Tenemos una nueva generación acostumbrada a tenerlo todo. Es sin duda una maldición que los condena a ser infeliz y terminan siendo malas personas. Su vida tiende a tornarse en un desastre, que los lleva a ser desdichados.
Las personas que no valoran el esfuerzo ni saben que es, viven la vida por vivirla, sin rumbos ni norte que los guié. Dependen siempre de otras personas para subsistir, y no toleran, el fracaso, ni el rechazo, porque están acostumbrados a tenerlo todo.
Al no valorar las cosas en su debida proporción, no le dan importancia porque para ellos no requiere ningún esfuerzo encontrarlas. Su inteligencia emocional es muy pobre, incapaz de valorar los lazos familiares, la amistad y las buenas virtudes, se olvidan de ser agradecidos.
Por lo general se vuelven caprichosos, cada vez necesitan más, se les hace difícil elegir entre muchas opciones y se tornan idiotas de tanto pensar en sus debilidades. Tenerlo todo significa no carecer, sin embargo, estas personas carecen de los más elementales sentimientos.
Los valores morales como complementos del ser
Las personas con escasos valores morales, se vuelven un ser incompleto, carecen de la inteligencia emocional para poder valorar lo básico. Todos los excesos son malos y es por eso que estar acostumbrado a poseer de todo, te hace ser incompetente emocionalmente.
Las cosas escasas se hacen necesaria para que la persona aprenda a ser feliz con lo indispensable, lo hace valorar las cosas sencillas y elegir con prudencia las cosas buenas. La gente que lo tiene todo, convierte en un gran problema su vida, por el exceso de opciones. Les cuesta elegir las cosas buenas, y son personas indiferentes a los valores.
La verdadera felicidad tiene su asidero en las cosas sencillas, la amistad, el amor son esencias divinas que no tienen precios, tienes que saber obtenerlas y no se compran con dinero. Los seres humanos buscan ser feliz simplemente, les importa la salud emocional más que cualquier cosa.
Tu felicidad debe tener bases sólidas, que se fundamenten en el esfuerzo hecho, para lograr el éxito emocional. Luchar por lo que se quiere sin importar el tiempo en lograrlo, ser perseverante en lograr una vida encantadora llena de felicidad.
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