El estrés y la asertividad

Dicen por ahí, la mayoría de los estudiosos, que el estrés se ha convertido en una de las enfermedades más preocupantes de los últimos años. Verdaderamente, cuando estamos estresados, sentimos una serie de circunstancias que, particularmQuién dijo aglomeraciónente, no nos gustan nada. Ansiedad (la tan temida ansiedad), agobios, sensación de falta de aire, ahogo, obsesiones.

Todas estas pequeñas situaciones convierten nuestro estado de ánimo en una auténtica bomba de relojería. Nuestro sistema nervioso parece una verbena de feria, y no encontramos la tranquilidad por ninguna parte. Estamos metidos en una dinámica tan complicada, que nos resulta imposible salir de ahí, por más que lo intentamos.

Estrés versus asertividad

Pero el estrés puede tener otras puertas de entrada. La relación con las personas también nos puede producir estados estresantes que nos lleven a las mismas situaciones que las anteriormente citadas. En alguna que otra ocasión hemos oído decir «esta o aquella persona me estresa, me saca de mis casillas». Todo esto es porque no entrenamos ni ponemos en práctica nuestro sistema asertivo. La asertividad bien ejecutada puede llevar a decrecer el nivel de estrés que nos produce el trato con los demás. Muchos casos nos pueden situar en una situación estresante. Desde aquella persona que nos saca de nuestras casillas, o la intimidación de nuestro jefe, la timidez ante una chica o chico, o el momento en el que no sabemos o dudamos en hacer algunas cosas.

Y es que no hay personas que sean asertivas por naturaleza, ni mucho menos al contrario. No nos debemos avergonzar por no sentirnos asertivos. No es un defecto, en absoluto. El sentirnos estresados ante alguna de las situaciones del segundo párrafo no nos deben convertir en seres raros o anormales. Yo diría que, sentirnos así, es lo más normal del mundo. Lo único que tenemos que hacer es mejorar esas situaciones, y entrenar para que no nos provoquen esos agobios y ese estrés que tan poco nos gusta.

¿Inseguro?, ¿tímido?, ¿baja autoestima?…

Precisamente, una de las sensaciones que se nos presenta al tener poca asertividad, es de inseguridad. La inseguridad nos atrapa y nos inmoviliza, nos hace sentirnos inferiores. Nos mantenemos en silencio en cualquier reunión importante, porque tememos que nuestras opiniones sean banales; no nos atrevemos a entrarle a aquel chico o aquella chica, porque la inseguridad se convierte en timidez, y no creemos en nuestras posibilidades. No sabemos anteponer nuestras prioridades, y ante cualquier situación difícil en nuestro trabajo, nos venimos abajo, y las tareas futuras siempre nos saldrán mal, por culpa de nuestra inseguridad y la destrucción de nuestra motivación.

La persona asertiva es aquella que ofrece su opinión sin pensar que no pueda resultar interesante, aquella persona que siempre se plantea cualquier posibilidad desde un punto de vista positivo, pensando que es una persona segura que confía en sus posibilidades en todos los sentidos. Y podemos decir que no cuando queremos decir que no, y decir sí cuando queremos decir
Ser una persona asertiva significa estar más relajado, tener una mayor tranquilidad en la mayoría de las situaciones sociales, y convertir el estrés en algo un poco más lejano, algo que no nos incumbe demasiado.

Analiza tu personalidad

Podemos analizar las situaciones sociales que nos incomodan en nuestra vida diaria, y analizar también cómo las acometemos. Sería interesante pararnos un poco a ver cómo actuamos ante situaciones difíciles. Ver de qué manera buscamos las soluciones, o si nos estancamos en el estrés. Ver si nos sentimos cómodos en las conversaciones de los amigos, qué hacemos cuando estamos en una discusión y nos piden nuestra opinión, ¿damos la que esperan que demos, o expreso las opiniones que creo, a pesar de que sería estar en contra de todos?.

Podemos hacer estos análisis en la tranquilidad de casa. Cada día, podemos ver si nos han salido al paso situaciones de este tipo, y escribir un guión sobre cómo hemos reaccionado ante tal o cual caso. La intención es conocer nuestra personalidad, saber si nuestra asertividad es suficiente para salir de las situaciones difíciles. Aunque nos cueste, tenemos que probar a decir que no cuando queramos decir que no, expresar nuestras opiniones, aunque sean contrarias a los que consideramos «maestros». Sería la mejor forma de encontrarnos a nosotros mismos, progresar nuestra personalidad, e ir eliminando poco a poco las asperezas que no nos dejan crecer como personas.

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4 respuestas a «El estrés y la asertividad»

  1. hola

    Me parecio este articulo muy interesante, tocas un tema importante

    porque la mayoria de las personas nos estresamos con casi todo lo que hacemos en el dia.

    Yo tambien eh pensado que la personalidad tiene mucho que ver con la asertividad, si eres timida(o), te afecta porque te cuesta mas trabajo relacionarte y esto aveces agobia y como comentas tus, estos se vuelva una bomba de tiempo porque la unica manera de sacar ese estres es convertirnos en personas que no pueden expresar lo que se quiere y piensa.

    gracias por tu articulo, espero estar de vuelta.

    cuidate y sigue publicacion cosas muy interesantes.

    atentamente: Gaby

  2. Es un tema muy interesante, ya que si contrarrestamos el estrés, estaremos resolviendo, conviviendo e integrándonos a la sociedad y no mantenernos aislados como lo hacen las personas tímidas.

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