Hoy queremos hablar sobre un tema que afecta a muchas personas y que lamentablemente no siempre es captado por aquellas que provocan los problemas. Hablamos de la envidia. Porque en una relación envidiosa siempre hay dos partes afectadas. La parte primera es la persona envidiada que frecuentemente verá como la intentan ridiculizar, la plagian, la imitan o incluso la difaman. La segunda parte es la persona envidiosa quien también sufre. Por supuesto. Claro que sí.
La persona envidiosa sufre mucho, sufre porque no se siente feliz, si tuviera lo que necesita en su vida, si estuviera satisfecho con lo que tiene no viviría muerto de envidia y tratando de perjudicar a quienes tienen más que él. Y sufre porque su comportamiento le lleva casi siempre a quedarse solo, se dice habitualmente que se coge antes a un mentiroso que a un cojo. Que la mentira tiene las patas muy cortas… Pues la envidia además te suele explotar en la cara. No solo te pillan sino que se giran las cosas y acabas quedando mal tú en lugar de hacer quedar mal a la persona a la que envidias. Y pasas de ser un envidioso vengativo a un envidioso escarmentado, y solo.
Si te han dejado tus amigos por ser envidioso, si te lo han dicho más de una vez, hazles caso. Haz algo para solucionarlo. Si, por el contrario has sufrido la envidia de un amigo destructivo y te ha dejado tocado también deberías hacer algo para superarlo. Tanto en un caso como en otro te recomendamos nuestro audio curso Cómo aumentar la autoestima.
Pero este artículo, va dedicado a ti, a la persona que hace daño a los demás por envidia. No creo que seas una mala persona, simplemente crees que has tenido mala suerte, deseas que te pasen cosas mejores y no gestionas bien tu fracaso. A nadie le gusta fracasar. Pero antes que nada déjame decirte que no te estoy llamando fracasado. Probablemente tienes muchas cosas de las que disfrutar y por las que estar orgulloso pero no eres consciente de ellas. Seguramente tu envidia insana es debido a que no te aprecias a ti mismo. Si estuvieras satisfecho con lo que tienes no desearías nada malo a los demás. Si tuvieras claro lo que necesitas para ser feliz no perderías tiempo en hacer infelices a otros. Es así. Y seguro que no te consideras mala persona, pero no paras de intentar hacer quedar en evidencia a los demás y tratas de conseguir que pierdan lo que se han ganado con sus méritos, valores y trabajo.
Si en tu vida encontraras motivos para estar alegre no te alegrarías de las desgracias ajenas. La vida de los demás, ni sus éxitos ni sus desgracias, deberían modificar tu propia vida.
La solución es mucho más fácil de lo que crees pero antes debes aceptar que tienes sentimientos negativos y que no estás siendo constructivo. Cuando entiendas que tu comportamiento jamás te llevará a conseguir ni a aprender nada, podrás empezar a cambiar. Debes dedicar tus esfuerzos a mejorar, a prosperar, a conseguir lo que quieres por ti mismo. Si tienes que aprender y esforzarte pues lo haces, que para jorobar a los demás sí tienes ganas y energía. Pero probablemente no lo has hecho por miedo a no ser capaz de conseguirlo. Y si no lo intentas, jamás lo conseguirás.
Tienes que ser capaz de olvidarte de aquellas cosas que te parecen injustas y empezar a luchar por conseguirlas por tus propios medios. En lugar de intentar fastidiar la vida de las personas que tienen aquello que tú deseas, lo que deberías hacer es empezar a admirarlas y aprender de ellas.
No niegues la realidad, no digas que esto no va por ti, que tú no eres un envidioso. Lo que des será lo que recibirás. Las energías negativas que generas a tu alrededor son lo que te alimenta. Eres como un plato a punto de ser cocinado: con ingredientes podridos jamás podrás cocinar nada de calidad. Si todo lo generas es rabia, odio, obsesión y rencor, no podrá salir nada bueno de ti. La de energía que estás desperdiciando en odiar y malmeter contra alguien en lugar de aprovechar los últimos días del verano con tus amigos. Si no tienes amigos, seguramente es que te has portado muy mal con todo el mundo. ¿A qué esperas para cambiar?
Seguro que puedes hacer cosas buenas por los demás, que en lugar de criticarles puedes ayudarles si realmente lo necesitan. Si empiezas a ser generoso con los demás y a regalar lo mejor de ti empezarás a recibir lo mismo del resto de personas, te darán lo mejor de ellos. No te cierres ni te convenzas a ti mismo de que no tienes nada bueno, lo tienes, solo necesitas creer en ti mismo y dejar de pensar en lo que te falta. Y si te falta realmente, puedes trabajar para conseguirlo.
Ahora te parece increíble, pero si contaras la cantidad de tiempo que destinas a pensar en los demás, a analizar y llegar a conclusiones de por qué han conseguido lo que tú no tienes, si cuentas el rato que estás planificando venganzas o que estás preparando una estrategia o llevándola a cabo, para fastidiar a alguien, si lo sumas todo, te darás cuenta del tiempo que estás perdiendo y que podrías emplear en algo constructivo que te beneficiara a ti en lugar de perjudicar a otros.
Construir siempre es lo importante y si alguien no merece la pena para construir junto a él, simplemente olvídate, mira hacia otro lado y centra tus energías en cosas positivas y constructivas. Seguro que no tienes mala intención y que no sabes hacer las cosas de otra manera. Lo primero que tienes que hacer es aprender a respetarte, a perdonarte y a quererte a ti mismo. Compra nuestro audio curso Cómo aumentar la autoestima, cuando mejores en ese sentido serás capaz de construir. Ahora te sobrará mucho tiempo para pensar en cómo lo haces para aceptar que no puedes tener todo lo que quieras o para mejorar y tratar de conseguirlo con elegancia y juego limpio.
pues me molesto por cosas q quiero tener y no puedo q ago
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