Evitar caer en la infidelidad

Todas las parejas funcionan con una serie de normas que se establecen entre los dos miembros de la misma. Habitualmente son normas tácitas, muchas veces se aceptan implícitamente aunque no se hable de ellas. Ya se sabe que si estás con alguien es que no estás con nadie más. A pesar de ello, evitar la infidelidad es algo que preocupa a muchas personas.

Hay parejas que tienen otra serie de normas y en las que tener relaciones sexuales con otras personas fuera de la pareja no supone un problema. Pero estas personas también sufren infidelidades. Una infidelidad en muchos casos peor ya que se añade el componente de la deslealtad.

Para algunas personas el simple hecho de mantener relaciones sexuales es muy importante, tanto que no las tendrían con nadie que no sea su pareja ni permiten que su pareja lo haga, para otras la relación sexual en si no supone tanto problema como los sentimientos que pueda haber implicados en ello.

Me explico. Que tu marido tenga un resbalón y durante una noche de fiesta se acueste con otra será tan grave para ti, como puede ser para una pareja abierta que uno de los dos sienta una conexión especial con un amante,  simplemente que repita o que lo haga sin consentimiento o sin avisar a su pareja.

Cada pareja, como decía, tienen sus normas. Y todos tenemos un límite hasta el que somos capaces de permitir o de perdonar en caso de que se quebrante.

Para evitar la infidelidad hay que tener una relación de pareja sólida y estable. Hay cosas que se escaparán de tu mano y que no podrás hacer por mucho que te las propongas. No podemos controlar lo que hace la otra persona. La confianza va por delante, pero si la otra persona no es digna de esa confianza no depende de nosotros evitar que pase.

En las relaciones de pareja tenemos que actuar por nosotros mismos y hacer lo que nosotros sentimos y necesitamos por la pareja. Por supuesto que hay que trabajar por el bien común y el de tu compañero pero no podemos imponer nada a la otra persona. Cada uno hace lo que hace porque quiere.

Así que como no podemos imponer tampoco podremos prohibir o evitar determinados comportamientos. Es de suponer que si tu pareja es una persona leal y las condiciones de la pareja siguen siendo las mismas podrás confiar siempre en tu pareja.

Está en tu mano ofrecerle una relación suficientemente rica y estable para garantizar que nunca tengáis este tipo de problema. Aún y así, eso es algo que puede ocurrir nada nos garantiza que nuestra pareja no se enamore de otra persona. Pero en principio si conoces a la persona con la que estás y confías en su lealtad serte fiel no debería suponerle ningún problema. Del mismo modo que para ti no supone un impedimento ni  un esfuerzo serle fiel a tu pareja.

La gracia está en mantener la magia y en conseguir que nuestra pareja continúe pensando que somos lo mejor que le podría pasar. Si tenemos una relación de pareja sana y estable es más difícil que nuestra pareja nos sea infiel.

A pesar de ello, muchos consideran que el ser humano es infiel por naturaleza y que no hay nada que hacer. Yo no estoy de acuerdo. El ser humano si de algo goza es de una mente privilegiada y desde luego toda la fuerza de voluntad necesaria para llevar a cabo complicadas misiones.

Muchos dirán que si su pareja necesita fuerza de voluntad para ser fiel en realidad no tiene intención de serte fiel pero tampoco se trata de eso. La mente humana es muy complicada y impulsos sexuales los tenemos todos. Dependiendo de si eres hombre o mujer y de la edad que tengas tus impulsos estarán en una zona u en otra pero lo que está claro es que todos los tenemos.

Puede pasar que en determinadas edades de los hombres que estén muy activos sexualmente, también pasa en las mujeres lo malo es que hay momentos en la vida en los que no se coincide… Por ejemplo para una mujer es duro en según qué momentos tener apetencia sexual, si no estás bien contigo misma es difícil que te apetezca estar con los demás. La vergüenza y la inseguridad llevan a la inapetencia. Y claro, los hombres tienen más ganas y menos oportunidades. Eso no es una excusa, pero explica que haya momentos en la vida en los que ser fiel cuesta un poco más. Y no tiene nada que ver con que quieras o no quieras a tu pareja.

Por encima de todo está el respeto y la lealtad. A nadie debería resultarle difícil ser fiel si eso es lo que hemos acordado cuando empezamos nuestra relación.

Si te cuesta encontrar la fuerza para ser fiel en un momento en el que pasas un bajón en tu relación tienes que recordarte a ti mismo o a ti misma qué es lo que te llevó a estar con tu pareja, qué es lo que espera esa persona de ti y sobretodo qué es lo que esperas tú de ti mismo. Fallarle a alguien es duro pero fallarse a uno mismo es imperdonable.

El sexo todavía es un gran tabú para muchas personas y muchas parejas viven insatisfechas en ese sentido. Una buena relación de pareja no implica necesariamente una vida sexual sana. Yo soy de la opinión que para que una pareja funcione tiene que estar bien a todos los niveles. No me vale de nada tener una relación aparentemente correcta y saludable y que haga meses que no se tienen relaciones sexuales. Uno de los dos tiene que estar sufriendo. El sexo es una necesidad del ser humano, a través del sexo descargamos emociones, tensiones, nos relajamos… y por supuesto obtenemos placer. Negarle eso a tu pareja es quitarle una de las principales cosas que tiene una pareja. Un amigo o un familiar muy cercano te puede apoyar, pero solo tu pareja te podrá satisfacer en los todos los aspectos de tu vida, incluídos los más íntimos.

Para no ser infiel y que no te sean infiel hay que mimar a la pareja y mantener las condiciones que hemos pactado con ella. No sirve de nada tratarla como a una reina el primer año y que luego empiece a ser tu esclava. Para estar bien con tu pareja lo ideal es tener una relación entre iguales, llena de respeto, confianza y siempre pasión.