¿Debo cambiar para gustar a los demás?

Esa es la pregunta del millón para muchas personas. Algunos se lo preguntan porque son tímidos y creen que el cambio les costaría demasiado, otros tienen un carácter fuerte y no suelen caer bien a los demás. El hecho es que seguro que has oído más de una vez, incluso puede que lo hayas dicho: yo no cambio ni por ti ni por nadie.

No me parece una mala filosofía de vida, cada uno es como es y nadie tiene que hacernos cambiar… Con una excepción: uno mismo. Si tienes que cambiar por alguien tiene que ser por ti mismo. Para obtener beneficios no para agradar a los demás, ni para gustar a otros.

Si tu problema es que no tienes un carácter demasiado sociable, ya sea por timidez o por que estás lleno de preocupaciones, malos modos, un carácter fuerte… te recomiendo nuestro curso de sociabilidad con el que aprenderás a relacionarte con los demás sin inseguridades y con el mejor humor posible. Echa un vistazo a nuestro producto Cómo superar la timidez y ser sociable que seguro que puede hacer mucho por ti.

Dicho esto, vamos a ver qué podemos cambiar para gustar más a los demás. Insisto en que el cambio lo tienes que hacer por ti mismo, agradar a los demás te llevará a estar mejor contigo mismo, a no sentirte solo, a divertirte, a tener amigos y gente con la que confiar… El hombre es un animal gregario, necesitamos nuestra manada para sobrevivir. Las personas solitarias son felices estando solas pero casi siempre tienen a alguien en quien confiar o con quien contar. Tener pocos amigos no quiere decir que estés solo. Los amigos de verdad se cuentan con los dedos de una mano, así que no te preocupes si tú eres así.

Cambiar para gustar a los demás puede implicar que tengas mejor relación con personas que no son tus amigos pero con las que tienes que convivir como compañeros de trabajo o de estudios, tu propia familia… a la vez que te abrirá las puertas y te facilitará las cosas, siempre es mejor una personalidad positiva que alguien negativo.

Las personas con mucho carácter suelen defenderse diciendo que ellas son así, y está bien tener las cosas claras y tener carácter pero una cosa es eso y la otra ir por la vida imponiendo nuestra voluntad u opinión. Ni siempre tendremos razón ni siempre será necesario que lo hagamos saber a los demás.

Como hemos dicho en algún otro artículo sobre cómo hacer amigos, la gente lo que quiere es vivir tranquilo, divertirse, tener vida social, pero no tener demasiadas complicaciones. Así que si eres una de esas personas que se queja de todo y se sorprende de que nadie le llame para quedar… sí, tal vez deberías cambiar para gustar a los demás.

Si lo que quieres es que la gente se sienta a gusto contigo, dejar un buen sabor de boca y hacer que vuelvan a llamarte, no trates de solucionar sus problemas, no hables u opines por ellos y trata de ser una persona lo menos conflictiva posible.

Para que me entiendas con un ejemplo: habéis ido a un restaurante, tu plato está bien, aunque el camarero ha tardado mucho en servirlo. El plato de uno de tus amigos ha llegado frío y él parece no querer quejarse. Le pondrás en un aprieto si decides quejarte al camarero por lo lento que es y por el plato frío de tu amigo. Muchos hacen esto creyendo que en realidad están haciendo un favor a la persona que ha decidido no protestar pero esa persona puede no querer protestar por muchas razones y si él no quiere hacerlo no puedes tomar tú la decisión por esa persona.

Que te quejes implicará que le pongas en evidencia cuando esa persona había decidido dejar pasar el tema, que pongas en evidencia al resto de la mesa, que todos pasen por un mal momento si tienes una forma realmente fuerte de decir las cosas. Puedes conseguir que tu amigo se quede sin comida, mientras el camarero soluciona el problema, obligando a todos a dejar de comer hasta que el plato que falta esté de nuevo en la mesa y de este modo solo comerá caliente el amigo que lo tenía frío en primer lugar. Además, el camarero puede cogeros manía y serviros mal durante toda la cena.

Así pues, si alguien ha decidido no ejercer su derecho a la queja no lo hagas tú por él. Si eres positivo y de buen conformar será más agradable cenar contigo. La próxima vez que quedéis para cenar, si alguien se plantea repetir restaurante podrás decir que no, que mejor probáis otro sitio que en aquel no os atendieron bien.

Espero haberme explicado con el ejemplo. Muchas personas hacen esto y luego dicen «yo soy así» y el caso es que cada vez están más solas ya que cuando alguien queda con ellos les hacen pasar un mal rato. Que tú no pases un mal rato quejándote al camarero no implica que todos tengan que sentirlo igual, así que no seas tú una fuente de problemas, aún y queriendo aportar soluciones.

Si eres la típica persona a la que tarde o temprano los demás dejan de lado deberías averiguar sus motivos. Si alguien te lo dice estaría bien que supieras escuchar sin molestarte. Atender las razones de los demás será el primer paso que te ayude a cambiar. Si tienes que cambiar algo mejor saber el qué. Y si alguien se preocupa lo suficiente por ti como para decírtelo escúchale y dale las gracias. Yo aconsejo que preguntes, si alguien se ha molestado contigo si ves que la amistad ya no es lo que era, puede que recuperarla no sea posible pero puedes preguntar a la otra persona qué es lo que ha pasado, en qué has fallado. La sinceridad contigo mismo te ayudará a darte cuenta de la razón que pueda tener la otra persona.

Crecer implica saber aceptar nuestros propios fallos y errores, de otra manera no los vamos a solucionar nunca. Yo te propongo un sistema paso a paso para que puedas sentirte sociable y seguro de tu forma de actuar con los demás. Si no sabes cuál es tu problema prueba a hacer los ejercicios de Cómo superar la timidez y ser sociable y a reeducar tu manera de actuar con las personas y puede que te sorprendas y ganes muchos amigos por el camino gracias al nuevo enfoque que le darás a tus relaciones.