Hombre espiritual

Siempre supe que daría con el clavo al descubrir qué es lo que produce felicidad. Bueno, al menos, eso creía, hasta que descubrí que las personas tenemos un lado espiritual. Las personas no somos simplemente personas de carne y hueso con un cerebro muy inteligente. No, somos más que eso. ¡Somos más de lo que creemos que somos!

Al final del artículo te darás cuenta de ello.

Cuando me refiero a hombre espiritual, quiero decir que me dirijo tanto a hombre como mujeres como un sólo ser y, puesto que el hombre es un ser espiritual, tenemos algo más que un simple cuerpo.

Es más, el cuerpo que tenemos no es algo totalmente físico como realmente creemos que es.

A mí me encanta mucho ver documentales sobre los últimos descubrimientos de la física cuántica (aquella que se encarga de estudiar a fondo el mundo atómico), y esa clase de documentales no hace más que despertar mi lado de hombre espiritual. Sé que puede parecer un poco raro pero es totalmente cierto.

El mundo entero en el que vivimos está compuesto de materia, todo lo que tocamos es materia, inclusive el vacío que no podemos ver ni tocar tiene su peso, energía y tiene algo en su interior. Pero todo se resumen en lo siguiente: Estamos hechos de átomos.

Sabemos que nuestro cuerpo está formado por carne y hueso, dentro de ella tenemos órganos vitales, y en cada uno de esos órganos vitales (que funcionan como una gran máquina, muy aparte del cerebro humano), están las células. Y las células son más complejas de lo que parecen (a pesar de ser cientos de veces más pequeño que el punto que encierra esta oración).

Nuestras células funcionan como una gran fábrica, pero hay algo más sorprendente en todo esto, y en resumen en cada una de esas células hay millones de átomos. Todo el mundo que vemos y admiramos está unido mediante los átomos.

Hay un descubrimiento que deja con dolores de cabeza a los físicos: y es que el 99,9% de la masa atómica no existe.

¿Puedes imaginarte una pelota de fútbol donde solamente su masa fuera un punto esférico en la parte central de ella y que el resto fuera solamente vacío?

Pues bien, cómo es posible de que casi todo el átomo esté vacío cuando estamos viviendo en un mundo que podemos palpar todo lo que vemos. Todo lo que tocas simplemente es el 0,01% de lo que verdaderamente debería ser.

Y hay una cosa que deja más estupefacto a toda la comunidad científica: ¿Cómo es posible que miles de millones de átomos se junten, funcionen armoniosamente y puedan llegar a preguntarse qué es el átomo? Mejor dicho: ¿Cómo algo inanimado (sin vida) puede, en unión, formar vida inteligente, y más que eso, un hombre espiritual que se pregunte a sí mismo sobre su existencia?

¿Y qué ha tenido que ver todo esto con el hombre espiritual? ¡TODO!

El hombre espiritual

Y no me refiero al tipo de hombre espiritual que se pasa todos los días rezando, no. Simplemente hablo del hombre común y corriente que se pregunta por su existencia, por su motivo de vida aquí en la tierra, por aquella persona que quiere mejorar día a día, por quien quiere descubrir las cosas que nos hace falta para saber quiénes somos.

Aunque no lo creas, los científicos son mucho más espirituales de lo que tú te imaginas. Inclusive mucho más espirituales que una persona devota a su religión, porque ellos se hacen preguntas muy profundas, preguntas que si descubriésemos su respuesta entonces alcanzaríamos un grado de hombre espiritual mucho mayor.

El último proyecto científico (y es el más importante hasta el día de hoy) es el LHC o el Gran Colisionador de Hadrones, donde se reunieron miles de científicos de todo el mundo para recrear un pequeño Big Bang en un Colisionador de átomos que tiene 27 kilómetros en Europa.

Hasta el momento no sé cuáles son los resultados del proyecto pero tengo entendido que una vez que sepan qué ocurrió una milésima de segundo después del Big Bang (la creación del universo) concluirán qué hubo antes de que este mundo existiese, sabremos exactamente de dónde vinimos, para qué estamos aquí y muchas más preguntas profundas, trascendentales y espirituales.

Si te preguntas cómo ser un hombre espiritual, simplemente te digo que para serlo tienes que tener preguntas muy espirituales tales como se hacen los científicos de la física cuántica. Y, paradójicamente, tener un grado de felicidad por saber que este mundo es un gran misterio (por ahora), y que simplemente tenemos que gozarla.

No te preocupes tanto por las preguntas de: ¿Quiénes somos? ¿Para qué estamos aquí? ¿De dónde vinimos?, porque de eso se encargarán los científicos.

Lo que tienes que hacer tú, como hombre espiritual, es disfrutar de la vida, ser agradecido porque estás respirando aquí y ahora mismo, porque puedes leer este artículo gracias a los millones de mandatos que hace tu cerebro a distintas partes del cuerpo para poder entender lo que te quiero decir.

Esto sí que es ser un hombre espiritual. No es tanto como te han dicho por ahí, ser un hombre espiritual no es seguir una ideología, meditar o rezar todo el día, ser un hombre espiritual es más profundo e inteligente que todo eso.

De hecho, la meditación ayuda, pero no lo es todo en cuanto a ser un hombre espiritual se refiere, por eso tienes que hacer las cosas correctas que son: aprender a vivir, ser feliz, ser espiritual y apreciar lo que tienes.

Es tan simple como si te dices a ti mismo: ‘‘A partir de hoy voy a empezar a vivir y dejaré de quejarme por cosas que no valen la pena, ahora sí voy a hacer lo que tanto he querido, ahora sí voy a avanzar’’.

Porque ser un hombre espiritual es sinónimo de simpleza por más que haya complejidad en su interior, pero esa complejidad está solamente en las preguntas complejas pero en cuanto a la vida sólo nos queda vivirla.

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