Los gurús y maestros utilizan su fama para hacerse un harem de súbditos

PNL: Yo no soy mis acciones

Es muy diferente admirar el trabajo de una persona a admirarla a ella. Admirar a una persona roza la paranoia ya que las personas no somos dioses y comúnmente a la gente famosa se la trata como tal.

La PNL dice: «yo no soy mis acciones» y creo que esto es aplicable a todos los ámbitos de la vida. Un actor, un cantante no es sus acciones, por lo tanto podemos admirar sus acciones, no a ellos.

Aunque supongo que en cierto modo es normal que tras escuchar mucho a alguien, leerlo o verlo terminamos admirando un poco a esa persona cuando en realidad estamos admirando su trabajo.

Hitler: Un dictador con una fuerza de voluntad imparable

Advertencia: Quiero dejar bien claro que en este artículo no apoyo en ningún momento a Hitler, es más, OJALA NO HUBIERA EXISTIDO.

Actualmente estoy leyendo la biografía novelada de Adolf Hitler, tiene parte novelada pero el autor aseguro que se fija siempre en los hechos reales para escribirla y que lo hace así para que sea más interesante de leer. Lo primero que te sorprende al leer del libro (tiene 700 páginas y voy por la 100) es que parecía un pardillo, pero con una fuerza de voluntad imparable, y cuando lees que no lo aceptan en la escuela de bellas artes, ni la de arquitectura piensas: «joder, ¿como se quedarían los profes al saber que luego ese joven que rechazaron se convirtió en el dictador más sanginario que ha conocido la humanidad?», yo personalmente me arrepentiría de no haberlo admitido.

Los médicos no tienen la culpa de lo que te pasa

Muchas son las veces en las que oigo comentarios en contra de los médicos: «es qué no encuentran lo que tiene a mi tío…», «son unos incompetentes». Yo entiendo que se esté en mucha tensión cuando tú mismo o un familiar está enfermo, pero las veces que he estado en un hospital me ha parecido denigrante el comportamiento de muchos pacientes y familiares de estos.

En una ocasión tuve un compañero de habitación en el hospital, qué nose qué tenía en el pulmón, tenía un tubo en el pecho que le llegaba hasta dentro del pulmón, pero era una persona borde, muy egoísta y altamente frustrada al cual no habían visitado nadie más que sus padres. El tío tachaba a los médicos de «incompetentes y niñatos» y se cagaba en las enfermeras cada dos por tres. Incluso a mi me echaba la bronca si me despertaba más tarde de una hora que a él no le gustaba. Como es obvio me cambiaron de habitación y este individuo lo dejaron allí. Sin ningún tipo de remordimiento puedo decir que no me importa el dolor que esta persona sufriese, se lo merecía y de buen grato.