Cuando ya no te importa, te busca

¿Te has preguntado alguna vez por qué justo en el momento en que tú dejas de darle importancia a esa persona, dejas de perseguirle o de invertir tu energía en ella, de pronto te empieza a hacer caso y te busca?

Pues esta dinámica de la seducción y la dependencia emocional es más común de lo que crees, y entenderla te ayudará a recuperar el control emocional, tu autoestima, y tener más éxito en la seducción.

En primer lugar, cuando dedicas tiempo y esfuerzo a que otra persona te quiera, se crea una dependencia no siempre consciente. Tú le proporcionas compañía, cariño y atención, y todo ello alimenta su ego y su autoestima. Poco a poco, esa persona se acostumbra a tu aporte constante de afecto, y termina necesitando ese «subidón emocional» que solo tú le das.

Y en el momento en que dejas de suministrar ese cariño de manera tan continua, esa persona percibe de golpe que ya no eres la fuente fácil de atención y afecto que solías ser. Al notar tu desapego, se da cuenta de que en realidad le importabas más de lo que creía, y no está dispuesta a perderte.

Por eso te busca: quiere recuperar el poder de saber que aún puede tenerte cuando desee. Pero cuidado, que a menudo esa búsqueda es solo un intento de reafirmar su ego, no porque te quiera o desee de verdad.

De hecho, una vez satisfacen esa necesidad de control y validación, muchas personas pierden el interés de nuevo. El verdadero problema radica en los «repelentes de la seducción» que desarrollas sin darte cuenta: comportamientos obsesivos o dramáticos que asustan y alejan a quien te interesa.

Repelentes de la atracción

Los siguientes comportamientos son repelentes absolutos de la atracción:

  • Obsesionarte con esa persona: localizarlo, hablar de él/ella sin parar con amigos, perseguirle a cualquier lugar. Mandarle mensajes todos los días aunque él o ella ni conteste… Todo esto es como si le estampases en su cara un repelente de atracción.
  • Actos grandilocuentes sin sentido: un cliente puso una radio con la música favorita de su ex bajo su balcón y se fue corriendo. Otro se quedó «de guardia» hasta altas horas. Llenarle el coche de notas de amor… Estas maniobras no impresionan: parecen señales de inestabilidad mental y generan rechazo.
  • Chantajes emocionales: amenazar o chantajear emocionalmente. O incluso gravemente como amenazarle con quitarse la vida si la persona no te corresponde… esa es la forma más baja y desesperada de manipulación. Como mucho te puede seguir el juego por un tiempo, pero ciertamente no será por amor y a la menor oportunidad se irán.

Cuando cruzas la línea del amor de alguna de estas maneras, no estás demostrando en absoluto pasión, sino alarma, toxicidad, que eres inestable mentalmente y no apto para una relación. No importa lo enamorado/a que te sientas, comportarte sin control emocional y sin dignidad solo acentúa tu dependencia y aleja aún más a la otra persona.

Excepciones: parejas consolidadas

Con alguien con quien has compartido una relación sólida —amor, compromiso, hijos— es más normal que la inversión emocional sea alta y que quieras esforzarte por esa persona. Pero cuando se trata de alguien que nunca quiso formalizar contigo, ese nivel extremo de apego puede asustar: y no refleja nada bueno, sino inmadurez y ansiedad.

El auténtico afrodisíaco de la seducción

La verdadera “pócima” que cambia las tornas no es perseguir ni dramatizar, sino:

  1. Tener dignidad y autoestima
  2. Mantener el control emocional
  3. Comportarte como un adulto maduro, con los pies en la tierra

Por ejemplo, en el caso de una ruptura, una persona que acepta con serenidad el fin de la relación, que no se arrastra ni amenaza, proyecta salud mental y equilibrio. Y eso sí atrae de verdad.

Cuando dejas de hacer el ridículo y dejas de sobrevalorarle, sanas tu cabeza y elevas tu valor ante los ojos del otro.

Cómo recupera un ex de verdad

Volvamos como ejemplo a las rupturas de pareja. Las historias de reencuentros felices tienen un patrón:

  1. Se rompe la relación, pero se mantiene un hilo de amistad y contacto
  2. Poco a poco emergen nuevas conversaciones y conexión auténtica
  3. Van surgiendo sentimientos de forma natural, como de mutuo acuerdo

Como ves, nunca es cuestión de forzar ni de jugar a los extremos, sino de comportarte de manera sensata y coherente. Tener la actitud de alguien equilibrado, no de un perturbado mental, es lo que despierta interés genuino, de nuevo o por primera vez.

En definitiva, todas esas locuras que cometes llevado por sentimientos fuertes: perseguir, amenazar, dramatizar, son antídotos de la seducción: repelen hasta a la persona más enamorada de ti.

En cambio, el “repelente” más eficaz para lo tóxico es tu propio control emocional, tu respeto por ti mismo/a y tu capacidad para vivir con madurez y cordura.

Así que recuerda: cuando ya no te importa, te busca… y cuidado para que no lo haga solo por puro ego. Si mantienes tu dignidad, tu autoestima y te comportas como una persona madura, el juego cambia, la persona te valora más y su interés por ti te lo reflejará.

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También puedes aprender las técnicas para enamorar a esa persona con nuestro audiocurso de Cómo recuperar a tu ex.

 

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