Los adelantos en materia de tecnología en las últimas décadas son abismales, si los comparamos con todo lo que el ser humano ha inventado en los últimos dos mil años, pareciera ser que la velocidad en la que surge algo nuevo, se acorta con cada invento, sin duda alguna el más utilizado y quizás el que está cambiando la forma en que vemos el mundo es el Internet, tener tanta información a nuestra disposición además de un sinfín de servicios que ofrece, quizás no nos hace apreciar la complejidad de este medio.
Internet elimina muchas barreras, haciendo más fácil la comunicación, pero también es posible falsear la misma, por ejemplo: cuando intentamos ligar a alguna chica mediante algún chat o msn, podemos con facilidad desvirtuar la realidad, pues se tiene el control al encontrarse en la seguridad del lugar desde donde se liga, en la casa, oficina, etc. y podemos ir controlando la conversación a nuestro favor, de igual manera tenemos mayor poder al abrir y cerrar la ventana sin mayores explicaciones, pues nos ayuda y mucho la seguridad que este control da, pues no nos exponemos abiertamente al estar detrás de una pantalla que nos mantiene a salvo, muchas veces sin ser plenamente conscientes de que el contacto se está produciendo a través de una amplia red, donde se abarcan con la simplicidad de «clic», millones de kilómetros y miles de personas.
Por eso no es tan extraño, que muchos de nuestros contactos adquiridos a través de Internet sean, un ejemplo de manipulación de la realidad. Una persona intentando conquistar o ligar por este medio tiene como cómplice al anonimato, que sólo puede romper ella misma, claro que mientras esto ocurre, puede decir que es una especie en extinción, la persona más importante del planeta o un dechado de virtudes, la lista es muy larga.
Existen historias de muchos primeros encuentros reales, luego de un periodo de cortejo virtual, en donde se descubren muchas verdades ocultas por el temor al rechazo, por mostrase como no son, aunque esto es un motivo seguro de rechazo y esa relación se va por el caño, por ser deshonesta.
Existen muchas páginas de contacto donde podemos leer descripciones por demás increíbles, que podrían creer sólo personas en verdad ingenuas, está bien intentar dar una buena impresión de nosotros mismo, internet da esa facilidad, pero tampoco hay que abusar creándonos un personaje de fabula al puro estilo de Esopo.
Existen personas que han roto relaciones de mucho tiempo, al descubrir verdades a medias o incluso crueles engaños, bajo la sombra del internet.
Es más que obvio que no todo lo que se dice tiene la misma importancia y eso se aplica también a las mentiras, puede haber algunas perdonables o hasta se pueden ignorar, los límites deben ser establecidos por la propia persona. No pretendemos ser un anuncio de moralidad, somos los menos indicados, pero por sentido común debemos ser honestos con nosotros mismos y por supuesto con los demás, recuerda que las mentiras pueden llevarte a desenlaces no gratos y que habrá mentiras que pueden resultar imperdonables.
Si queremos agradarle a alguien debe ser por lo que somos, lo que pensamos y todo aquello que nos representa y no por crearnos un personaje de fantasía que dista mucho de nuestra realidad, además a caso necesitamos crear un cuento de hadas para conquistar a alguna chica(o), qué acaso nos sentimos tan poca cosa para no mostrarnos tal cual somos, nos valoramos tan poco cómo para faltarnos al respeto mintiéndonos a nosotros mismos.
Hay que ser coherentes en la totalidad de nuestra persona, debe existir una correspondencia en nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestro comportamiento; pues sólo de esta manera nos aceptaremos por completo y lograremos la autenticidad, la transparencia necesaria para ser nosotros mismos sin barreras y por consecuencia cuando somos honestos, sinceros y auténticos, las personas a nuestro alrededor tienden a mostrarse de la misma manera.
Chicos y chicas, busquemos nuestra autenticidad, pues sólo comportándonos de esta manera podremos encontrar a esa persona que nos acepte sin reservas y se entregue a nosotros de la misma forma.