Más motivos para ser asertivo

Si estás leyendo esto es que ya sientes interés o curiosidad por la asertividad. No hace mucho escribí un artículo con razones para ser asertivo. Hoy os voy a dar más motivos para ser asertivo de los que ya hemos dado.

Ser asertivo significa saber decir las cosas que nos preocupan o que nos molestan. No guardarnos los problemas dentro pero ser capaces de hablarlos de forma relajada y, sobretodo, constructiva. No todo aquel que se queja por todo es un ser asertivo. Quejarse es casi sinónimo de agresividad. En cambio si consideramos que estamos opinando o haciendo saber ya lo enfocamos de otra manera. Las quejas suelen ser mal recibidas, no pasa lo mismo con las opiniones. 

Si quieres entrenar tu asertividad para llegar a vivir la vida de otra manera, tratar a los demás de modo diferente y, muy importante, que los demás te vean a ti de forma distinta échale un ojo a nuestro audio curso Cómo ser asertivo con el que aprenderás paso a paso a convertir tu personalidad en asertiva.

¿Qué motivos tienes tú para ser asertivo?

Yo, por ejemplo creo que es totalmente necesario, si algo no me gusta y me incomoda creo que mi obligación es hacer algo para cambiarlo. Evidentemente no puedes cambiarlo todo pero si lo que quieres es vivir de forma coherente a tus ideales lo lógico es que hagas lo que está en tu mano para cambiar lo que no te gusta.

No hace mucho hice una crítica constructiva en el colegio al que van mis hijas. Era algo que sabía que preocupaba a más padres puesto que lo hemos comentado muchas veces a la salida del colegio. Cuando les hice saber mi opinión lo hice única y exclusivamente en mi nombre. Nunca hablo en nombre de una mayoría a no ser que me lo pidan. A título personal les expuse mis quejas y traté de aportar soluciones.

Desde el colegio me contestaron muy ofendidos conmigo y  negando la evidencia. Como defensa decían que era la primera persona que se quejaba.

El problema del que me quejaba era totalmente objetivo. Nadie podía decirme que no era cierto. Me quejaba de que las circulares del colegio llegan con faltas de ortografía y que algunos de los deberes que les daban a los niños también incorporaban faltas de ortografía y de gramática. Esto es un hecho. Es tan fácil como coger el papel y el diccionario y demostrarlo.

Pero lo que realmente me molestó no fue que pusieran en duda lo que yo decía sin comprobarlo, sino que se sintieran seguros de que no se estaban equivocando porque nadie se había quejado antes que yo.

Les contesté que no todo el mundo tiene la competencia necesaria para detectar las faltas de ortografía, pero esperamos que a nuestros hijos les formen mejor de lo que hicieron con nosotros. Y por supuesto, también se tenía que tener en cuenta que no todo el mundo era tan asertivo como yo, que muchos lo habían detectado pero eran demasiado pasivos para comentarlo.

Mi respuesta iba acompañada de fotocopias que demostraban que en los deberes que mandan y en las circulares había faltas de ortografía. Se están pensando qué me van a contestar, pero de momento ya han cambiado las fotocopias que les daban de deberes. Algo es algo.

Para cosas como esta creo que la asertividad es muy importante. No puedes ser agresivo ya que casi nadie va a querer comunicarse contigo si lo haces de malas formas. Para que haya comunicación tiene que haber un mensaje claro y, por supuesto, un canal sin interferencias. Los gritos o las palabrotas cierran los oídos a los que te escuchan. Seguro que tú no eres capaz de entender o procesar lo que te dicen cuando te gritan. A la mayoría de gente no les gusta que les griten. Por no decir a nadie le gusta que le griten.

Si eres de los pasivos debes saber que no vas a solucionar tus problemas callando. Por lo menos para siempre. Está bien saber controlar el mal genio y no decir las cosas enfadado, eso es ser asertivo, pero no vale para nada posponerlo para siempre o, lo que es lo mismo, callar y no decir nada.

Y menos si es un problema que no se va a solucionar si nadie le pone remedio. A veces las soluciones son muy sencillas, solo hace falta que las busquemos.

Ser asertivo implica ser activo. Trabajar en pro de las soluciones y no de hacer los problemas más grandes.

Si para mi era importante que mi hija aprenda a leer y a escribir sin faltas de ortografía, lo lógico es que comparta mi preocupación con el centro educativo y los profesores que se encargan de ello. No puedo esperar, como han hecho otros padres, a que alguien de la cara por mi.

Ser asertivo, pues, implica saber decir las cosas sin molestar, buscar el momento oportuno de hacerlo y tratar de buscar soluciones o aportar ideas para solucionar el problema o conflicto. Si plantamos un problema o malestar también es muy interesante plantear cómo lo solucionaríamos nosotros.

No pensar en negativo es muy importante. No todo el mundo piensa igual que tú, por tanto dar por hecho que los demás hacen las cosas para molestarnos no tiene sentido alguno. Puede que no hayan valorado las cosas desde el punto de vista en el que lo haces tú y que ofreciendo tu opinión o explicación de tu malestar le ayudes a ponerse en tu piel.

Si eres de los que no se quejan nunca debes intentar hacerlo, cuando lo hagas te sentirás mejor.

Si eres de los que se quejan por todo tienes que aprender a valorar tus motivos y tus quejas y sobretodo a pensar un poco en cómo piensan los demás. Te ayudará pensar en positivo y tratar de no culpar a nadie. Cuando consigas relativizar verás que no siempre te quejas con motivo, o que no lo haces con las personas adecuadas. Además, cuando te quejes y lo hagas por algo importante, los demás te escucharán. No pensarán aquello de «ya está el de siempre quejándose».

¿Y tú tienes más motivos para ser asertivo? Si es así, COMPRA AHORA nuestro audio curso Cómo ser asertivo con el que aprenderás paso a paso a construir tu personalidad en torno a la asertividad. Algo de lo que no te vas a arrepentir nunca.