Cuando nos enamoramos no podemos evitarlo… lo mejor de nosotros sale, la cara más amable y dulce.
Podemos ser muy bordes o tener un mal día, pero si a esa persona la amamos, ya nos puede haber mordido un cocodrilo que le sonreiremos y trataremos de que esté lo mejor posible, para que así nos quiera y ame más.
Pero ese mismo comportamiento que sientes y que no moderas, esas ganas de ser sumiso e idolatrar a la otra persona, son uno de los motivos por los que se acaba alejando de ti.
Porque no le das la oportunidad de enamorarse y de sentir esos sentimientos contigo al dárselo todo hecho. Y cuando esto sucede, empiezas a buscar técnicas y formas de que te haga caso, cualquier cosa vale si te presta un poquito de atención.
Entrar en juegos no suele ser la solución. Aunque en muchos de mis vídeos y artículos te enseño a usar técnicas y estrategias, quiero que sepas que lo que te diré a continuación es una excelente opción a elegir.
Porque al final desgastas demasiado tu tiempo, autoestima y hasta salud mental como para que merezca la pena.
Siempre vas a tener que esforzarte y buscar la forma en la que te haga caso, y esto te recuerda a ti mismo que no eres lo suficientemente bueno para que te aprecie y se enamore de ti.
Y esto te lo recuerdas cada día y cada noche, al levantarte y al acostarte, cuando ves que tienes que hacer un esfuerzo desmesurado para llamar la atención de la otra persona.
Todo esto aniquila totalmente tu autoestima.
Siempre que tengas que hacer piruetas para que alguien te valore o te haga caso es que no vale la pena seguir ahí.
Esa persona sabe que aguantarás lo que sea y seguirás ahí, y eso es lo que le impide valorarte. El saber que haga lo que haga nunca te perderá es el motivo por el cual no se mueva por ti.
¿Quién iba a trabajar si le dieran un sueldo vitalicio de 10 mil dólares mensuales? Muy pocos.
¿Por qué tú actúas así entonces? ¿Por qué sigues dándole todo y no se tiene que esforzar por ti en prácticamente nada?
Y puede que te tranquilice el hecho de pensar que “en realidad es buena persona”. Pero el ser humano, sea quien sea y venga de dónde venga. tiende a ABUSAR DEL PODER.
Y tú le has entregado todo tu poder en cuanto sabe que ni siquiera tiene que amarte para que estés como loco detrás de él, esperando lo que haga falta y escalando la montaña más alta con tal de tenerle un ratito.
¿Conoces el experimento de Stanford? Pusieron la mitad de una clase de universitarios como presos y al otro como guardas, sin normas. Tuvieron que parar el experimento a los pocos días porque los “guardias” empezaron a abusar cruelmente de su poder.
Y el ser humano es lo que hace cuando le das poder ilimitado sobre ti, por muy buena persona que sea, tiende a abusar.
Pero vamos a ir un poco más allá, vamos a plantearnos las preguntas clave…
¿Cómo va a ser la persona indicada si tú aportas todo y desgastas toda tu energía?
No puedes aceptar cosas de una persona que cuando te imaginas cómo quieres una relación, esa persona se comporta precisamente de la forma en que JAMÁS ACEPTARÍAS CUANDO IMAGINABAS CÓMO SERÍA UNA RELACIÓN CONTIGO.
Empieza a pensar menos en rogar, en necesitar, en golumear y pregúntate:
¿Tú que esperas de una relación?
Quieres alguien fiel, leal, que dedique su tiempo en ti. PUES NO ACEPTES MENOS QUE ESO. SÉ LO SUFICIENTEMENTE ADULTO, MADURO Y CONSECUENTE DE ABANDONAR UN BARCO QUE TÚ NO QUIERES.
¿Qué es lo que tú quieres de una relación? Pregúntatelo firmemente y empieza a comportarte consecuentemente.
A ir a por la relación que quieres, en vez de quedarte en una que odias cómo te trata.
Y lo curioso es que las personas AMAMOS a quien tiene valores firmes y una actitud congruente con lo que desea.
Cuando tú transmites eso y te comportas como tal, muchas personas que de otro modo no te valorarían, aprenden a valorarte y a ponerte en primer lugar.
Porque saben que si no es así, te pierden para siempre, porque no valen juegos, ni artimañas ni ignorar. Saben lo que quieres, y que si no te lo dan no hay forma de estar contigo.
Transmitir eso es lo más poderoso que existe. La clase de persona capaz de dejar A QUIEN SEA, si la relación no va hacia donde tú quieres. Es la clase de persona QUE NUNCA PIERDE.
Puedes perder una batalla, actuando así, pero una batalla mediocre que no llevaría a nada para GANAR LA GUERRA, PORQUE QUIEN SE VALORA Y SE AMA POR ENCIMA DE TODO, QUIEN SABE QUÉ RELACIÓN QUIERE Y NO ACEPTA MENOS QUE ESO, SIEMPRE GANA LAS GUERRAS y pierde las batallas que tiene que perder.
Pero si buscas ganar siempre, a costa de tu propia felicidad y autoestima, no puedes estar más equivocado, porque siempre pierdes, solo que tú todavía no te has dado cuenta.
Aprenderás cómo valorar más lo que realmente deseas de una relación, y no conformarte con menos de lo que deseas, con mi audiocurso de Cómo recuperar a tu ex. Si quieres ayuda personalizada sobre tu caso, te recomiendo usar nuestros servicios de coach personalizado.