Aplica silencio con esa persona si quieres que te valore como mereces. Pero ojo, porque no se trata de hacerlo para castigarle o para que le duela… eso son actitudes inmaduras. Lee el artículo que aquí te lo explico bien.
El silencio no significa dejar de hablar a alguien para herirle o castigarle. Es un error común creer que el silencio es una herramienta de castigo, y adoptar estas actitudes es inmaduro e infantil. No debes permitir que nadie te castigue de esa forma, y tampoco debes recurrir tú a este tipo de conductas.
El silencio se malentiende muchas veces, especialmente por personas que no saben gestionar sus emociones y actúan desde el dolor. Corregir estos comportamientos, ya sea en ti mismo/a o en los demás, es clave.
Cuando digo que el silencio hace que te valoren como te mereces, me refiero a aplicarlo de una manera inteligente y madura. No es simplemente callar, sino usar el silencio como una estrategia emocional efectiva. Vamos a ver cómo hacerlo.
Renuncia a esa persona que no te valora
El primer paso no se trata de aplicar silencio en sí, sino de renunciar a esa persona que no te valora, y cambiar tu actitud. Si alguien no te da el amor mínimo y necesario para mantener una relación, entonces esa persona no es para ti. No debes estar preguntándote qué hacer para conquistarle, sino aceptar que no te valora, renunciar a esa relación y priorizar tu felicidad.
Renunciar a alguien que no te merece te sacará de pseudo-relaciones que no aportan felicidad. Muchas de las relaciones de hoy en día no se basan en el amor, sino en la necesidad de ser aceptados.
A menudo, acabas quedándote con una persona que te atrae físicamente, pero que no te da lo que realmente deseas emocionalmente. Este deseo se convierte en una obsesión, y te aferras a esa relación creyendo que obtendrás validación de alguien que no te corresponde.
En cambio, las personas que sí te convienen emocionalmente no te generan esa misma obsesión, porque no te dan esos altibajos emocionales que confundes con amor.
Relaciónate desde la dignidad, no desde la desesperación
Para atraer a la persona correcta, debes aprender a relacionarte desde la dignidad, y no desde la desesperación o la idolatría. Cuando decides que alguien es especial aunque te haya rechazado o no te corresponda, le otorgas un estatus de superioridad. Le permites cruzar límites que no permitirías a nadie más. Si esa persona no aparece cuando dice que lo hará, no confirma una cita o no te da la atención que mereces, lo excusas porque le has dado una importancia inmerecida.
Cuando actúas así, no te relacionas desde la dignidad, sino desde la necesidad y la idealización. Así perpetúas la falta de respeto hacia ti mismo/a, permitiendo comportamientos que no aceptarías de nadie más.
Si analizas tus relaciones pasadas, probablemente descubrirás que descartaste a otras personas por comportamientos como los que te comentaba, que en cambio has tolerado cientos de veces de alguien a quien idealizas. Estás actuando de manera desesperada, como si no tuvieras valor propio, lo que refuerza la idea de que no te respetas.
El amor no es sufrimiento
Debes aprender a relacionarte sin ansiedad ni estrés. El amor no consiste en sufrir, ni es sentirse ignorado/a ni menospreciado/a. Si te sientes así, esos no son sentimientos de amor, sino de obsesión y desesperación.
El amor verdadero se basa en la calma, el control emocional y la estabilidad. Si alguien te causa ansiedad o estrés, eso no es amor, sino posiblemente una señal de que esa persona no te conviene y de que tu concepto de amor está distorsionado.
El amor debe producir paz y tranquilidad, no emociones intensas y negativas. Si te encuentras en una situación donde alguien te provoca ese tipo de emociones, lo mejor es huir. Reflexiona sobre por qué esa persona te causa tanto malestar. El amor saludable te ofrece estabilidad, y debes entender que el buen amor incluso puede generar cierto “aburrimiento”.
El amor verdadero es estabilidad, no emoción
El buen amor no está ahí para llenar tu vida de drama o altibajos emocionales. La persona adecuada te dará amor, paz y tranquilidad. Si necesitas emociones fuertes, búscalas en otras áreas de tu vida, como el trabajo o la familia. La pareja debe ser un pilar de calma, no una fuente de conflictos.
Si alguien está perturbando tu paz mental, la mejor forma de responder es con silencio. Pero el silencio no es ignorar por completo o desaparecer, sino centrarte en ti mismo/a, en tu bienestar y en no hacer de esa persona una prioridad.
Muchas veces esa persona no es un “narcisista” o un “vampiro emocional”, sino simplemente alguien que no te ama ni te valora, y esa es la causa de tu sufrimiento. En este caso, lo mejor que puedes hacer es redirigir tu energía hacia ti mismo/a, aprender a quererte y valorar lo que realmente mereces en una relación.
La ley de la proporcionalidad
Cuando te das cuenta de que estás dando demasiado a alguien que te da poco a cambio, es momento de detenerte. La ley de la proporcionalidad en las relaciones es esencial: si das mucho y recibes poco, estás perpetuando una relación desequilibrada que solo te va a causar infelicidad.
En el caso de los hombres, esto podría verse reflejado cuando invitas constantemente a alguien a cenar, la recoges en coche y le das atenciones, mientras esa persona apenas te corresponde.
Lo mismo ocurre con las mujeres que están con hombres que no les dedican tiempo ni atención, que priorizan sus propias salidas y fiestas por encima de la relación.
Pues bien, relacionarte desde el respeto propio y poner límites claros es necesario para mantener tu dignidad y bienestar emocional. Y no debe ser basado en lo que se da económicamente o físicamente, sino en emociones genuinas y tiempo de calidad.
La verdadera libertad emocional
Cuando finalmente llevas a cabo todo lo que te indicaba, te darás cuenta de que aplicar el silencio y poner límites implica estar dispuesto/a a perder a esa persona.
Si te mantienes fiel a lo que mereces y te enfocas en tu propio bienestar, perder a esa persona no será una pérdida, sino una oportunidad de descubrirte a ti mismo/a y encontrar a alguien que realmente te valore.
El silencio bien aplicado es, por tanto, una herramienta poderosa para que te valoren como mereces, pero solo si va acompañado de amor propio y respeto por ti mismo/a.
Recuerda que podemos analizar tu caso y guiarte personalmente con ello, ayudándote y guiándote sobre lo que deberías hacer con esa persona para que te pueda ir muy bien con él o ella, si contratas nuestros servicios de coach para enamorar a alguien.
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