Tras escribir un par de artículos no hace mucho sobre la importancia del pensamiento positivo y cómo afecta a nuestra vida ser capaces de practicar esta forma de afrontar la vida, vamos a ocuparnos hoy sobre cómo pensar bien de uno mismo. No tiene ningún sentido que nos dediquemos a fomentar el pensamiento positivo si no somos los primeros a los que aplicamos esta forma de ver las cosas.
Ser positivo sólo con los demás o ser excesivamente negativo con uno mismo puede hacer que no seamos capaces de disfrutar de la vida, ni que decir tiene que no somos capaces de querernos a nosotros mismos cuando nos tratamos de esta manera, así de mal. Si nosotros mismos no somos capaces de tratarnos bien, los demás es probable que no lo hagan.
Y no es que los demás tengan mala intención sobre nosotros, no todos, por lo menos. Pero si lo que transmitimos es la seguridad de que algo no lo hacemos bien, ¿cómo van a confiar en nosotros los demás? Para ganarte el respeto de los demás tienes que ganarte primero el tuyo propio, hasta que tú no te respetes no servirá de nada si los demás lo hacen o no. Trabajar para aumentar tu autoestima es algo que tienes que hacer con el convencimiento de que lo haces por tu bien, porque eres valioso y te quieres, para sacarle más rendimiento a la vida, ya que tú eres capaz de dar mucho más. Trabaja hasta que consigas tener una autoestima fuerte, usa nuestro curso Cómo aumentar la autoestima, con el que aprenderás a quererte gracias a ejercicios que irás asumiendo paso a paso.
Es básico que aprendas a verte de forma más positiva. Para ello será imprescindible que pienses bien de ti mismo. Como ya hemos explicado muchas veces a lo largo de varios artículos el cerebro es un procesador de datos muy inteligente. A diferencia de los ordenadores que solo hacen lo que el programador indica, el cerebro optimiza su trabajo. Busca siempre la forma para procesar esos datos en el menor tiempo posible. Piensa en todos los estímulos que tenemos a lo largo del día. El cerebro tiende a seleccionar y eliminar. No nos podemos fijar en todo.
Con los pensamientos pasa lo mismo. De la misma forma que no tenemos que darle órdenes a un brazo para que se levante a coger un objeto de forma consciente, el cerebro sí lo hace, los pensamientos del día a día también se automatizan. Muchas de las cosas que hacemos no las pensamos, ni las analizamos. El cerebro lo hace de forma automática en un segundo plano para poder dedicar el primer plano a lo que tenemos en la conciencia.
Bien, pues cuando pensamos algo de nosotros mismos el cerebro lo aprende. De este modo no tiene que pensarlo la próxima vez. El problema es que cuando pensamos mucho las cosas estamos aprendiendo una manera de enfrentarnos a ellas. Si creemos que nos pondremos nerviosos cuando hablemos ante el público y lo pensamos una y otra vez pues cuando nos encontremos en la situación el cerebro, para evitar el estrés, lo que hará es lo que ha aprendido y eso es ni mas ni menos que lo que has pensado mil veces, en tus peores pesadillas.
Si, tomando otro ejemplo, tienes que hablar con tu jefe, que es una persona que te impone mucho y crees que no vas a ser capaz, si te imaginas a ti bajando la cabeza, balbuceando nervioso sin ser capaz de plantarle cara o de decir lo que tienes planificado, ¿qué crees que vas a hacer cuando estés ante él? justamente lo que has imaginado. Es la única fórmula que tienes, que tiene tu cerebro, para resolver esa situación.
Por tanto se trata de pensar lo mejor posible, empezando por uno mismo para transmitir a nuestro cerebro seguridad y nuevas pautas de comportamiento.
¿Cómo fomentar el pensamiento positivo?
Ya sabéis que soy muy fan de las listas así que hoy os voy a proponer, te voy a proponer, que hagas una lista de tus cosas positivas. Todos tenemos cosas positivas. Si no eres capaz de encontrar las tuyas puedes pedirle a quien te quiere bien que te ayude a hacer esa lista. Seguro que sabes escuchar, tal vez das buenos consejos, puede que tengas buen sentido del humor, o que les haga gracia la manera como cuentas las cosas… El hecho es que todos tenemos cosas buenas, si ni tú ni nadie te las sabe ver, deberás considerar que tu problema venga de la gente que te rodea. ¿Qué hacen contigo si no tienes nada bueno? Desde luego que un mal entorno puede fastidiar la autoestima a cualquiera.
Pero tú tienes cosas buenas, como todo el mundo.¿Eres listo? Puede que seas discreto, ordenado, coherente, pacífico, simpático, divertido, buen conversador, trabajador, paciente, fiel, buen amigo, buena persona en general, atento, empático… se me ocurren muchas cosas buenas que puedes ser. Haz una lista tan larga como sea posible de adjetivos y piensa cuáles son los tuyos. Si no eres capaz, piensa cosas buenas que tengan los demás y mira si tú no las tienes mejor que ellos. No se trata de buscar lo que no tienes sino de encontrar lo que tengas.
Márcate pequeñas metas e imagínate consiguiéndolas. Cuando lo consigas felicítate por ello y recuérdalo tanto como sea posible. Imagínate consiguiendo cada vez cosas más importantes y recuérdate a menudo todas las cosas buenas que descubres que tienes. Ten la lista siempre a mano, verás como pronto empiezas a añadir cosas a tu lista y va siendo cada vez más larga.
Trabaja mucho a nivel interior. Busca dentro de ti mismo todo lo positivo que tienes y cuando lo encuentras no permitas que se te olvide. Si te gusta escribir puedes hacer tu propio diario de alabanzas, escribe lo bien que has hecho las cosas ese día. No te fijes en lo que has hecho mal, aprende a focalizar en positivo.
Pensar bien de uno mismo es el camino a seguir para querernos más, para conseguir ser más felices, si pensamos bien de nosotros mismos nos saldrán mejor las cosas y aprenderemos a afrontar nuevos retos con optimismo. Si además practicamos el pensamiento positivo con todo lo demás, todo saldrá mucho mejor. Lo básico es que refuerces tu autoestima y aprendas a quererte. Es cierto que todos tenemos cosas buenas, y también que todos las tenemos malas. Aceptarse a uno mismo es básico para poder pensar en positivo, para ello te recomiendo nuestro curso Cómo aumentar la autoestima en el que aprenderás mediante ejercicios a quererte y aceptarte tal como eres a la vez que trabajas por mejorar, siempre se puede mejorar, aceptarse no significa dejar de trabajar para mejorarse a uno mismo.