El arte de escuchar

Escuchar no es algo que «quizás vendría bien saber y aprender», es algo que debemos aprender si o si. No escuchar es la diferencia entre relaciones de pareja sin sentido y una buena relación de pareja, de una amistad sin sentido a una buena amistad.

¿Por qué nos cuesta tanto escuchar?

Porque somos unos egoístas, es así de sencillo. Somos tan sumamente egoístas que podemos pasar al lado de un hospital y decirle a un amigo: «joder con el gobierno, debería reducir más gastos públicos como el hospital para salir de la crisis» cuando si enfocamos a gente dentro del hospital veríamos que ELLOS SI que están en crisis y lo nuestro es una tontería.

De hecho los partidos políticos reflejan ese egoísmo, no les importa la verdad o que ocurra, les importa hacer quedar mal al partido político contrario y punto. Otro egoísmo que nos delata son los partidos políticos de derechas con la ideología de: «A la gente se la da por lo que tiene y no por lo que es». La gente en Estados Unidos si no tiene dinero no solo sufren una grave enfermedad sino que se la niegan a curar y les dejan morir como a míseras ratas.

Mientras sigan pasando cosas tan indignantes y despreciativas hacia nuestros hermanos (si, porque recordemos que todos somos hermanos y deberíamos tratarnos como hermanos) la gente seguirá siendo una egoísta, y me temo que tendrá que pasar mucho tiempo hasta que esto cambie.

Mientras tanto tú puedes empezar a mejorar y cambiar, no solo tu vida sino la de los demás porque cuando aprendes a escuchar poco a poco te das cuenta que en el mundo solo eres una mísera persona de las 6000 millones de personas que hay, ni más ni menos, por lo tanto no te trates a ti mismo como si fueras el único ser vivo del planeta.

El arte de escuchar

Una vez explicado el porque no escuchamos vamos a narrar una serie de técnicas para saber escuchar y así poder mejorar tus relaciones sociales y personales de un modo fácil.

Descubre que temas le apasionan a la otra persona

El primer paso para saber escuchar es encontrar los temas y curiosidades que a la otra persona le encanta explicar. Esto es fácil porque las personas tienden a hablar sobre lo que les interesa y cuanto más egoístas son menos tardarán en cambiarte de tema. Yo tenía un amigo que no te escuchaba nunca, siempre esperaba que terminaras de hablar para contarte sus cosas. Así de desesperante era una conversación con mi amigo:

Yo: Pues los Simpson hoy han sido muy divertidos… bla bla…

Él: Pues si que es divertido si el Street Fighter 3, ¿Has jugado con Onda?

No tenía nada que ver con lo que yo decía pero esta persona estaba tan chalada que me metía con colador el tema que a él le apetecía. Probablemente te habrás fijado que mucha gente hace eso, así que es relativamente fácil hacer hablar a alguien. Empieza a hacer preguntas tanteando el terreno, fíjate si se dirige a un tema de conversación en concreto que no tiene directamente que ver con lo que habláis, si hace eso es que quiere hablar de ese tema.

Por ejemplo:

Tú: ¿A qué te dedicas?

Él: Trabajo en telefónica como… aunque nuestro jefe nos trata súper mal, a la mínima nos saca la roja

Tú: Te entiendo, cuando el jefe nos pilla mirando el fútbol en el trabajo nos echa la bronca

Él: ¿De qué equipo eres?

En este ejemplo la persona está hablando de su jefe y utiliza la expresión : «saca la roja», es obvio que alguien a quien le gusta el submarinismo no utiliza esa expresión, cuando alguien utiliza expresiones las utiliza porque su estilo de vida está ligado a esas expresiones. Por esa regla de tres un adolescente utiliza insultos al ser moneda habitual en su escuela o habla mucho de disparar y matar si es un aficionado ha este tipo de juegos.

Si te fijas bien en las palabras y que tipo de palabras utiliza cada persona enseguida puedes tirar por la conversación que a él más le apasiona.

Interésate sinceramente por los demás

Si no te interesas de un modo puro y sincero por los demás, por mucho que te diga trucos y técnicas para saber escuchar, realmente no estarás escuchando y será lo mismo porque la otra persona lo acabará notando. Pese a que cuando alguien habla está más pendiente de hablar que de otra cosa, terminará notando que no estás escuchando absolutamente nada.

Aprende a interesarte por los demás, a valorar sus vidas y no solo para compararlas con la tuya sino para alegrarte de que las cosas les vayan bien, escucharlos y apoyarlos cuando les va mal…

Esto no se puede fingir, te tienes que interesar de verdad y de corazón por la vida de otra persona. Obviamente a lo mejor hay temáticas que no te interesan en el noble arte de escuchar, tampoco es cuestión de que tragues con todo, es más bien que escuchando dirijas la conversación hacia lo que le gusta hablar la otra persona y que a ti te interesa escuchar.

Si no te interesa escuchar nada es un problema, si te interesa escuchar muchas cosas pero no precisamente lo que te cuentan entonces debes desviar la conversación hacia cosas que te interesen de la otra persona y que esta disfrute contando.

Por ejemplo, si un amigo te habla de fútbol y tú lo odias poco a poco puedes desviar la conversación a la lectura que sabes que le gusta y a ti te interesa escucharlo. Si ahora me vais a preguntar: «¿Cómo hago eso?», la respuesta es : Practica y no preguntes tanto.

Asiente con la cabeza

Mucha gente escucha pero no da muestras de que escuche, esto es prácticamente lo mismo para la otra persona. He comprobado una y otra vez que el simple hecho de asentir la cabeza e ir mirando a los ojos hace que el interlocutor esté hablando muchísimo más, puede pasar de 10 frases a 10 minutos hablando por el simple hecho de asentir con la cabeza.

Asentir con la cabeza hace que nuestro interlocutor piense: «me está escuchando y le gusta lo que digo» con lo cual se motiva a hablar más y más.

Es una arma muy poderosa que te recomiendo utilizarla siempre en el arte de escuchar.

Repite las últimas palabras de tu interlocutor

Lo curioso en el arte de escuchar es que no hay que hacer prácticamente nada, en este caso tan solo con repetir las últimas palabras de tu interlocutor cuando veas que va a parar de hablar, harán que siga hablando, esto es muy bueno sobretodo al principio de la conversación ya que la persona quizás no está muy acostumbrada a hablarte.

Ejemplo:

Él: el coche mío bla bla bla… y choque contra una moto

Tú: ¿Chocaste contra una moto?

Él: Si, era un tío que bla bla… y al final nos hicimos amigos

Tú: ¿Amigos?

Él: Si, es curioso eh, tuvimos un encontronazo por el accidente y al final nos acabamos haciendo amigos bla bla bla…

¿Comprendes su funcionamiento? Todo esto debes practicarlo, no debes sonar como un robot y deberás entrenarte hasta sonar muy convincente en el noble arte de escuchar.

Cabe decir que todas estas técnicas y trucos en base a usarlas vas a utilizarlos de modo inconsciente e incluso creándote tú tus propios recursos.

Evita hablar de ti mismo

Son muchas las personas que están esperando a que termines tu frase (algunas ni eso) para soltarte el tan esperado: «YO».

Tú: Saque un diez en naturales…

Él: PUES YO saque un 10 en matemáticas y bla bla..

La moraleja de esto es que el ser humano no escucha de corazón, siempre está pendiente de lo que dices para relacionarlo con su vida, evita hacer esto, escucha con sinceridad, para apoyar, enriquecer tu mundo, saber escuchar.

¿Que beneficios obtendrás al escuchar?

El arte de escuchar sirve para muchísimas cosas. Te harás mucho más empático, eso te permitirá solucionar tus problemas mejor al saber ponerte en el lugar de otra persona, te hará ser más humilde. Te demostrará que no solo estás tú en el mundo, que cada persona tiene su mundo, sus cosas y que son tan interesantes comos la tuyas, el arte de escuchar te hará mejorar mucho tus relaciones personales ya que les harás llegar a un nivel de conexión contigo que no tienen con otras personas y tú les entenderás y comprenderás mejor.

El saber escuchar establece un potente vínculo emocional que pocas personas pueden y saben crear, a mi me ha ayudado muchísimo en mi vida y no solo para las relaciones personales sino para entender mejor a las personas.

Hace tiempo, en 2007 escribí un post relacionado con el tema: El arte de escuchar.