En el artículo de ayer empezamos a ver qué componentes tiene que tener una conversación asertiva, la intención de tener este tipo de conversación no es otra que hacer que se respeten tus derechos y tener la posibilidad de respetar a tu vez los derechos de los demás. Muchas personas creen que la asertividad consiste simplemente en aprender a decir que no, pero va mucho más allá que simplemente eso. Consiste en ser capaz de decir este no sin sentirnos culpable ni hacer sentir mal a la otra persona. Algunos optan por decir no haciendo sentir mal a la persona que pide el favor y no se trata de eso.
Ser asertivo es una forma de pensar. No es ser egoísta poner los sentimientos y necesidades de uno en primer lugar. Piensa en lo que se dice siempre: para hacer felices a oros primero tienes que ser feliz tú. La asertividad te ayuda a recorrer ese camino.
Nosotros podemos ayudarte a ser una persona asertiva, si lo que quieres es cambiar tu forma de ver las cosas la consecuencia rápida será que cambias tu comportamiento y por tanto tu forma de relacionarte con los demás. Ser asertivo es una forma de entender el mundo, una forma de relacionarse y de respetar los sentimientos propios y los ajenos. Pero también te ayudará a nivel laboral, si tienes que negociar o trabajar para convencer a otras personas la asertividad es un punto de acercamiento perfecto. Por ello te recomiendo nuestro curso Cómo ser asertivo, un audio curso que podrás descargar y llevar a todas partes para escucharlo cuando más te apetezca o mejor te convenga.
Vamos a ver algunas de las cosas que no pueden faltar en una comunicación asertiva. Si te perdiste la primera parte de este artículo pulsa aquí para leerlo y tener claros todos los recursos y técnicas que necesitas.
Técnicas para tener una conversación asertiva
El lenguaje corporal
El lenguaje corporal merece un apartado especial, así que te recomiendo que bucees en nuestro blog y leas todo lo relacionado con el tema. Se trata de expresar seguridad y cercanía con el lenguaje corporal, para conseguirlo te servirás de tu mirada, de la posición de tu cuerpo, de la forma de estrechar las manos o tocar a la otra persona cuando hablas. El quid de la cuestión en este caso es ser cercano y accesible, pero sin invadir excesivamente el espacio de la otra persona.
Demostrar empatía con la otra persona
Una clave para demostrar que estás teniendo una conversación asertiva es demostrar empatía hacia la otra persona. Para ello tienes que demostrar que entiendes perfectamente lo que te está contando o sus condiciones de negociación. ¿Cómo dejar claro que le entiendes aunque no compartas su opinión?
Repetir lo que ha dicho
Para dejar claro que lo entiendes aunque no estés de acuerdo con lo que dice es básico que repitas lo que te está diciendo, bien con sus propias palabras o con las tuyas, mejor si resumes con tus palabras lo que te está diciendo. Ojo, no añadas ningún tono de voz raro a lo que dices, simplemente estás haciendo saber que has captado el mensaje, con tu tono de voz no tienes que transmitir qué te parece el mensaje.
Imagina que estás teniendo una conversación complicada, muy difícil para ti, de las que sabes que terminan mal. El ejemplo es una tontería, pero sirve para que te imagines las frases con distintos tonos de voz. Por ejemplo, si alguien te dice: «quiero que vengas a las ocho», y a ti te parece una locura, le dirás: «entiendo que necesites que venga a las ocho, pero me es totalmente imposible». Si lo dices en un tono de voz neutro y relajado funcionará. En cambio, si dices «quieres que venga a las ocho?» con un tono de voz que demuestra enfado, estupefacción, indignación, sorpresa o lo que sea y luego añades «imposible». Lo más fácil es que la otra persona se enfade contigo. Así que repetir los términos de la conversación es importante pero hazlo en un tono neutro para demostrar que escuchas y que entiendes.
Centrarte en el tema
Recuperar el tema de conversación que te ocupa si se va por las ramas. Si se está centrando en una crítica personal y era una reunión de negocios centra de nuevo el tema, recuerda a lo que has venido o para lo que se ha acordado la reunión y retoma el tema principal.
Por otra parte si la conversación es personal y se está desviando del tema, céntrala de nuevo diciendo que quieres hablar de algo en concreto.
Poner límites
Tienes que tener claro que mostrar empatía y centrarte en el tema es una forma de poner límites indirecta. Si es necesario expondrás tus límites de forma clara diciendo que no te gusta cómo te hace sentir lo que insinúa o dice abiertamente la otra persona o avisando de que si sigue hablándote con determinado tono de voz tendrás que dar por terminada la conversación.
Tú puedes elegir cómo y con quien hablas y siempre que sientas que tus derechos se está vulnerando tienes el deber, como persona asertiva, de hacer saber a la otra persona que está traspasando tus límites.
La asertividad, como decía al principio va más allá de aprender a decir las cosas de una forma concreta, no se trata de hablar de la forma más beneficiosa para ti, que también sino que se trata de ver las cosas desde un punto de vista asertivo, por tanto poco beligerante. Algo que no puedes perder de vista en las conversaciones asertivas es tu objetivo. Lee un artículo en el que hablábamos a fondo sobre el objetivo en el camino a la asertividad.
Ten siempre presente tu objetivo final a la hora de comunicarte, de hacer renuncias o concesiones y recuerda que si se trata de una negociación lo recomendable es que las dos partes salgan beneficiadas, los acuerdos son precisamente los puntos comunes entre dos partes, para llegar a ellos a menudo hace falta renunciar y conceder. Para saber más sobre asertividad compra nuestro audio curso Cómo ser asertivo.