Cuando la ansiedad es tóxica

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Hemos hablado ya en muchos artículos sobre las emociones. No nos gusta tildarlas de positivas o negativas, aunque es totalmente comprensible que unas te gusten y otras no. Pero todas son necesarias. Una cosa necesaria no puede, por tanto, ser considerada negativa.

La ansiedad, como el miedo, es una emoción asociada a la supervivencia. No es malo sentirla ya que nos genera la necesidad de hacer algo en determinadas circunstancias.

El problema es cuando todo lo desconocido nos supone una situación de ansiedad que no sabemos cómo superar.

Cuando la ansiedad es tóxica se convierte en un problema grave, no solo a nivel psicológico sino también físico. La ansiedad tiene muchos síntomas fijos y nos genera muchas incomodidades a nivel psicológico.

Pero vamos a ver para qué es buena la ansiedad, que como decía, es una emoción totalmente normal y a de la que podemos obtener cosas útiles como por ejemplo tener el arranque necesario para hacer algo para lo que no nos atrevemos.

Hay una gran diferencia entre sentir ansiedad puntual ante determinadas circunstancias que vivir con ansia todo el día. Una gran diferencia.

El ansia nos hace despertarnos antes para no perder un avión cuando tenemos que viajar, impide que el cansancio nos venza cuando tenemos que estudiar por la noche para preparar un examen. Hace que estemos más atentos en determinadas circunstancias o que respondamos ante una situación peligrosa con la que no contábamos.

En situaciones de peligro nos sorprendemos de nuestra capacidad de reaccionar. Esto lo hace la ansiedad. La mente detecta el peligro y automáticamente todo nuestro ser se pone en marcha, todos los sentidos están más despiertos que nunca, incluso el corazón bombea más rápido y por tanto recibimos más oxigeno por minuto.

Ante una situación necesaria la ansiedad es buena, nos despierta, nos pone en alerta, nos hace estar más atentos… bajo el miedo o la ansiedad somos capaces de escuchar sonidos que en otras circunstancias no detectaríamos, por ejemplo.

El problema es cuando no sentimos ansiedad ante determinadas situaciones sino que vivimos con una ansiedad constante.

Cada persona ansiosa lo vive a su manera. Hay personas que ven un peligro, una amenaza en cualquier rincón y su cerebro responde con ansiedad. Aquellas personas que se preocupan por todo y a todo le dan una importancia tan grande que llegan a sentirse ansiosos. Este tipo de personas te puede enumerar qué es lo que le preocupa.

Seguramente hablará de varias cosas a la vez. Todo le preocupa, desde el más pequeño detalle al más importante. Además este tipo de personas tienden a ser pesimistas, siempre se ponen en la peor de las circunstancias. Dan por hecho que las cosas pueden salir mal o, directamente, que van a salir mal.

Otro tipo de personas no saben reconocer la ansiedad, viven siempre nerviosas, con esa sensación en el estómago, pero no reconocen el origen de estos síntomas. Está claro que habrá cosas que les preocupen pero no son capaces de enumerar todo lo que les pasa por la cabeza. Además, para este tipo de personas los cambios son un problema.

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Puedes ver un cambio como una oportunidad o como un problema. Si lo ves como un problema te generará ansiedad, miedo, y no serás capaz de afrontar los cambios con ilusión.

Este tipo de personas son reacias a los cambios. Se sienten incómodas siempre, tanto con lo que conocen como con lo que no, pero tienen la sensación de que lo desconocido siempre será peor que lo conocido, por lo menos no quieren jugársela.

Del mismo modo que mucha gente no necesita motivos para estar contenta y pasear por la vida con una sonrisa, hay otras personas que viven de forma ansiosa, sin necesidad de motivos.

Piensa en la típica persona que muerde sus uñas hasta no poder más. Aquellos que no paran de mover los pies de forma nerviosa cuando están en clase, por ejemplo, o que no paran de hacer clic clic con el bolígrafo.

Son personas que, desde que se levantan hasta que se acuestan, tienen todo el día la sensación de vacío. No saben explicar qué pasa pero hay algo que no les permite relajarse, siempre están tensos, nerviosos. No necesariamente preocupados ya que no conocen el origen de su ansiedad.

El problema de sentir ansiedad por cualquier cosa  y a todas horas es que se acaba convirtiendo en tóxica. Como el resto de las emociones cuando la ansiedad es tóxica es mala para nuestras relaciones pero sobretodo para nuestra salud y equilibrio mental.

Muchas personas niegan que se sientan ansiosas y repasan los problemas que no tienen: no me preocupa esto, no me preocupa lo otro…

Pero en realidad hay algo que les preocupa, aunque solo sea mantener la situación tal como está. Cuando consigues algo que te ha costado un gran esfuerzo es totalmente natural tener miedo a perderlo. Del mismo modo que cuando vives una situación de felicidad, el miedo a que pase algo y lo estropee lo tenemos todos.

Pero puedes elegir vivir el momento y disfrutar día a día de lo que tienes. Piensa que, si realmente pasara eso que tanto temes y que te llevara a perderlo todo o a cambiar la situación, cómo hayas vivido mientras lo tenías cobrará una importancia tremenda.

Piensa, y lamento causarte más ansiedad, qué pasaría si hoy murieras, o si tu pareja o hijos lo hicieran. ¿Lamentarías haber vivido la vida como lo has hecho?. Probablemente. Al final de la vida la mayoría de gente siente haber perdido demasiado tiempo trabajando, demasiado tiempo en preocupaciones y no haber dedicado el suficiente tiempo a su familia y amigos.

Piensa en que si te encontraras en una situación tan terrible que no puedas volver atrás, lo único que desearías es haber vivido la vida de otra manera. Así que yo propongo que ahora, cuando puedes, vivas la vida de la manera que te gustaría vivirla, y si jamás llegas a ese momento tan terrible que todos tememos, ya te preocuparás de superarlo. Por lo menos mientras haya durado habréis sido todos felices. Mirar atrás y ver que podrías haber hecho las cosas mucho mejor es un castigo de la vida.

Tú puedes obtener el premio de mirar atrás, mirar el día a día y ver cómo tú y los que te rodean son felices. No temas perder lo que tienes sin aprender a disfrutarlo.

Para aprender a vivir sin estrés y ansiedad te recomiendo el libro: Eliminar el estrés y la ansiedad con el que aprenderás técnicas y recursos para librarte de estas emociones tóxicas y empezar a disfrutar de la vida desde ya.

 

3 respuestas a «Cuando la ansiedad es tóxica»

  1. Muy buen articulo, la verdad no avia conciderado el hecho de que tengo una ansiedad toxica asta leer este articulo. Me haz ayudado a ver un defecto en mi que no veia con claridad. Gracias

  2. Hay tantas cosas de la vida en cada uno que deseamos y que es necesario cambiar la mente de otros para favorecer en cierto sentido, tanto las necesidades de lo interno, como las necesidades materiales. Quien aprende esto, considero ha descubierto el santo de lo santo.

  3. *SOY FELICIDAD ME HA GUSTADO LO QUE HE LEIDO ASERCA DE LA ANSIEDAD TOXICA ES MUY INTERESANTE Y BASTANTE POSITIVA PARA AYUDAR A LAS PERSONAS QUE TIENEN,ESTE PROBLEMA*

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