinario, no existen ni los fantasmas ni nada, abres la luz y es la silla con tu chaqueta puesta encima, te miras en el espejo y le suplicas a tu reflejoque te hable y no lo hace. «Venga mamon, eres un fracasado, háblame«. Y tu reflejo nunca contesta.

Esta noche ha cambiado

Sin embargo esta noche he vivido algo que nunca antes hubiera imaginado posible y desde luego es algo que nunca antes había vivido. Recuerdo un capítulo de House dónde le pegan un tiro, y luego sigue curando a pacientes como si nada, y mientras lo hace piensa: «es ilógico esta situación, ¿estoy soñando?» y para comprobar si soñaba o no, se carga un paciente abriéndolo en canal. Por suerte para él y para el paciente estaba en un sueño, inconciente por los dos tiros que le habían pegado.

Pues ahí me encontraba yo, en medio de la oscuridad, con las persianas y las puertas cerradas. Mi novia en la habitación de al lado y su hermano en la otra. Nadie más. Levantado, me sitúo enfrente del espejo y antes de ir a encender la luz me acerco más y más a mi reflejo, cara a cara, ocomo tantas veces he hecho y nunca ha pasad nada. Y de repente unos enormes ojos rojos se le iluminan a mi reflejo, una imagen espectral.

La primera vez que me ocurre. El miedo invade mi cuerpo y lo noto, se que es el diablo, es un demonio, nose porque pero lo sé, con todo el miedo recorriéndome el cuerpo salgo corriendo, abro la puerta y grito: «aaaaaaaaaaah, venid«. Y rápido pienso: «estoy en un sueño, estas cosas nunca ocurren«. Es ilógico, esto nunca ocurre, estoy en un sueño pienso. Y en ese momento soy muy consciente de los sueños y descubro cosas trasendentales sobre ellos.

La realidad y el sueño

No puedo distinguir la realidad del sueño, pero se que estoy en un sueño, soy muy consciente, me resulta increíble que todo lo que veo en el sueño es terriblemente nítido, estoy igual que como si estuviera en la vida real, puedo pensar y lo veo tan claro como en la vida real. La única forma que tengo de saber que lo que ha ocurrido es un sueño es porque es ilógico, por nada más. En mi real-sueño cierro los ojos y pienso: «Es un sueño, despierta«, «es un sueño, despierta«. Y al rato abro los ojos en mi cama, me levanto y me miro en el espejo, no hay nada. Abro la luz, vuelvo a mirar y nada. Estoy ya despierto por fin, cierro la luz y luego no recuerdo nada. Lo único que se, es que eso también era un sueño.

Había despertado de un sueño, dentro de un sueño y todo lo había soñado. ¿Cómo lo se? Lo supe cuando me desperté. Ahora soy consciente de cómo actúa el cerebro, si el cerebro no se encargara de clasificar los recuerdos y sueños en mi mente ese sueño habría sido tan real como un recuerdo porque os aseguro que cuando fui consciente del sueño no sabía exactamente si lo era, solo lo intuía porque la situación era ilógica, pero lo sentí tan vivio y con tanta realidad como ahora mismo, que estoy escribido delante del portatil.

Lo único que diferencia un sueño de un recuerdo es dónde almacena el cerebro esa información. Algunas personas almacenan los recuerdos y los sueños en el mismo sitio, a esos se les llama: paranóicos, esas personas no saben distinguir los sueños de la realidad, si fuera uno de ellos creería que lo que me ha pasado esta noche era real y no era un sueño.

Sabiendo esto soy muy consciente del poder que tienen los sueños, cuando soñamos podemos llorar, sentirnos mal y hasta muy cabreados con alguien y eso es porque aunque no te des cuentacuando sueñas, ves, oyes, sientes y hueles tan intensamente como lo haces en la vida real .

Cuando estaba soñando todo era exactamente igual que ahora, exactamente igual. Es como si ahora, mientras escribo me doy cuenta que mi portatil cambia de forma y en mi habitación hay duendes verdes. Si ocurriera eso pensaría: «esto es un sueño, no es real«.

Me concentraría y pensaría: «Despiértate, es un sueño«. Pero yo no tengo la seguridad de que es un sueño porque pienso, veo, siento y oigo igual que si fuera la vida real. Pero si la realidad de un sueño es tan potente… ¿como sabemos que no estamos todos empotrados en una cama tipo Matrix y que únicamente nos comunicamos por una red inalámbrica dónde se conectan todos los cerebros.?

Todos viviríamos el mismo mundo porque todos los cerebros se conectan al mismo mundo por una red inalámbrica. Y todo es tan real como la vida real o quizás la vida real es más real pero no lo sabemos.

Un mundo más allá

Lo que quiero decir es que filtramos el mundo por pensamientos, lo que oímos, sentimos, vemos y olemos, pero hay otros muchas cosas que no vemos, una cuarta, quinta deminesón, un sexto, séptimo y octavo sentido tal vez nos dejaría acceder a eso que no conocemos.

Está claro que este mundo de ahora es real. ¿Pero qué hay más alla? Mundos paralelos, nuevas dimensiones que no somos capaces de percibir porque nuestro cerebro no está adaptado a ello. Es como un perro, un perro no puede hablar, no comprende que es hablar ya que su cerebro no está preparado para ello. Lo único que percibe son sonidos, pero no sabe que esos sonidos tienen sentidos definidos. Que una d, no es lo mismo que una s.

Lo máximo que puedes enseñarle un perro es provocarle respuestas mediante anclajes. Pero no tiene la capcidad del habla porque su cerebro no lo asimila.

El otro día vi un documental sobre todo lo relacionado con el universo y la verdad es que es impresionante. Un dato curioso son los agujeros negros que absorben todo lo que les rodea y no se sabe que hay dentro de sos agujeros negros.

Hay tantas cosas nuevas por descubrir…