Hoy vamos a acabar de rematar una lista de derecho que tienen todas las personas. En los dos artículos anteriores (lista de derechos 1 y lista de derechos 2) hablamos de los derechos de toda persona y vamos a ampliarlos con algunos derechos más que no siempre salen en la lista de los derechos de toda persona asertiva. Si quieres ir más allá, debes tener también en cuenta estos deseos que sumados a los anteriores suman 30 puntos que debes aprender a respetar y a tener en cuenta tanto en tu vida como en la de los demás.
Si eres una persona asertiva tendrás en cuenta las necesidades y los derechos de los demás y aprenderás a aplicar estos puntos en primera persona y a aceptar cuando los aplican los demás. Por ejemplo, si alguien está molesto contigo y quiere hablar del problema, deberás entender como persona asertiva que quiera hacerlo y que tenga derecho a hacerlo. No obstante como persona asertiva también puedes elegir no hacerlo, tienes derecho a no hacerlo. Tienes derecho a no ser asertivo y a no comportarte como es recomendable y tienes derecho a equivocarte.
Recuerda que la personalidad asertiva es el camino más rápido y más elegante y menos molesto a tus objetivos. El orgullo no tiene nada que ver con la asertividad y muchas veces deberás dejar las emociones de lado para poder trabajar en pro de tus objetivos. Si quieres saber cómo convertirte en una persona asertiva participa en nuestro audio curso Cómo ser asertivo.
Tercera parte de los derechos de toda persona
Como en los anteriores artículos esta lista de derechos se aplica a todas las personas. Es decir: tú tienes derecho a ser tratado así pero también los demás tienen derecho a serlo, por tanto tienes el deber de tratar a los demás siguiendo esta misma lista de derechos. Si la aplicas a los demás pero no la aplicas a ti mismo no estás siendo asertivo, del mismo modo que si sólo te la aplicas a ti mismo. Para ser asertivo es bueno contar con empatía, que es la capacidad de ponernos en la piel del otro y sentir, o tratar de sentir, lo que él o ella sienten.
18. Tener nuestros propios sentimientos y a ser los únicos que los juzgamos
No permitas que nadie te haga sentir mal por lo que sientes. Cada uno sabe lo que siente, si los demás no te entienden es por falta de información, de referentes, por falta de empatía… El problema no lo tienes tú. Lo que sientes no puede ser negativo. Si lo que sientes no te gusta es porque te indica algo que debe cambiar. Alguien que se siente mal por no ser buena madre, por ejemplo, lo que tiene que hacer es hacerle caso a ese sentimiento y cambiar su modo de actuar para mejorarlo. Así que nadie te puede hacer sentir mal por lo que tienes. No juzgues tampoco a los demás por lo que sienten.
Puede que no lo comprendas, que nunca te hayas visto en una situación similar a la que viven ellos y que aunque así sea, tú eres una persona distinta a la que le han pasado cosas diferentes en la via, por tanto tus experiencias pueden ser muy distintas de las de otro. Cada persona es lo que es por lo que ha vivido y por su forma de enfrentarse a las cosas. Así que aunque no entiendas lo que sienten los demás, no los juzgues.
19. Tienes derecho a protestar cuando alguien es injusto contigo
Si controlas el negativismo, si eres capaz de tolerar y superar la frustración, cuando sientes que alguien es injusto contigo tienes que ser capaz de decirlo. Hablo de negativismo y frustración ya que muchas personas que no tienen una buena gestión emocional y ven las cosas desde un punto de vista negativo suelen encontrar injusto el modo en el que les tratan.
Aunque tu punto de vista pudiera mejorarse gracias a una buena gestión de las emociones (te recomiendo nuestro libro Cómo convertirte en un maestro de las emociones) es bueno que hables de lo que sientes y de lo que encuentras injusto. Probablemente los demás no lo harán con mala intención así que les ayudará saber lo que sientes. Además si eres especialmente susceptible quien te conozca y te quiera bien sentirá útil tus explicaciones para poder ayudarte y tratarte como a ti te gusta, y sí, tenemos que tratar a los demás en la forma que ellos quieren que les tratemos, por poco que podamos, claro.
20. Tienes derecho a cambiar lo que no te gusta
Si es algo en concreto puedes luchar por cambiarlo. Hay una frase que me gusta mucho y que dice así: no seas parte del problema, sé parte de la solución. Así pues si algo no te gusta no te limites a quejarte sino haz algo que pueda cambiarlo o por lo menos que ayude a solucionar el problema. Hablarlo de forma amable y respetuosa puede ser un buen primer paso.
Nos quedan 10 derechos básicos todavía por analizar, así que te emplazo la próxima semana a leer el artículo de continuación, quién sabe, tal vez haya dos más… Es el verano de la asertividad. Espero poder ayudarte a entender de qué se trata y a cambiar tu forma de actuar, de pensar y de relacionarte con los demás. Para ser una persona asertiva tienes que gestionar bien tus emociones y tienes que ser capaz de no perder de vista tu objetivo. No sirve de nada intentar ser asertivo y decir las cosas de forma amable, sin ofender, si no sirven para acercarte a tu objetivo.
Si lo que quieres es quedar bien con la familia de tu novio, por ejemplo, y te lleva a su casa, que está decorada de forma horrenda, y te pregunta su madre: «qué te parece?» No le vas a decir que horrendo. Está claro que sonreirás y dirás, «tiene un toque muy personal». No hace falta que mientas si no soportas hacerlo, pero hay muchas formas de decir las cosas sin dar la verdad cruda. Aser asertivo te enseña a hacerlo. Si quieres tener una buena relación con la familia de tu novio, no puedes ser sincera. El objetivo es distinto a simplemente ser sincera. Para más información sobre asertividad y un entrenamiento específico participa en nuestro audio curso Cómo ser asertivo.
pero si alguien te pregunta que te parece tal cosa y le cotestas: tiene un toque personal, en realidad estás siendo falso.
no estás siendo falso, lo que pasa es que estás siendo político: tiene un toque personal (que a mi no me gusta), es el gusto de esa otra persona y ya…