Como halagar una mujer

Como halagar una mujer es toda una ciencia que hay que aprender a hacer bien. Halagar a una mujer no es gritarle a 15 metros: «GUAPA, TE LO COMERÍA TODO» mientras te tocas la entrepierna. O ir a la chica más guapa de la oficina y decirle: «Eres muy guapa».

Hay que saber no solo como halagar a una mujer, sino cuando. Por ejemplo, imagina a una mujer rodeada de periodistas y fans, en ese momento un halago tuyo pasará completamente desapercibido, tampoco funciona halagar una mujer por lo que está harta y más que harta de que la halaguen.

Si una mujer se viste espectacular no es para encerrarse en el maletero de un coche, es para ver como la miran, para sentirse estupenda y recibir algún halago educado, pero ese tipo de halagos no consiguen nada más que aumentar su ego y hacer que te vea con menos respeto. Un halago debe hacerse de tú a tú, de igual a igual y no con sumisión.

El 99% de hombres entienden halagar una mujer como elogiarle el físico y eso es lo que hacen todos y lo que hace todo el mundo es lo que se vuelve predecible, aburrido y poco interesante.

Todo el mundo viste ropa, quien quiere hacer ver que tiene más estilo lleva ropa más cara y/o con más estilo. Halagar mal a una mujer es como intentarle vender una prenda de ropa que nadie quiere a un precio superior, si quieres ser del montón halaga como hace el montón, aludiendo al físico y con cobardía.

Si vas a halagar a una mujer haciendo referencia al físico no lo hagas de una forma cobarde, medio mirando al suelo o a 10 metros. Párala, mírala a los ojos y dile: «Oye, eres guapísima». Verá en tu halago una sinceridad y una valentía extraordinaria que le encantará, da igual lo acostumbrada que esté una mujer a este tipo de halagos, incluso si una noche sale y está cabreada de oír a babosos gritarle lo guapa que es.

Actuar con valentía es un componente tremendamente atractivo, no eres como los demás y se lo acabas de decir con mayúsculas. Si bien es cierto que remarcamos no halagar a una mujer por su físico hay ciertas normas que están para romperse si sabes cómo hacerlo.

Por lo tanto recuerda que si vas a halagar a una mujer por su físico hazlo con pelotas, con valentía, párala de frente, invadiendo su espacio, mirándola fijamente a los ojos y pronunciando tu halago con sinceridad, pero suave y lentamente. Verás como le sacas una gran sonrisa y se mostrará interesada en ti.

Jamás he visto este halago bien realizado por un hombre y que no suscitase respuestas ultra positivas de una mujer, como que empiece a interesarse por ti, y es que no hay que ignorar las leyes de la atracción, con esta acción transmites sinceridad y valentía y esta segunda especialmente vuelve loca a una mujer.

Haz que se gane tu halago

El halago siempre indica cierta posición de sumisión y la sumisión es una cualidad anti-atractiva que no enamora a ninguna mujer. Ve a una mujer atractiva y suplícale y humíllate para que salga contigo, a ver si lo consigues y que además te trate con muchísimo respeto.

Para que un halago de sus frutos debe haber sido ganado por la mujer en cuestión. Imagina que un día sales con una mujer hermosa y esta se comporta como una energúmena, es mal educada, se comporta como una niña y al final de la cita vas tú y le dices: «Que guapa y tan sexy te ves» o «Me encanta lo buena persona que eres».

De ese modo lo único que haces es reforzar un comportamiento negativo, estás haciendo que esa mujer quiera seguir con su comportamiento por qué no solo no recibe ninguna reprimenda sino que recibe elogios. Pero si en cambio estás con una mujer que la haces esperar 30 minutos, ella se ha portado bien y te ha esperado, no está de más un halago: «Gracias por ser tan paciente, eres un sol».

Ella se lo ha ganado, ha tenido un buen comportamiento y estás reforzando que tenga un buen comportamiento elogiando ese buen comportamiento. Si en cambio jamás elogias los halagos que la mujer se gana corres el peligro de que deje de tener buenos comportamientos u acciones. ¿Para qué? Si pasa completamente desapercibido y tiene las mismas consecuencias actuar bien qué mal.

Eso me decía a mi mismo de pequeño cuando daba igual lo que hiciera, sabía que en casa me reñirían así que ni me molestaba en hacer las cosas bien, total, me iban a reñir igual.

Halagar una mujer es un poco como educar su conducta, no se pueden tirar halagos en plan escopeta por qué eso lo único que hace es fortalecer la imagen de que suplicas por ella y a ella de que recibe halagos de muchos pretendientes y tú no debes ser un pretendiente sino «El pretendiente». Cómo actúes y te comportes con una mujer es el reflejo de como ella te tratará.

Si solo haces que hacerle la pelota ella te verá con poco valor. ¿Te imaginas a Gandhi o María de Calcuta halagando y suplicando a la desesperada? Está claro que quien halaga a una mujer de forma desesperada no se considera de valor y si no se considera de valor la mujer a la que pretende tampoco le considerará de valor.

Pero un tipo que se valora mucho no va halagando así por que sí, sino que hace que la mujer se gane esos halagos y eso te pone a ti en situación más ventajosa y a ella en la posición de sumisión; es un intercambio de papeles. Cabe remarcar que aquí cuando hablamos de sumisión es sumisión psicológica, nada de machismo, ni feminazismo ni de cuero y látigos, es un concepto psicológico para definir cuando una mujer siente atracción por un hombre o lo ve como un tipo más.

Si una mujer hace las cosas bien y recibe tu halago, ella está intentando ganarse tu afecto y una mujer no se intenta ganar el afecto de un desconocido o de un hombre que no le importa lo más mínimo, sino de un hombre que le interesa y si tienes B, tienes A.

La forma correcta de como halagar una mujer es por lo tanto; cuando ella se lo ha ganado.

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