Los trenes pasan más de una vez

© Jarle «Speedemon08» Dixon

Hace unos días hablábamos de la vida y las oportunidades que nos da, cómo es bueno saber ver que la vida es una lista prácticamente infinita de posibilidades. Tienes opciones mientras estás vivo así que aprende a verlo de esta forma. La felicidad es algo que se siente, que se disfruta. La pena es que muchas personas viven tan pendientes de la felicidad que esperan que llegue con grandes letras luminosas y con un aviso gigante. Y eso no es la felicidad. La felicidad se siente de forma mucho más pausada, la alegría sí que puede tener un componente explosivo, pero cuando uno es feliz no está todo el día por las nubes, de subidón.

La felicidad es un modo de ver la vida. Es algo que puedes elegir, algo que puedes decidir. Por eso el éxito en tu vida no puede depender de un solo factor. Si la felicidad es tener éxito tienes que ser capaz de ver cómo de exitoso eres en muchas de las facetas de tu vida. ¿Vives en un sitio bonito? Estupendo, podemos decir que tienes éxito. Es una razón para ser feliz. ¿Tienes amigos que te quieren? Fantástico, aunque sean pocos es importante sentirse querido para ser feliz. ¿Tienes una familia que se preocupa por ti? Estupendo. Muchas personas no necesitan nada más para sentirse felices.

Ahora bien, el éxito para muchos viene determinado en función de si se cumplen nuestros sueños. No dejes que eso sea tu única unidad de medida. Es decir, aprende a valorar todo lo que tienes y que la consecución de tus sueños no sea más que otro elemento en el algoritmo que calcula tu felicidad. Luchar por los sueños puede ser todo lo que necesitas, si para ti es muy importante ver tu sueño cumplido y crees que nada en el mundo te hará más feliz, tienes que ponerle todo el empeño del mundo, todas las ganas y más, hasta conseguir lo que te propones. Te recomiendo que leas nuestro libro Lucha por tus sueños en el que aprenderás técnicas de motivación y maneras de lograr conseguir tus sueños.

Para empezar te diré que no solo hay un camino para llegar a un lugar. Siempre hay más de una vía de acceso, aunque una o varias de ellas no sean practicables para ti. Imagina que puedes llegar a la cima de una montaña escalando una pared, también podrías llegar por el aire si fueras un pájaro o si te dejara allí un helicóptero. Así que aunque creas que no son posibles, siempre hay más de una forma de llegar a los sitios. Puede que tengas que prepararte para poder ascender a la montaña por las vías menos transitadas, nadie dijo que llegar al éxito fuera fácil.

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Lo que está claro es que tienes que tomártelo como una suma  de oportunidades, como dijimos en el artículo publicado a finales de julio, la vida siempre presenta una oportunidad tras otra.

En aquel artículo empezamos a usar la metáfora que usa mucha gente para hablar de oportunidades: el tren. Muchos dicen que los trenes pasan solo una vez y que no puedes perder la oportunidad. No hay nada, o casi nada en la vida, que suceda únicamente una vez. Además, aunque así sea no significa que no puedan sucederte otras cosas parecidas o mejores.

Imagina que el tren al que nos referimos es el del amor. La persona a la que amas ahora mismo va a irse a vivir a otro país. Si no subes a ese tren perderás el amor. De acuerdo, pero detrás de ese tren llegará otro, en forma de otro amor. No vivirás esa relación con esa persona pero puedes vivir otras que pueden ser mejores. O no, serán diferentes, pero no por ello menos importantes. Lo son, existen, por tanto no quieras creer que detrás de ese tren no va a venir ningún otro. Tengo una amiga que siempre hace broma diciendo que ella no corre jamás ni detrás de un tren ni de un hombre, que al cabo de cinco minutos siempre aparecerá otro y pasa de que la pille sudando. Pues eso.

Los trenes de la vida pasan constantemente. Puede que dejes pasar a uno que te hubiera llevado a un lugar estupendo pero no sabes qué va a venir detrás. Así que no te atormentes por no haber subido a tiempo a un tren determinado. Piensa que como en cualquier estación, por la vida pasan muchos trenes, algunos van al mismo lugar, con recorrido exactamente igual, así que puedes elegir cuando te subes. Otros pasan una vez al día pero sabes que al cabo de 24 horas tendrás otra oportunidad. Incluso aquellas estaciones en las que solo pasa un tren cada ciertos meses, siempre vuelven a repetirse. Y si han cerrado tu estación múdate a otra y sigue buscando trenes.

Déjame insistir en que la vida es una suma de oportunidades, una tras otra, sin descanso. Solo se trata de saber verlas, de saber escogerlas y de aprender a aceptar que no siempre vamos a llegar a donde queremos. El éxito es un premio muy ansiado que lo significa todo, por tanto cuando no conseguimos el éxito sentimos que no tenemos nada. Pero no es cierto. Ni el éxito lo es todo ni el fracaso significa no tener nada. El éxito llegará, después de una suma de muchos fracasos, en los que, como siempre digo, tienes que aprender algo nuevo cada vez. De tus errores y de tus aciertos. Un fracaso puede llegar por no ser el momento adecuado para intentar algo no porque no lo hagas bien, o puede ser el momento y tú no estar acertado. Pero si has estado bien y lo sigues probando seguro que llega un momento en el que aciertas el timing. Además, no estar preparado no significa que no puedas aprender y mejorar. El espíritu crítico y la autoconstrucción pasan por eso. Aprende a intentarlo, a detectar oportunidades, a aprender a crear oportunidades, a sacar conclusiones de tu fracaso y consigue que cada vez que lo intentes estés un poco más cerca de tus sueños. Te enseñamos a hacer todo esto y mucho más en nuestro libro Lucha por tus sueños.

 

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