Hoy quiero escribir un articulo sobre hablar. Sí, hablar. Con los demás, sobre las cosas que os pasan y que te preocupan. Muchas personas que no son conscientes de tener una baja autoestima creen que los demás no se sienten cómodos con ellos y ven actitudes negativas hacia ellos que les hacen cambiar el trato con esa persona en concreto.
Poco a poco vamos perdiendo una buena relación y la cambiamos por una relación tensa, algo que se va estropeando sin saber exactamente por qué. Después nos sorprendemos cuando perdemos a un amigo, pero si recapacitamos nos damos cuenta que llevábamos meses teniendo una relación rara, tensa, con la otra persona. Cosa que nos hace pensar y reafirmar nuestra opción: si es así es porque se ha cansado de mi, porque no le caigo bien, siempre me pasa lo mismo con todo el mundo y al final hemos dejado de ser amigos. Si lo hubieras hablado con la otra persona no te pasaría esto.
Somos nosotros mismos los que minamos nuestra autoestima, convencidos de que los demás no ven valores positivos en nosotros o de que suelen percibir más lo negativo que lo positivo, y nos sentimos estafados porque creemos que todos tenemos cosas buenas y cosas malas y nuestras cosas malas no las aguanta nadie. Luego, y ahí viene la conclusión errónea, es que somos más malos que los demás, menos hábiles, menos agradables de trato… Todo esto no lo sentiríamos si tuviéramos una buena autoestima. Si te sientes identificado con esta problemática te recomiendo nuestro curso Cómo aumentar la autoestima.
Cómo reparar una relación que parece dañada
Pues ni más ni menos que hablando. Preguntando. Si hablas con la otra persona de lo que le pasa podrás averiguar fácilmente si has hecho algo, qué ha sido concretamente y cómo puedes solucionarlo. Claro está que no todo el mundo será sincero contigo, hay personas que no son nada asertivas, ya sea por negarlo todo y no ser capaces de hablar, o por decir las cosas con tanta brusquedad que siempre ofenden al otro. En cualquier caso es un riesgo que creo que merece la pena correr.
Hablando con la otra persona puedes averiguar si le ha molestado algo y qué importancia le está dando. Ahora daremos las pautas para poder tener esa conversación del mejor modo posible, siendo tan asertivo como puedas. Eso implica no atacar a la otra persona para hacerle saber cómo te sientes tú. Luego lo vemos.
Motivos por los que creemos que los otros están enfadados
A veces percibimos un cambio de actitud, una mala cara o algo parecido y nos empezamos a comer la cabeza pensando qué es lo que lleva a esa persona a actuar de esa manera. Empezamos a pensar qué hemos hecho, qué hemos dicho, qué nos hemos olvidado, cuándo no hemos dado la talla… y cuánto más nos preocupamos más vemos que la otra persona está tensa con nosotros. Como hemos dicho antes es nuestra actitud la que lleva a la otra persona a actuar así y también vemos lo que estamos predispuestos a ver.
Pero muchas veces conoces perfectamente el problema. Sabes que ha pasado algo que ha podido molestar a la otra persona y decides no hablarlo. Puede ser algo que hayas causado tú o una situación en la que os habéis encontrado que no habéis resuelto de la misma manera o habéis confrontado opiniones… En cualquier caso sientes que has hecho algo que no está del todo bien, aunque muchas veces te lo justificas a ti mismo diciendo que es el otro el que te ha empujado a actuar así.
Bien, cuando eso pasa y decidimos no hablarlo y tirar para adelante como si nada, si tienes la autoestima baja pueden pasar dos cosas: que la otra persona realmente actúe de forma distinta o que a ti te lo parezca. Debido a tu problema de autoestima nao sabes diferenciar si es real o no. Aunque a veces es muy evidente, claro. Lo que tienes que hacer en esta situación para que no vaya empeorando con el tiempo es hablarlo cuanto antes. De no hacerlo puedes correr el riesgo de empeorar la situación y de que acabe en una relación rota: una amistad perdida, por ejemplo, por cualquier tontería que parecía que no iba a ser grave.
Cómo afrontar las conversaciones tensas
Si sientes que puedes haber hecho algo a la otra persona, aunque creas que fue cosa de dos, lo mejor es que lo hables. En este caso actuarás casi igual que cuando no sabes qué le pasa a la otra persona. Me refiero a la forma de enfocar la conversación, en ningún caso la enfocarás con reproches. No vale decirle a la otra persona: no me gusta lo que haces, no me gusta cómo me tratas… ni nada parecido.
Nos acercaremos con toda la calma del mundo y le preguntaremos a la otra persona si tiene algún problema con nosotros, si hemos hecho algo que no le ha gustado (en el caso de saber qué podría ser puedes hacer referencia a eso).
Por ejemplo: te noto un poco distante, estás disgustada conmigo, te molestó que no fuera a la fiesta contigo?
O bien: Últimamente te noto tensa conmigo, estás bien? He hecho algo que haya podido molestarte? porque nada más lejos de mi intención…
Deja que la otra persona hable. No la acuses de nada, simplemente escucha sus razones y si no te gusta lo que te cuenta intenta terminar lo mejor posible la conversación para poder pensar en la intimidad qué es lo que ha dicho y qué hay de razón en lo que nos dice. Una buena autoestima te ayuda a aceptar tus fallos y tus defectos, todos los tenemos. Si un amigo te cuenta lo que le has hecho deja que te ayude a solucionarlo. Si ha estado dispuesto a que te enfades con él por ser sincero contigo vuelve a él en una conversación posterior para darle las gracias, decir que lo has pensado y que ves que tiene razón aunque te va a costar un esfuerzo solucionarlo.
Los cambios cuestan, pero con esfuerzo y ayuda de la gente que te quiere siempre son posibles. Mejorar como persona forma parte de nuestro proceso de crecimiento, que no deberíamos abandonar al llegar a adultos puesto que siempre podemos ser mejores y aprender con los demás. Habla con la gente a la que quieres antes que la situación sea demasiado tensa y mejora tu autoestima con nuestro curso: Cómo aumentar la autoestima.
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