Un tema amplísimo y muy interesante…la visualización. Resuelve situaciones, ayuda a que te sientas mejor, cambia estados de ánimo e incluso puede llegar a transformar tu pequeño mundo, tu realidad.
Aquí no voy a explicarte qué es la visualización, sino más bien te hablaré de mi experiencia. Y lo más curioso, de mí experiencia visualizando sin saber que lo estaba haciendo. La visualización inconsciente no es nada extraordinario pero sí interesante, pues con esto te puedo demostrar que todos tenemos esa capacidad de visualizar y también que todos la practicamos, aunque lo hagamos prácticamente sin darnos cuenta.
Hay muchísimas cosas que no van con manual de instrucciones: relaciones de pareja, familia, amigos, con uno mismo,… Eso sí, existen pautas que nos pueden ayudar mucho a aprender cómo actuar en ciertas ocasiones. Sin embargo, es la intuición la que acaba por decidir cómo vamos a actuar. ¿Quizás es ella la que nos impulsa también a visualizar?
Visualización inconsciente: En mi vida
Hará unos dos o tres de años todavía no había oído hablar nunca sobre el tema, no tenía ni idea de lo que era la visualización. Y ahora, algo más informada, me resulta interesante ver como resolví alguna que otra situación sin darme cuenta de que estaba utilizando técnicas de visualización.
La última vez que utilicé la visualización inconsciente recuerdo que iba en avión. Hacía bastantes horas que no había comido nada y me encontraba algo mareada. Viajar en avión me gusta, pero aquel día el avión se movía más de la cuenta y mi estómago vacío lo notaba. Compré un pequeño sándwich y algo refrescante para beber, pero eso no arregló nada.
El simple bocadillo de queso que había pedido estaba adornado de otros tantos ingredientes que terminaron de marearme aún más.
El avión había comenzado el descenso y ya no podía pedir otra mini bebida que me ayudara con sus burbujas a olvidarme del maldito sándwich. Quería explotar pero no me apetecía nada hacerlo. Y a mi alrededor la gente como si nada: acabándose los bocatas, atiborrándose de chocolatinas,… no sé cómo tenían valor.
Yo me quería ir de allí pero no podía, mi cuerpo quería despedir por toda la cara ese bocadillo pero a mí no me apetecía. ¿Cuál era la solución? En ese momento sólo tenía un recurso: mi mente.
Empecé a imaginarme que estaba en un lugar fantástico, y que en vez de estar mal, me encontraba estupendamente, saboreando esa bebida que supuesta-mente me iba a quitar el malestar. Me pasé como unas dos horas en ese estado, engañando a mi mente, manipulándola todo lo que pude. Y cuando el avión aterrizó, fue como una gran victoria. Lo había conseguido, por supuesto que todavía no me encontraba bien, pero sí algo contenta.
Y ya al bajar del avión, aunque fueran las tantas de la madrugada, lo primero que hice después de recoger el equipaje fue ir a buscar ese premio que tanto se había trabajado mi mente: esa bebida con burbujas que tanto había visualizado, no hay duda de que mi mente se la había ganado a pulso.
Otro ejemplo de haber practicado la visualización inconsciente fue hace muchos años, en un parque de atracciones al que fuimos con la escuela. Se me ocurrió subirme a una de las atracciones que más adrenalina provocan y al no poderme bajar, mi mente se puso a visualizar que me encontraba en otro lugar. Y simplemente funcionó: me relajé, cerré los ojos, y el tiempo pasó como si nada. Pues mi mente estaba en otro lugar: yo estaba en otro lugar.
Y así podría poner algunos ejemplos más, y seguro que tú también, pues en esos momentos yo no tenía ni la más remota idea de lo que era visualizar, pero ya lo estaba haciendo.
Visualización inconsciente: Todos podemos hacerlo
Ahora ya no he vuelto a utilizar la visualización inconsciente, es obvio que ya no puedo hacerlo más. Pues al conocer este tema estaré siempre utilizando la visualización positiva de manera completamente consciente. Y a ti, te pasará igual. Si antes la practicabas sin darte cuenta, ahora probablemente empieces a hacerlo de manera consciente.
La visualización inconsciente nos demuestra que el cerebro tiene mecanismos muy potentes que desconocemos, y que actúan cuando más lo necesitamos: ¿Podría decir que el cerebro es más listo que nosotros? No sé si me atrevería a tanto, pero es cierto que nos ayuda incluso cuando no se lo pedimos, de manera casi automática.
En el caso de la visualización inconsciente, el cerebro sabe lo que tiene que hacer y nosotros nos dejamos llevar. No importa lo inteligente que seas, sólo hace falta que seas algo imaginativo y tengas el valor de engañar a tu mente, a tu propio cerebro, para que así él te engañe a ti: manipula a tu mente para estar mejor y ella hará lo mismo contigo.
Empieza a visualizar de manera consciente cuando lo necesites, la visualización inconsciente sólo es posible para los que todavía no conocen el tema, pero en realidad, ya sea de manera consciente o no, lo único importante es el resultado: transformar tu mente y tu realidad a una mejor. En definitiva, ser feliz cuando quieras.
Un descenso no dura 2 horas
Por su puesto que el cerebro es todo, sin cerebro seríamos un poco de huesos, órganos y piel. Entonces a que va esa pregunta si…¿ el cerebro es más listo que nosotros?