Madurez y libertad emocional

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Las emociones son parte de nuestra vida. Somos seres emocionales que necesitamos sentir emociones cada día para motivarnos, para sentirnos más alegres, para movernos de nuestra casa a nuestro sitio de estudios, a  nuestros centros laborales, porque si no tuviéramos emociones seguramente nos importaría un comino todo lo que estamos haciendo ahora, andaríamos como animales sin rumbo alguno, solo querríamos satisfacer nuestras necesidades primitivas tales como comer, descansar y reproducirnos.

Pero hay algo más que eso: las emociones. Cuando no se saben controlar nos gobiernan a nosotros por eso tenemos la madurez emocional.

¿Qué es la madurez emocional?

Es la constante experimentación de las emociones que te harán ganar experiencia y control sobre estas. Una persona con madurez emocional tiene actitudes fuertes en momentos difíciles, no se deja llevar por las emociones como la ira, el miedo o la envidia pues sabe controlarla mucho más que el resto y eso le da una manipulación interna de sus motivaciones mucho más poderosa.

Desarrollar madurez emocional es parte de la inteligencia emocional y es como la puntuación. Todos podemos tener un suficiente, pero si sacamos un excelente mucho mejor.

¿Cómo actúa una persona con madurez y libertad emocional?

Pues bien, sabe reaccionar bien ante las críticas, incluso las más fuertes. Muchas personas se dejan picar por su ego cuando reciben una crítica. No han aprendido a saber filtrar la información que reciben y todo lo ven como algo chocante, especialmente con las críticas. Si bien una crítica puede ser tanto constructiva como negativa una persona con madurez y libertad emocional reaccionará bien ante cualquiera de estos dos casos.

En la primera es fácil darse cuenta cuándo estamos recibiendo una crítica constructiva, cuando un amigo te dice tus errores en privado y no en público haciéndote pasar vergüenza, cuando espera el momento adecuado y siempre te dice algo bueno y motivante al final de la crítica, en la segunda es cuando te lo dice delante de todos y no tiene ningún mensaje positivo hacia tu persona. Allí actúa la libertad emocional, lo que somos capaces de sentir ante cualquier estímulo externo.

Admitámoslo, muchos podemos caer fácilmente en esta trampa. Inclusive si dicen algo malo de ti empiezas a tener un poco de furia en tu interior, pues tu imagen personal empieza a dañarse y tu ego no se lo puede permitir.

Una manera de adquirir una madurez emocional es controlando los deseos del ego. Los adolescentes actúan inmaduros por naturaleza y por esa razón tienden a tener comportamientos un poco lamentables; como encapricharse por cualquier cosa, seguir con las tendencias de moda que se están dando ahora en las publicidades… En fin un sin fin de cosas.

Lo que debes hacer es controlar al máximo los deseos del ego. Esos deseos no vienen realmente de ti, viene de toda una cantidad de información hecha por tanta publicidad en los medios de comunicación como la televisión y la radio.

La madurez emocional es la libertad que tienes al reprimir muchos de estos deseos que se te implantan en tu mente debido a la publicidad y lo que te dice la gente de tu alrededor. Crea tu propio pensamiento, pero por esta razón no digo que te empieces a rebelar contra todo esto y no compres nada y quieras vivir a lo zen. Vamos, compra, adquiere lo que necesitas y trata siempre de usar menos de lo necesario. Sigue la ley de la famosa frase: No es más feliz quien más tiene sino quien menos necesita.

Otra de las cosas que vemos cuando no tenemos madurez emocional es cuando nos morimos por la aprobación social y hacemos cosas que nunca haríamos. Por ejemplo: Un hombre quiere conocer a una chica en una discoteca, va hacia ella e intenta seducirla, no obstante ella los rechaza. Regresa con sus amigos que ya se están burlando de él y como sabe que será el hazmerreír de toda la semana se pone de escusa: «Nada tíos, de cerca no era tan guapa, sólo le pregunté sobre el local»

Cuando una persona con madurez emocional sabe reconocer sus propios errores también se reirá de ellos diciendo: ¡Oh, no, me acaba de romper el corazón! provocando más risas entre sus amigos y cultivando otro rasgo importante que es el humor.

Alguien con madurez y libertad emocional tiene la capacidad necesaria para controlar sus emociones tal como lo desee y así poder decidir lo mejor para si mismo. Es necesario entender que no se puede cultivar una sólida madurez emocional de la noche a la mañana, se necesita de mucha práctica para lograrlo, es como correr. El primer día puede que aguantes solo 5 minutos pero si le dedicas mucho tiempo durante 3 a 5 veces por semana entonces pronto podrás correr 30 minutos seguidos.

La madurez emocional es una disciplina que debes practicar al máximo y empezar a cultivar desde ya. De un día para otro no vas a quitarte la tristeza, tienes que vivir varias veces un momento de tristeza (no importa cuál sea la causa inicial) pero con el tiempo cada vez que decidas estar contento gracias a tu libertad emocional te será más fácil.

Con la libertad emocional tú eres el único que decide si estás contento o no hoy desde el mismo momento en que te levantas, o si te amargas todo un día completo y consecuentemente fastidiando todas las actividades que tengas durante el resto del día.

Es decisión tuya si a partir de este momento quieres desarrollar una inteligencia emocional mucho más madura. Es cuestión de ver que en este mundo la vida será más fácil si tienes el poder y la libertad de crear emociones positivas en ti para poder seguir adelante sin importar los obstáculos que tengas, porque el tiempo de una persona que se ha dedicado a cultivar su propia madurez emocional tiende a ser mucho más rica en cuanto a éxitos.

El simple hecho de estar siempre alegre no significa que no haya fallado en nada. Más bien en eso consiste la magia de la madurez y la libertad emocional: en ver el lado positivo de las cosas a pesar de que estén yendo mal.

Si quieres cultivar tu madurez y libertad emocional al máximo te recomendamos nuestro ebook: Como ser un maestro de las emociones.