Presta atención al lenguaje corporal

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Prestar atención a los detalles es una muy buena cualidad que si no tenemos deberíamos empezar a practicar. Ser observador nos allana el terreno en la mayoría de las ocasiones. Si observamos, somos capaces de captar cosas que, aunque en el momento no nos digan nada, nos pueden sacar de dudas o aportarnos lo que nos falta para tomar una decisión. Presta atención al lenguaje corporal y aprenderás mucho sobre las personas, no siempre lo que hacen es lo mismo que lo que dicen. A menudo no podemos, aunque queramos contarlo todo. El lenguaje corporal nos cuenta mucho más de algunos de lo que ellos podrían permitir.

Controlar el lenguaje del cuerpo es un punto favorable tanto para entender mejor a los demás, como para desenvolvernos mejor en ciertos ambientes sociales, como para controlar lo que los demás piensan de nosotros. Nuestro cuerpo también habla. Todos somos emisores de señales de las que se interpretan con la llamada kinésica o ciencia del lenguaje no verbal o corporal.

Este tema es muy interesante, cuando empieces a descubrir cosas sobre el lenguaje corporal seguro que se despierta en ti un interés mucho mayor. Poder conocer a fondo la comunicación no verbal te ayudaría a relacionarte de modo más seguro con los demás, por lo menos siempre sentirías que tienes un conocimiento mayor de la situación. Para ello hace falta entrenamiento, conocer los signos y sus significados y ser observador durante una buena temporada. Las conclusiones a las que llegues deberás contrastarlas con la realidad en cuanto puedas. De este modo verás si acertaste en tus «predicciones». El lenguaje corporal no suele fallar, las personas dicen más por lo que hacen que por las palabras que pronuncian. Si quieres conocer más a fondo el tema del lenguaje corporal no te pierdas nuestro curso: todo sobre el lenguaje corporal y cómo utilizarlo, seis horas de formación para que comprendas todos los mecanismos de la comunicación no verbal.

¿Qué es lo que tienes que mirar en los demás para interpretar su lenguaje corporal? ¿A qué debes prestar atención de tu cuerpo para saber qué indicas a los demás?

Debes saber que casi todo es interpretable, en cada momento diferente un mismo gesto puede significar cosas distintas.

Por ejemplo: una mujer se puede tocar el pelo por nerviosismo ante una situación que la pone nerviosa, pero también puede tocarse el pelo cuando quiere seducir a un hombre. Así pues no nos fijaremos únicamente en un solo indicio o signo de nuestro lenguaje corporal sino que debemos aprender a observar la situación por completo, a tomar nota de las distintas cosas que veamos y analizarlas calmadamente en un momento posterior uniendo todos los indicios. Es un poco como hacer de investigador. Igual que tomamos nota mental de las conversaciones y los tonos de voz utilizados y luego los recreamos en casa para ver qué queria decir realmente la otra persona, con el lenguaje corporal haremos lo mismo. Añadiremos todos los detalles sobre gestos, miradas, cambios de posición del cuerpo a los que ya guardamos: palabras, tonos de voz, miradas…

Presta atención al lenguaje corporal

Saber interpretar los signos de comunicación no verbal te ayudará a ver qué tipo de personalidad tiene cada individuo:

Si es sumiso y se dejará pisar fácilmente, si parece sumiso pero en realidad está esperando agazapado para atacar, cómo no, verás claramente por su lenguaje corporal quién es el líder.

Mediante técnicas de lenguaje corporal podemos saber si una persona miente atendiendo a signos tan diversos como su nariz, la mirada, las manos, la posición del cuerpo o las señales que este emita (sudor, por ejemplo, enrojecimiento de la piel…)

Si observamos atentamente el lenguaje corporal nos daremos cuenta de cuándo dos personas tienen más intimidad entre ellas de la que realmente reconocen tener. Cuándo una persona está interesada en otra y cuando no lo está. Sabremos interpretar las peticiones de auxilio de alguien que no es capaz de pedir ayuda de viva voz…

Photocredit: Barquisimeto – Ciudad Crepuscular

Saber interpretar el lenguaje corporal nos puede llevar a tener un control total de la situación. Ya que no solo sabremos qué quieren los demás, qué buscan sino que seremos capaces de comunicarnos con los demás a través de nuestro propio lenguaje corporal.  Piensa en los directores de orquestra, que sin decir nada se comunican perfectamente con los músicos y son capaces de marcarles el tempo e imprimir un carácter especial a la partitura que suena en cada momento.

Por ejemplo, si eres mujer y tienes dudas sobre un compañero de trabajo, o un jefe que te hacen sentir incómoda con su actitud hacia ti. Conocer a fondo el lenguaje corporal te llevará a interpretar sus señales sin ningún tipo de duda. Aunque la mayoría en estas situaciones ya nos sintamos incómodas sin necesidad de interpretar señales. Analizar sus movimientos puede llevarte a dar cuenta de que en realidad lo que hace esa persona es ser paternalista contigo.

O todo lo contrario. Su cuerpo, aunque no te haya tocado nunca, puede estar indicando que quiere entrar en tu territorio y alcanzar mayor nivel de intimidad contigo. Aunque hay diferencias. Muchos jefes lo hacen para marcar terreno. Cogen tu espacio vital simplemente para hacerte sentir pequeña. En realidad lo estás interpretando como un intento de seducción sexual y no es eso, sino simplemente demostrar quién tiene el poder y quién es el lider de la manada. Ambas cosas son desagradables pero tener claro qué quiere tu jefe te ayudará a llevar mejor la situación y a poder poner límites cuando y donde sea necesario. Además podrás controlar tu propio lenguaje corporal con lo que puedes decirle muchas cosas sin necesidad de hablar. A menudo las palabras sobran.

Entrenarte en este campo garantiza que siempre sabrás la realidad de cada situación. Sentir que tienes el control, que ves lo que otros no ven y que sabes tal vez ni ellos mismos saben te permitirá actuar con seguridad y vivir tus relaciones de manera más relajada. Cuando adquieras los conocimientos, como siempre, necesitarás un proceso, un tiempo para asimilarlos correctamente y después poder empezar a utilizarlos de forma natural sin tener que pensar en ellos. Como cuando aprendiste a conducir. Primero pensabas que no podrías frenar y cambiar de marcha a la vez y ahora lo haces todo de forma tan automática que ni piensas en las marchas o en los pedales.

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