Demostrar templanza

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Los nervios nos juegan muy malas pasadas en muchas ocasiones. Demostrar templanza o aparentar estar totalmente tranquilo es una de las mejores cosas que puedes aprender. Sobretodo si te vas a enfrentar a una entrevista de trabajo, un tribunal universitario o alguna situación en la que tu actitud sea básica para superarla satisfactoriamente.

Es normal que una persona se ponga nerviosa ante determinadas situaciones. A todos nos pasa. Pero la templanza implica saber gestionar esa emoción y no dejar que te embargue. No dejarte llevar por los nervios es básico para poder pensar con claridad a la hora de tomar una decisión.

Los nervios nos ayudan, como el miedo, a preparar las cosas con más detenimiento, a ser más conscientes de los riesgos y de lo que implica la situación a la que nos enfrentamos. Estamos nerviosos por la importancia que le damos. Eso nos puede ayudar a tenerlo todo listo a tiempo, a salir de casa en el momento adecuado para no llegar tarde, no hará estar más alerta sobre lo que ocurre…

Pero a cambio, si nos dejamos llevar por los nervios y dejamos que nos controlen, llegaremos al sitio demasiado pronto, sudaremos, nos alteraremos tanto que es probable que ya no estemos conectados con la realidad sino solo con ese manojo de nervios que sentimos dentro y que nos impiden actuar con coherencia.

Cuando consigues controlar los nervios disparados, no evitar ponerte nervioso, sino manejarlos de forma eficiente todo resulta más fácil. En primer lugar por ti, si te sientes mejor actuarás y pensarás mejor. Y en segundo lugar por la imagen que das. Verte tan nervioso implica inseguridad, por ejemplo. O es síntoma de que alguien miente.

Imagínate que tienes que ir a conocer a los padre de tu novia. Te hacen preguntas y tú estás tan aturdido que no eres capaz de responder a ninguna de ellas. Luego quieres arreglar la cosa y relajar el ambiente y sueltas un par de chistes totalmente desafortunados. Ella te pide en voz baja que te controles y tú le contestas no demasiado bien y en un tono alto como para que lo oigan sus padres. Lo has estropeado todo.

Estás en una entrevista de trabajo, sudas, la camisa demuestra un cerco debajo de los brazos. Te sudan las manos. Incluso temes que cuando te levantes de la silla hayas dejado la marca del sudor, con la forma de tu culo. Eso te hace poner mucho más nervioso todavía. Tu cabeza está analizando cómo evitar la vergüenza, te muerdes las uñas, cruzas una pierna sobre otra y mueves el pie de forma nerviosa sin parar. La mesa tiembla con tus movimientos y el entrevistador tiene ganas de que te vayas a tu casa.

Es difícil que te den ese trabajo. No has hecho una buena entrevista. No es que te haya visto nervioso, es que los nervios han impedido que demuestres lo que eres, lo que sabes. Puede que el entrevistador lo entienda perfectamente y que no piense, como el suegro, que escondes algo o que eres mala persona, pero no podrá contratarte porque no le has demostrado nada. No has demostrado tener templanza, ni ser un buen profesional, ni has sido convincente con tus aptitudes. Nada.

Para demostrar templanza y poder serenarte es básico que tengas claros cuáles son los signos del nerviosismo. El lenguaje corporal en estos casos es muy claro. Saber controlar el lenguaje corporal es tan importante como saber interpretarlo.

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Cuando estás nervioso, en el punto en el que ya pierdes la conexión, realizas una serie de cosas que te delatan y que además impiden que pongas la atención donde realmente hace falta.

Estos son algunos de los signos de tu nerviosismo:

  • movimientos repetitivos tanto de pies como de manos.
  • no sabes qué hacer con las manos y los brazos, los cruzas, descruzas, guardas las manos en los bolsillos
  • morderte las uñas
  • si no te muerdes las uñas o lo tienes controlado puede que estés arrancándote pieles de un dedo usando los otros dedos de la mano.
  • tocarte el pelo constantemente
  • tartamudear
  • sudar
  • respirar de forma ansiosa, es decir: con la parte superior de los pulmones de manera que las clavículas muestran cada respiración
  • etc

Para dar una sensación de templanza a la persona con la que estás hablando y para conseguir calmar tus nervios, no solo aparentemente sino también por dentro es básico ahuyentar los pensamientos negativos.

Controlar lo que piensas es muy importante para que la apariencia exterior demuestre tranquilidad y templanza. Si dentro de tu cabeza hay un torbellino de malos pensamientos es imposible que estés tranquilo.

Lo primero que tienes que hacer, ya no en una situación de nervios extrema como puede ser una entrevista de trabajo es aprender a gestionar los malos pensamientos. Debes ser consciente cuando tu cabeza empieza a emitir malas vibraciones en forma de malos augurios, problemas que todavía no han llegado o pensamientos negativos.

Cada uno encuentra una manera distinta de cambiar eso. Lo que tienes que hacer en primer lugar es ser consciente de ello. En segundo lugar tienes que decidir que quieres dejar de hacerlo. Para ello puedes encontrar técnicas de distracción. Ponte un objetivo como por ejemplo buscar algo en el sitio donde estés. Busca, no sé, algo rojo y algo bonito. Cuando empieces a tener pensamientos negativos dile a tu cerebro que pare, pare ello concéntrate en buscar algo rojo en el sitio donde estés y algo bonito. Luego observa lo que has encontrado y piensa sobre ello. Puedes volver a lo que hacías, pero sin volver al pensamiento negativo.

Esta es una técnica rápida para dejar de pensar en algo, que cuanto más practicas más fácil es. El reso es cuestión de conocer a fondo el lenguaje corporal. Cuando tu cuerpo actúa de forma tranquila el cerebro actúa de forma tranquila. Los movimientos nerviosos solo hacen que estimular al cerebro para que funcione más rápido.

Estudia a fondo el lenguaje corporal, te servirá no solo para las situaciones de estrés sino para cualquier situación en la vida. Aplica tus conocimientos y sabrás muchas cosas de las otras personas, sin necesidad de que te las cuenten y si aprendes a controlar tu lenguaje corporal podrás mostrar al resto de gente únicamente lo que te interesa.

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