Vamos a continuar con nuestra guía práctica sobre cómo convencer. Si ayer vimos que tienes que ser el primer convencido de tus argumentos antes de intentar convencer a los demás, hoy vamos a ver cómo es de importante tu actitud, tu lenguaje corporal y la empatía hacia la persona o grupo de personas a las que quieres convencer.
Convencer no solo es cuestión de tener una buena habilidad verbal, esto es importante, y mucho, pero hay otras cosas que se sumarán a la receta de la persona convincente.
Puedes aprender mucho más sobre cómo convencer en nuestro libro Cómo manipular a cualquier persona con el que aprenderás todo lo necesario para hacer cambiar de opinión a los demás y convencerles de lo que quieras.
Pero como decía, convencer no solo es tener buena retórica sino que necesitarás por ejemplo una gran empatía con los demás. Si eres capaz de entenderles y de conocer sus motivaciones podrás adaptar tus argumentos para poder convencer mejor. Lo que hay que tener en cuenta en este caso, lo aprenderás cuando leas el libro que te recomiendo, es que las emociones son las que nos hacen tomar decisiones. Por lo tanto sabiendo qué quiere una persona puedes convencerla usando tus argumentos adaptados a sus necesidades.
Si consigues tocar las emociones de la persona a la que quieres convencer será mucho más fácil que lo consigas. Todos buscamos la felicidad, el bienestar, olvidar problemas… tener en cuenta esto es una buena manera de aprender a convencer. Piensa qué puedes hacer tú, o tu propuesta, para acercar el bienestar a la persona a la que quieres convencer. No olvides que cada persona tienes sus propias emociones y necesidades, por ello es importante aprender a conocer a los demás. Escuchar de forma activa es una parte importante de ello.
Otro punto importante sobre el conocimiento de los demás implica saber elegir el modo en el que te acercas a ellos. Cada persona tiene unas creencias, unos valores y un nivel cultural al que tendrás que adaptarte para hacerte entender y conseguir vender tu propuesta. Digo vender tu propuesta que puede ser tu candidatura a un puesto de trabajo, un aspirador o un programa político. Para convencer a los demás tendrás que hablarles de manera que te entiendan y que se sientan cómodos con ella.
Utiliza el lenguaje corporal para enfatizar tus palabras y tu actitud. Usa los gestos para matizar y dar importancia a tus palabras, pero no abuses de ellos. Habla en un tono de voz correcto, ni demasiado bajo ni demasiado alto. No quieras hablar demasiado deprisa o corres el riesgo de que la otra persona no tenga tiempo de procesar todo lo que dices.
Por el contrario, no hables demasiado lento si no quieres que la otra persona se aburra y desconecte de la conversación. Tienes que encontrar una velocidad cómoda para comunicarte y un lenguaje apto para la persona que te escucha. Aprende a compartir tus argumentos ya sea en un lenguaje técnico o en lenguaje más de estar por casa. Lo importante es que el mensaje llegue correctamente a la otra persona y que sea totalmente comprendido.
Otro punto importante es el tiempo que dedicas a convencer. Tienes que prepararte para ser rápido, para dejar claros los argumentos y lo más importante en los primeros segundos de conversación, por lo menos tienes que conseguir despertar el interés de la otra persona o de tu audiencia para que te concedan más tiempo y sigan escuchando.
El inicio de una conversación o de un míting es tan importante como su contenido. Si no sabes arrancar no vas a convencer a nadie, no llegarán concentrados, si es que siguen ahí, al momento en que les cuentes tus argumentos. Por lo tanto es tan importante tener buenos argumentos como saber estructurar y usarlos en el momento oportuno.
El humor, dependiendo del contexto, es una buena forma de llamar la atención y de conseguir que te escuchen de forma activa.
Tan importante es lo que quieres decir como a quién se lo dices. Otro punto imprescindible de conocer a las otras personas es saber a quién tienes que convencer. Busca siempre la persona más adecuada para cada una de las ocasiones.
Si lo tuyo se trata de llegar al jefe de una empresa para presentarle tu candidatura o un proyecto que crees que les puede interesar y el jefe no es una persona fácil de alcanzar no dudes en hablar con la recepcionista o la secretaria y convencerla a ella primero, será tu puerta de entrada al jefe. A ella la tendrás que convencer, no con tu proyecto sino contigo. Ella considerará hacerte un favor cuando pueda hacerlo, por tanto es importante caerle bien.
Lo mismo puedo decirte de las amigas de la chica que te gusta, de los padres de tu novio… convencer incluye a menudo muchos pasos previos a nuestro objetivo final. Es como un vídeojuego de pantallas que tienes que ir pasando una a una antes de enfrentarte al monstruo final.
Así pues el arte de convencer se aprende con la práctica. De nada sirve hacer las cosas si no somos capaces de analizar qué hemos hecho y cómo ha funcionado. Muchas empresas usan hojas de ruta que suelen comprobar de vez en cuando para ver si los resultados se ajustan a los objetivos. Si lo hacen a menudo pueden corregir desviaciones, si lo dejan para el final solo podrán comprobar el resultado, cuando ya es demasiado tarde para cambiar la estrategia.
Así pues, es importante ser capaz de revisar lo que hacemos de forma crítica para aprender de nuestros propios errores. No se trata de ser tan críticos de no permitirnos hacer algo en público pero sí tenemos que serlo para aprender de lo que hacemos bien y de lo que hacemos mal. Lo que hacemos bien lo potenciaremos y trabajaremos más con lo que hacemos mal.
Saber observar no solo implica aprender de los demás o conocer a quien queremos convencer sino saber aprender de nosotros mismos, de nuestros fallos y de nuestros aciertos. La fórmula no es exacta, fíjate y analiza tus resultados para ir mejorando tu propia fórmula para convencer, como todo, con la práctica mejorarás mucho.
Si quieres tener una ayuda extra en tu empeño para aprender a convencer no dejes de leer nuestro libro Cómo manipular a cualquier persona con el que aprenderás técnicas de manipulación y a usar las emociones para convencer con argumentos.
una pregunta, me sirve hablar sola frente al espejo, para praticar lo que voy a decir?