Uno de los tipos más habituales de fobia social es la que nos impide interactuar con gente que no conocemos. El miedo o fobia a la gente desconocida afecta a muchas personas que se sienten incapaces de hablar con desconocidos o de entrar en una reunión llena de gente.
Este tipo de fobia también implica el miedo a hablar en público, por ejemplo. Las personas que sienten este tipo de fobia tienen muchos problemas para relacionarse con los demás. Es bueno ser consciente de nuestro problema pero sobretodo hay que ser consciente de los motivos que nos llevan a actuar así.
Para superar una fobia hay que detectar el miedo que la ha desencadenado y superarlo. Si son varios frentes los que tenemos abiertos deberemos actuar contra todos ellos, por partes. Para eso lo mejor es controlar y conocer a fondo las propias emociones y sobretodo sentirnos seguros con nuestro comportamiento y habilidades sociales. Para ello, te recomiendo nuestro curso Cómo superar la timidez y ser sociable, con el que aprenderás paso a paso a superar la fobia social.
Seguro que tienes motivos para actuar así, para sentir esa inseguridad que te deja inmóvil y que no te permite reaccionar, actuar o ser tú mismo. Es probable que hayas pasado un muy mal rato frente a muchos desconocidos y que por ello ahora temas enfrentarte de nuevo a gente desconocida.
Pero si lo piensas bien los que te pueden herir o hacerte más daño son los que tienes a tu lado, los que te conocen bien. Analiza si tu inseguridad viene por ese lado.
Puede parecer una tontería lo que estoy escribiendo ahora mismo, pero para que alguien te haga daño tiene que saber dónde darte. Los desconocidos no te conocen de nada. No saben tus puntos fuertes ni tus puntos débiles. Ven tu actitud y está claro que si les temes lo notarán.
Pero los que sí te conocen, los que saben cómo hacerte daño y qué decirte en cada momento para hundirte con más precisión son los que tienes más cerca. Ojo, no te estoy diciendo que te alejes de todo el mundo. Solo que pongas a cada uno en su sitio y puedas ver de dónde provienen tus miedos e inseguridades.
Para romper algo tienes que saber cómo hacerlo. Una hoja de papel es algo que todos vemos cómo romper, pero hay muchas otras cosas que se rompen fácilmente solo si sabes cómo hacerlo.
Los que te conocen saben cómo hacerlo, los que no te conocen no.
Por tanto si tienes miedo a que te hagan daño lo que tienes que hacer es cambiar la actitud para no dar pistas de dónde están tus puntos débiles. En este caso, serías como esta hoja de papel, o un cristal que todos vemos cómo romper o quebrar de manera fácil.
Lo primero que tienes que hacer es volver a sentir seguridad en ti mismo. Puedes conseguir una actitud que a los desconocidos les sirva para no verte como un papel o un cristal, pero a los que te conocen más tendrás que convencerles de otra manera.
Cuántas veces confiamos en personas que no merecen nuestra confianza y no somos capaces de ver que en realidad no nos quieren ni un poquito y que con sus palabras o actos nos hieren. Luego crece nuestra inseguridad, a menudo ayudado por las opiniones de este tipo de personas, y somos incapaces de enfrentarnos a nadie. Y entonces llega la fobia a la gente desconocida.
Quiero decir que el miedo es algo que nace dentro de cada uno de nosotros, y que es lo que impide que actuemos o nos relacionemos de forma correcta. Pero el miedo te lo pueden estar inculcando personas que se supone que deberían tratarte bien.
Quién no reconoce a una madre sobreprotectora que no deja que sus hijos vayan solos por la calle o que no hace más que hablar de los peligros que pueden encontrarse en la vida. Ella les hace creer que solo junto a ella estarán seguros y el resultado es un adulto que teme todo aquello que se escapa de su control. Ha crecido oyendo que la vida es peligrosa.
Quién no reconoce al marido o la esposa que no es capaz de animar a su pareja cuando tiene que ir a una entrevista de trabajo. Horas antes le recuerdan que no hable demasiado deprisa, que tenga cuidado con lo que dice, que se asegure de no sudar demasiado… No le dicen que lo va a hacer muy bien, le recuerdan lo mal que lo puede llegar a hacer.
Quién no reconoce a las amigas que cuando te acompañan a comprar ropa te dicen que te queda bien algo y ves en su cara que te mienten. Insistes en que te digan la verdad y ellas te dicen que sí, que te queda bien… pero llega el día de la fiesta y alguna de ellas, en un arranque de sinceridad te dice que lo que compraste ese día mejor no te lo pongas. Y ya te la han liado. Ahora no sabes qué ponerte, todas te dijeron que te quedaba bien. ¿Quién tenía razón?
Creo que cada uno puede continuar la lista con las personas que tiene cerca y que de una forma u otra se dedican a infundirle miedos. No siempre son directos, no siempre te dicen claramente lo que están pensando, a veces basta con que te hagan una pregunta que te lleva a pensar que no estás preparado. Tienes que ir a una reunión que te da bastante miedo y te dicen que todo irá bien, pero luego te preguntan ¿qué harás si te quedas en blanco? ¡Zas!
El resumen de todo esto es que los miedos están dentro de cada uno de nosotros. Hasta que no les pongamos fin no podrán dejar de dañarnos usándolos. Lo peor de todo es que quien mejor nos conoce más acceso tiene a nuestros miedos y por tanto le resultará más sencillo activar los mecanismos.
No es para que ahora te pongas a pensar mal de todo el mundo, es para que tengas claras dos cosas:
1. Las gente que te conoce puede hacerte daño con mucha más precisión que los desconocidos. No muestres tus puntos débiles y será más difícil que te hagan daño.
2. Confiar en uno mismo es básico para ver las cosas con claridad. No todo el mundo te quiere bien, ni es necesario que no te quieran para hacerte daño. A menudo los miedos ajenos, como los de nuestros padres, son los que nos inculcan a nosotros. Hay que saber diferenciar y aprender a confiar en uno mismo.
Para confiar en ti mismo y aprender a mejorar tus habilidades sociales te recomiendo nuestro curso Cómo superar la timidez y ser sociable con el que aprenderás paso a paso trucos y soluciones para ganar seguridad en ti mismo y poder actuar frente a los demás con garantía de éxito.