Dejar de ser un celoso patológico

© James Bowe

Hoy vamos a tratar de descubrir cómo dejar de ser un celoso patológico. Los celos responden a la necesidad de control y de posesión, generalmente de una persona. El celoso es aquel que teme perder a una persona a la que quiere y que ve una amenaza en todas y cada una de las personas que se acercan a esta persona, o por lo menos una gran parte de ellas.

Las personas celosas son aquellas que no son capaces de otorgar libertad a la otra persona para que decida con quién quiere estar o a quién querer. En el fondo lo que tienen es un miedo terrible al rechazo, a quedarse solos o a perder al ser amado.

Miedo de perder al ser amado lo tiene todo el mundo, el miedo nos hace ser conscientes de lo que nos importan las cosas pero los celos tóxicos no dejan ver ni pensar con claridad y lo empañan todo de malas intenciones. El miedo, junto a otras emociones debe ser escuchado y trabajado.  Las emociones no se pueden ignorar. Para conocer más sobre las emociones y cómo gestionarlas te recomiendo nuestro libro Cómo convertirse en un maestro de las emociones.

Los celos son aquello que nos hace poner impedimentos a la persona que queremos para que se relacione con otras personas o para que tome sus propias decisiones. No solo son una cosa que afecta a la pareja, aunque es cuando son más evidentes, tal vez. Una madre puede boicotear las relaciones de sus hijos para que no la dejen sola.

Cualquiera puede ser celoso, no hace falta ser un marido intransigente para serlo. Lo malo es que a veces tenemos los celos idealizados o estereotipados y no nos damos cuenta hasta qué punto somos nosotros mismos personas celosas.

Como decía, los celos son los que mueven a las madres que no apoyan las decisiones de sus hijos, que hacen lo posible para que fracasen en sus relaciones, para que no triunfen en el trabajo o para que no decidan pedir una beca para ir al extranjero.  Una madre o un padre celoso, pude incluso quitar el dinero a sus hijos con tal de que no tengan las cosas fáciles y tenerles controlados. Llámale cortar el grifo o llámale dejarte sin paga, pero a menudo cuando los hijos ahorrar para marcharse de casa el único modo de evitarlo es hacer que no consigan el dinero.

Las personas celosas perciben a los demás como una amenaza. Se pueden interponer entre ellos  y la persona querida. A partir de ahí sienten la necesidad de controlar las conversaciones, las idas y venidas, las amistades…

El primer paso del celoso es el afán de control. Ya hemos hablado de madres controladoras, seguro que también has conocido a más de un novio controlador. Empiezan por el dónde vas, con quién lo haces, qué vas a ponerte de ropa, dónde iréis, de qué habéis hablado… y un largo etcétera.

El siguiente paso es la prohibición, cuando el control ya no es suficiente o siente que hay demasiadas cosas que controlar, cuando convierte a otra persona en una amenaza o extiende la amenaza a toda una situación, empiezan las prohibiciones. No me gustan tus amigas. No quiero que hables con otros chicos. No te pongas esa falda.

Lo malo para la persona celosa es que lo que realmente teme, que es perder a esa persona, es lo que está consiguiendo con su actitud. Molesta vivir controlado y ahogado de esa forma y lo más habitual es que quien vive bajo esa presión tarde o temprano quiera salir de ella.

En los maltratadores eso es algo que funciona así. Cuando son celosos y temen perder a su pareja, si al final les dejan es cuando los celos llegan al nivel máximo. Ven cumplido el temor que han sufrido durante todo este tiempo y no son conscientes de que son ellos mismos y su actitud los que lo han provocado.

Y aunque no hayas ejercido nunca la violencia sobre tu pareja, cuando al final te deja, sientes lo mismo: que por fin se han cumplido tus temores. Tenías razón.

Ser consciente de que es culpa nuestra es el primer paso para conseguir cambiar y dejar de ser un celoso patológico.

© Kristian Vinkenes

Si eres capaz de darte cuenta de que cuando te dejan por ser celoso es algo que has provocado precisamente tú ya tienes un gran paso ganado. Si eres tú, precisamente tú, lo que hace que la persona que quieres se aleje de tu lado, qué es lo que tendrías que hacer para evitar que eso vuelva a pasar? Cambiar tú para ser precisamente lo que necesita la otra persona para ser feliz.

En primer lugar se trata de aceptar tus propias necesidades, de entenderlas y de mirar de satisfacerlas de forma positiva. Pero también se trata de entender a los demás y sus necesidades, solo si las satisfaces de forma positiva ellos sentirán que te necesitan para ser felices.

Cambia el concepto que tienes de esa relación, de tu relación con los demás en general. No creas que tienes que retener a nadie a tu lado, sino que tienes que mantener. Lo que es lo mismo, trata de cambiar el sentido de posesión que tienes sobre la otra persona para verla totalmente libre, no la tienes. Ella está contigo porque quiere. Si lo que intentas es atraer a la otra persona será mucho más fácil que si la intentas retener.

¿Ves la diferencia? Para dejar de ser un celoso patológico lo mejor es empezar a dar libertad a los demás para que elijan con quién quieren estar. Si tú eres la persona elegida esfuérzate cada día para que renueven ese deseo. Conviértete en alguien tan maravilloso del que no se pueda prescindir. Y confía, confía en ti, que eres lo que la otra persona necesita y en la otra persona que cuando te dice que quiere estar contigo está siendo sincera.

Piensa que obligando a alguien a quedarse contigo solo le infundes ganas de buscar una escapatoria. Es normal que temas que se escapen si tienes a alguien prisionero. Dale la libertad de ir donde quiera y sabrás cada día que la persona a la que amas quiere estar contigo, puesto que tú no le obligas a hacerlo. ¿Puede haber algo más bonito?

El miedo a perder nos hace incapaces de ver la realidad en muchas ocasiones y de disfrutar del placer que supone que alguien libremente elija estar a nuestro lado. A los miedos hay que saber entenderles y trabajar de forma positiva enfrentándose a ellos. El miedo es una emoción más, tenemos muchas otras: la rabia, el enojo, la ira… si quieres saber más sobre las emociones y cómo gestionarlas te recomiendo nuestro libro Cómo convertirse en un maestro de las emociones.

 

Una respuesta a «Dejar de ser un celoso patológico»

  1. EN SU MAYORIA LOS ESCRITOS LOS HE VENIDO COMBINANDO CON ESCRITOS DEVOCIONALES CRISTIANOS Y LUEGO LOS ENVIO A MIS AMIGOS DE FACEBOOK Y HOTMAIL,COMO VEO QUE SON IMPORTANTES PARA EL BUEN DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD LES HE DADO SU USO SIN SU AUTORIZACION;PERO SI UDS.CONSIDERAN QUE NO DEBO HACERLO,ATENDERE SU PETICION,NO LE SACO NINGUN PROVECHO ECONOMICO….

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