Hoy quiero rescatar un tema que ya tocamos hace un par de semanas sobre el sexo en las relaciones de pareja. Hay varias razones psicológicas por las que pasas por etapas en las que no te apetece tener relaciones sexuales con tu pareja. No te engañes, tienes un problema de falta de apetito sexual si tu pareja siempre tiene que andar detrás de ti para tener relaciones. Si no te busca o no lo propone a ti ni se te pasa por la cabeza, ya no por la noche, sino en otros momentos del día, si siempre tratas de esquivarlo y hacerlo es algo que te requiere mucho esfuerzo, concentración, imaginación… Tienes un problema de falta de apetito sexual.
La mayoría de veces los problemas son psicológicos. Hay situaciones médicas que lo justifican, tu primera meta debería ser visitar a tu doctor para que te hiciera analíticas y comprobara que no tienes un problema hormonal o de tiroides. Si acabas de tener un hijo es bastante normal no tener apetito sexual. La lactancia inhibe las ganas en muchas mujeres, es una forma de nuestro cuerpo de protegernos de una maternidad demasiado seguida.
Como decía la mayoría de razones son psicológicas, tuyas con el sexo o tuyas con tu pareja. Una educación muy religiosa en la que se ve el sexo como un pecado puede ser un problema para que te relajes y disfrutes de esta actividad, no hace falta decirlo, totalmente natural. Piensa que la mujer es el único animal que tiene un órgano exclusivamente dedicado al placer. Si lo tenemos es para disfrutarlo, así ya pienses que nos creó Dios o la Madre Naturaleza, quien lo hiciera lo dispuso de este modo para permitirnos disfrutar de la sexualidad y las relaciones, además de la función reproductiva.
Si no es un problema tuyo con la concepción que tienes del sexo, ni tienes un problema médico es que hay otra cosa, en tu cabeza, que te impide que tengas ganas de estar a nivel íntimo con tu pareja. Esto suele ser a causa de los problemas de pareja que no sabes reconocer o que reconoces claramente pero que no piensas que puedan afectar a tu deseo sexual. Y sí, los problemas de pareja afectan a las relaciones sexuales, faltaría más.
Vamos a analizar la problemática más habitual por la que una pareja deja de tener relaciones sexuales.
La primera y más evidente es una falta de atracción física. Puede que te gustara antes, o que antes tampoco te gustara físicamente tu pareja, pero había algo que te hacía desearlo, ¿verdad? Cuidado aquellas parejas que nunca habían tenido relaciones sexuales antes de la boda, si nada más casarte te encuentras con este problema es debido a tu falta de atracción por tu pareja. Creías que tal vez no te afectaría pero el deseo empieza por una atracción física. No nos engañemos, es así.
Si con el tiempo tu pareja te ha dejado de gustar, si está descuidándose o has cambiado de gustos puedes hablarlo con tu pareja y encontrar la solución, ya sea cuidándose y arreglándose, haciendo deporte, o buscando alternativas en prácticas sexuales que te resulten atractivas y quieras probar. Igual tu pareja no te excita sexualmente como para empezar, pero te atrae la idea de que te ate a la cama y te acaricie hasta que se despierte el deseo, puedes usar un antifaz y no ver a la otra persona. La cuestión es detectar cuál es el problema y tratar de buscar una solución.
Si tienes problemas de comunicación con tu pareja es posible que tampoco puedas solucionarlo, sin hablar y llegar a acuerdos es imposible. La falta de comunicación, lo hemos dicho en este blog por activa y por pasiva, es algo que mata a las parejas. La comunicación es básica. Si lo hablaras con tu pareja no estarías en este estado, ya habríais buscado la forma de solucionarlo. Lo primero es comunicarte, quizás simplemente hablando volvéis a acercaros lo suficiente como para que se despierte de nuevo el atractivo sexual.
Una razón de falta de apetito sexual que no tiene mucho que ver con la relación de pareja sino con tu trabajo y tu forma de enfrentarte a la vida es el estrés. Cuando vives al límite durante casi todo el día y toda la noche, cuando no desconectas de tu trabajo y de tus obligaciones, ni para dormir es casi imposible encontrar el estado necesario para tener ganas de tener relaciones sexuales. El cerebro está pensando en otra cosa, inhibe las ganas ya que tu cuerpo está siendo usado al máximo rendimiento durante demasiadas horas desde hace ya demasiado tiempo.
Si este es tu problema, lo primero que tienes que hacer es encontrar el tiempo para ti y relajarte y disfrutar de nuevo de la vida. Aprender a relativizar y priorizar. Lo urgente no siempre es importante. Y lo importante a menudo ni lo tenemos en cuenta.
Por último, una de las principales causas de falta de apetito sexual es una mala relación de pareja. Aunque sigas encontrando a tu pareja atractiva y deseable, si no te trata como te gustaría, si vuestra relación no tiene comunicación, si los enfados son habituales, si no hay ningún tipo de cariño ni complicidad… Es muy difícil tener ganas de estar íntimamente con esa persona. Sí, puedes esforzarte y hacerlo, pero la falta de pasión será lo que describa este tipo de relaciones.
La pasión se construye durante el día, se van cargando las baterías para descargarlas por la noche. Si durante el día o la semana, no tienes esos pequeños momentos con tu pareja, si no os rozáis, ni os miráis, ni tenéis pequeños momentos de intimidad, si no os contáis las cosas… ¿Cómo va a funcionar después el sexo? El sexo es el resultado de cómo os tratáis y de cómo funciona vuestra relación, es como la cocina, algo que se hace a fuego lento y que se degusta después. Las parejas necesitan sexo para descargar tensión, para demostrar cariño, para sentirse unidas… Las relaciones sexuales y la pasión son un buen ejemplo para medir la calidad de la relación.