Has tenido la sensación de que ¡no estamos solos!, que en el espacio y el gran universo debe de haber algo más que exista que nuestro pequeño planeta lleno de vida. Como dijo alguien un día, «sería ser demasiado egoísta el pensar que somos los únicos en el universo».
Siendo francos y sinceros, tiene que haber algo más allá de las estrellas y a veces tratamos de indagar mucho en, quienes son y que desean. Hay relatos que mencionan que nos observan y de seguro que deben de estar haciéndolo, pues su tecnología debe de ser muy avanzada que incluso por algún sistema de rastreo podemos ser vistos.
Hipotéticamente, pensemos en que esto es real. Si te encuentras en la ducha o en la intimidad con tu pareja, ¿te agradaría que te observen? Si alguien provoca insultos de grueso calibre, ¿te agradaría que ellos los escuchen? Y por último si existe violencia en mayor grado en algún lugar, ¿querrías que intervengan?
Este post no está para indagar en lo que puede haber o no fuera de nuestro planeta, pues si nos observan o no lo sabremos con el tiempo y no es algo que debería preocuparnos ahora. Pero si quiero decir, que no hiendo tan lejos alguien nos observa aquí mismo en la tierra. Qué te parece si te comento que cuando hablas inadecuadamente, cuando lanzas insultos, cuando mientes o engañas, hay alguien más importante que nos está viendo aquí en nuestro propio mundo, son los niños.
Estos niños que desde una edad determinada asimilan todo lo que ven y lo captan para toda su vida, son quienes van a seguir nuestro ejemplo al suponer ellos que nosotros hacemos las cosas bien. Puede sonar algo duro para muchos, pero estoy siendo sincero en cuanto a lo que he visto y constatado. Si un adulto miente por ejemplo, cuando le preguntan a un niño este en primera instancia dice lo que vio, es decir, la verdad; pero el adulto para no quedar mal se encarga de distorsionar lo que el niño vio. Es así como comienza un doloroso cambio en la mentalidad de un niño. Si un adulto ofende y su hijo lo ve, a lo largo de su vida pensara que el también «puede ser fuerte» y ofender a alguien más débil.
No prestemos tanta atención a lo que hay fuera de este mundo y que puede estar observándonos; cuando se manifiesten ante nosotros ya descubriremos y sabremos quiénes son y que desean. Prestemos más atención a quienes están tomándonos de ejemplo y observan cada paso, actitud y cada palabra que mencionamos, eso es más prioritario e importante porque estaríamos cultivando valores buenos o malos, principios o fracasos, héroes o tiranos para la futura sociedad.
Aprendamos de ellos, dándonos la mano entre hermanos en los momentos más difíciles de nuestras vidas, que de nuestra boca salgan las cosas buenas que nuestro corazón ha cultivado, así podremos ver con gusto que nuestros hijos han aprendido de nosotros los valores que habíamos deseado transmitirles; ello para cada uno de nosotros será la mejor recompensa cuando miremos que nuestro caminar ha dejado huella, y más aún en los seres que en realidad admiramos, los niños.
Basta de tanta guerra, y más de muchos abrazos, arranquemos de nuestros labios ofensas y cultivemos más frases de amor, saquemos de nuestras vidas la envidia y egoísmo para poder entregar lo que tenemos de más a quien lo necesita.
Muchos adultos tienen o dan; en cambio lo segundo es lo que los niños muestran sin dificultad. Si para hacer de este mundo mejor tenemos que ser como niños, pues seamos como niños a veces y sabremos porque se dijo una vez hace 2000 años, «dejad que los niños vengan a mi»
puta la verdad si qu eestos desesperado, en primera tengo una vida muy pero muy poco sociable, se podria decir que apenas tengo conocidos. Al parecer me he encerrado en un pequeño mundo y no dejo entrar a nadie. Y cuando trato de abrirme siempre teng oque tropezar con el miedo al rechazo, miedo a ser despreciado. en fin soy un tipo que tiene miedo de casi todo.