Hoy queremos aclarar un punto que siempre genera confusión ya que mucha gente cree que liderar y dirigir son la misma cosa. Pero en realidad el liderazgo y la dirección son conceptos distintos. Puede que la finalidad de ambos conceptos sea exactamente la misma pero hay diferencias entre liderar y dirigir que si no se toman en cuenta pueden hacernos zozobrar en nuestro proyecto.
Aspirar a ser un buen líder es algo que buscan muchas personas que tienen que dirigir equipos, aunque se puede dirigir sin ser un buen líder y se puede liderar sin dirigir y sin tener ninguna aspiración a ello.
En este artículo nos centraremos únicamente en las diferencias que encontramos en estas dos opciones, a menudo complementarias. No entraremos en detalle sobre cómo llegar a ser un buen líder o cómo aprender a dirigir equipos. Si te interesa este tema puedes echar un ojo a nuestro curso Cómo ser un líder carismático, con el que aprenderás todo lo necesario para seducir y convencer a través de tu personalidad y conseguir que la gente se deje guiar por ti.
Qué es un líder
Es difícil definir esta figura ya que hay varios tipos de líder, no es lo mismo alguien que lidera un partido político que alguien que lo hace con un equipo deportivo. Además tenemos muchos otros tipos de liderazgo como el que tiene lugar entre amigos, compañeros de trabajo, jefes respecto a trabajadores, maestros, profesores…
Un líder es alguien capaz de dirigir a un grupo de personas sin forzar sus decisiones ni obligarles a hacer nada. Digamos que tiene un don para convencer, para que los demás vean que lo que él propone es el camino lógico a seguir. A menudo un líder ni siquiera propone, se limita a ejercer, a hacer lo suyo y consigue ser el ejemplo y la inspiración de muchas otras personas.
Así pues, la figura del líder es alguien a quien valoramos, admiramos y en quien confiamos. Alguien de sobrada y demostrada capacidad de quien creemos tiene respuestas que nosotros no tenemos. El líder en un grupo de amigos, por ejemplo, es el que lleva la voz cantante, aquel del que todos consideran que tiene las mejores ideas, aquel al que se acercan los nuevos para conocer a tu grupo, es alguien a quien los demás ya dan por hecho que es el líder. A un líder se le nota relajado y no es agresivo. No necesita amenazar a nadie para que le sigan.
Qué implica dirigir
Dirigir es un proceso en el que una persona dice a otras lo que hay que hacer y cómo hay que hacerlo. Siempre implica un sometimiento de unos por debajo de los otros. Las ideas propias de alguien no tienen cabida habitualmente cuando te dirigen. Es decir, la dirección implica dejar en manos de una persona las decisiones sobre el camino a seguir. El director coordina y gestiona los esfuerzos de los demás para llegar a los objetivos. El director planifica cómo llevar a cabo el objetivo con los recursos disponibles y los gestiona para conseguir las metas previstas.
Dirigir es algo necesario, y se puede hacer de varias formas. La más habitual en las empresas hasta no hace muchos años era algo parecido a las dictaduras en política. Los directores dicen a cada uno lo que hay que hacer, se estipula el modo de hacerlo y nadie tiene la posibilidad de opinar sobre el modo de realizarlo.
Sin embardo, un director o alguien que tenga que dirigir puede, perfectamente ser un líder, de este modo conseguirá que las personas a las que tiene que dirigir no necesiten empujones para lanzarse a conseguir los objetivos. Un director
Algunas diferencias entre el líder y el director
El director dirige y el lider lidera. ¿Qué significa esto? Pues imagínate al director como alguien que se queda en una silla, como el director de cine, desde su sitio indica lo que hay que hacer. El líder forma parte del grupo pero lo encabeza, como ocurre en las carreras de motos, por ejemplo.
Antes decíamos que el director planifica y gestiona mientras que el líder investiga, innova y busca otras maneras de hacer las cosas.
Dirigir sin liderar implica que nadie pueda aportar ideas nuevas al modo de hacer del director. El líder, en cambio, apoyará las ideas por parte de sus colaboradores, siempre buscará la mejor manera de hacer las cosas y nunca jamás lo hará por quedar bien él sino por ofrecer un mejor resultado a la causa.
Si el director dispone de personal que utiliza según sus necesidades, sin más, el líder trata de implicar al personal para que conecte emocionalmente con los objetivos y se sienta parte útil del proyecto.
Podríamos decir, también, que dirigir, a secas, implica una posición estática. Nos limitamos a gestionar recursos actuales, sin previsión de lo que pasará en el futuro. Eso forma parte de otra planificación. El líder, por contra, avanzará hacia el futuro a medida que avanza en el proyecto actual. Su previsión de futuro siempre forma parte de sus planes, ya que busca la innovación y la transformación.
Un director es alguien que a nivel administrativo puede gestionar y coordinar. Puede hacerlo muy bien pero no ser capaz de liderar. Liderar significa ir por delante, es decir, mostrar el camino. También hay que ser un buen gestionador para ser un buen líder. Lo ideal es que el líder sepa dirigir y gestionar y tenga cuantas más habilidades posibles mejor.
La gran diferencia, creo que radica en que dirigir implica algo impersonal: dirigimos departamentos, proyectos, empresas… pero lideramos personas. Es por eso que el líder tiene un matiz emocional que el director no tiene y es por ello que consigue mejores resultados.
Ser líder es algo natural en muchas personas, pero como ya te imaginarás no hay nada que con práctica no se pueda aprender. El carisma es algo innato pero se puede trabajar, nosotros sabemos cómo hacerlo y tenemos el curso perfecto para ti. Compra ahora Cómo ser un líder carismático y verás cómo mejoras tu relación con los demás y poco a poco vas consiguiendo tus objetivos.