Hay ocasiones en las que creo que el verdadero enemigo de las relaciones en general, incluyendo a las sentimentales, es sin lugar a dudas el ajetreo del mundo moderno y es que a diario vivimos todos, tantos hombres como mujeres las presiones del trabajo.
Reuniones con gente aquí y allá y por lo general al llegar a casa seguimos maquinando sobre nuestro empleo, aún mientras saludamos a nuestra pareja un beso de mala gana en la mejilla y seguimos revisando correo o nuestro teléfono móvil por «si acaso algo pasa», como si se fuera a acabar el mundo si no atienden alguna emergencia laboral.
Estas situaciones son bastante dañinas, estas practicas hacen que se deterioren los lazos que unen a las parejas, llegando a estancar la relación, se deja de crecer afectivamente y casi sin darse cuenta pasan los años y al final son dos amigos los que viven juntos en una casa y comparten gastos, pero claro ese es el cuadro más triste que se puede evitar por cierto.
Así que como pareja y amigos de ustedes nuestros lectores, les damos consejos que puedan seguir en ciertas situaciones, tratar de hacer más fácil su vida de pareja y también hacerla más funcional. Les dejamos un tip que aprendimos hace un tiempo, y que honestamente no puedo decir que lo hagamos todos los días de forma constante, pero si buscamos el tiempo necesario para dárnoslo entre nosotros, de hecho la recomendación terapéutica es que sea en el lecho nupcial (cama matrimonial), en donde ambos acuerdan durante cinco minutos hablar sobre sus respectivos días de trabajo, experiencias y las cosas que sucedieron en la ausencia del otro.
La comunicación es la base de toda buena relación, si bien no somos tan constantes como quisiéramos si los hacemos un mínimo de 3 veces por semana y el lugar ideal es en la hamaca, justo antes de dormir (a mi novia Yami no le gusta dormir en cama). Los días que no trabajamos de noche en la radio y estamos más descansados, aprovechamos el silencio y la oscuridad para poder hablar, nos damos nuestros cinco minutos para decirnos que hicimos y que esperamos hacer. Aunque muchas veces llegamos a la hora o mas tiempo y es que cuando logran desarrollar esta actividad y le agarran el gusto el tiempo vuela y muchos problemas se pueden resolver.
Si bien es cierto que como pareja compartimos trabajos en común y ciertas expectativas laborales, no es del todo recomendable que esta plática nocturna gire sólo en torno al trabajo, mucho menos a volcar en nuestra pareja reproches, problemas. Si tienen hijos tampoco es recomendable que este tiempo se use para hacerle saber todas las travesuras o malos comportamientos de los diablillos.
Si están dispuestos a incluir estos cinco minutos de charla en su vida diaria, aprovéchenla para beneficiarse de ella y no comenzar discusiones que no nos llevarán a nada bueno; es recomendable que en esta platica hagamos un recuento de las cosas que hemos disfrutado juntos, de los buenos momentos y de esas horas de pasión que hemos compartido.
Pues de esta manera recordaremos esos pequeños momentos que han fortalecido nuestra relación, con lo cual afianzaremos los vínculos que nos mantienen unidos, pues muchas veces nos dejamos llevar por la cotidianeidad y nos dejamos envolver por la enceguecedora costumbre, con las cuales nos insensibilizamos a la convivencia con nuestra pareja, llegando tal vez al punto de no valorar esas pequeñas cosas que dan felicidad a nuestras vidas.
Así que aprovechen de unos minutos de intima comunicación, en donde además de reconectarse verbalmente con nuestra pareja, afiancemos el vinculo corpóreo y de cercanía mediante un estrecho abrazo mientras exploramos nuestras vivencias pasadas con la intensión de disfrutarlas más en el futuro.