Si iba a jugar contigo, lo mejor habría sido tener la delicadeza de al menos decírtelo: “oye, no estoy interesado/a” o al menos NO DARTE ESPERANZAS y hacerte sufrir, ¿verdad? Nunca le des tan rápido algo tan sagrado como es tu corazón a alguien hasta que se lo GANE y veas sus verdaderas intenciones.