Hoy traigo un tema que espero que os resulte interesante y del que hace mucho que no hablamos en el blog. Cómo hacer que te escuchen, sin gritar, por supuesto. Algo que tiene mucho que ver con la actitud de cada uno y que se puede mejorar si se trabaja la asertividad.
La asertividad es la capacidad de decir lo que uno siente sin necesidad de herir o menospreciar a los demás al hacerlo. Muchas personas que han oído hablar de la asertividad se quedan sólo en una parte de sus características, aquella que hace referencia a saber decir que no, pero ser una persona asertiva va mucho más allá de todo eso.
La asertividad es una cuestión de caracter, pero se puede educar y de hecho depende de la educación que hemos recibido el comportamiento más o menos asertivo que vayamos a tener en un futuro. Ya no se trata de si nuestros padres nos han tratado de forma asertiva o no, si nos han gritado será muy difícil ser personas asertivas, pero si nos han tratado de forma pasiva también. Aunque no hayan hecho ni lo uno ni lo otro, el simple hecho de no haber tenido nunca en cuenta nuestras opiniones o ver cómo nuestro padre no tenía en cuenta las opiniones de nuestra madre nos puede haber convertido en personas pasivas que no son capaces de expresar lo que sienten o de dar su opinión. Así pues, os recomiendo nuestro audio curso Cómo ser asertivo, con el que aprenderás a comportarte de esta forma y a detectar tus modos de pensar erróneos, como que a nadie le interesa tu opinión.
Si crees que tus opiniones no le importan a nadie no hace falta que te preocupes sobre cómo hacer que te escuchen, eres el primero que no se permite hablar. Tus opiniones le interesan a la gente, empezando por ti y tú debes saber comunicarlas cuando son oportunas. Es decir, no puedes ir por la vida soltando tu opinión cada vez que te venga en gana pero sí cuando es algo pertinente. No seas la típica persona que le dice a otros lo que tiene que hacer pero opina cuando el tema del que vas a hablar te afecta a ti en primer lugar.
Ser asertivo también implica aprender a respetar las opiniones de las otras personas. Si crees que no te escuchan tal vez deberías plantearte si tú estás escuchando a los demás. Si la respuesta es que no, ya sabes lo que tienes que trabajar. Si les escuchas pero nunca entras en razón, si nunca cedes ni un poco y siempre tratas de imponer tu razón es normal que no te escuchen. Ya saben lo que piensas, probablemente se lo habrás dicho alguna vez, y también saben que no vas a cambiar tu forma de pensar ya que no lo haces de forma habitual.
Se trata de saber dar y de saber recibir, tienes que aprender a ceder, si este es tu problema y por eso no te escuchan. Tienes que aprender a entender las razones de los demás, a respetarlas y a asumirlas como si fueran tuyas cuando eso es lo que decide la mayoría. Es decir, si eres el típico que cuando pierde la discusión de qué peli van a ver, con su grupo de amigos, va quejándose todo el rato de la elección, a final optarán por no llamarte cuando vayas al cine, por no hablar de lo poco que van a querer escucharte.
Así pues, el primer paso para conseguir que te escuchen es saber escuchar a los demás y saber cambiar de opinión o ceder cuando no se puede tener razón. Unas veces ganan unos, otras veces ganan otros. Eso es así y querer que sea distinto es empezar planteando las cosas desde una forma de vista problemática. Seguro que si vas así tendrás problemas.
Además cuando el problema es que sientes que tu opinión no vale, que no te escuchan, la forma de comportarse asertiva te enseñará a ganar fortaleza y a creer en tus opiniones, a saber cómo decir las cosas de forma firme pero no ofensiva. Si hasta ahora no te han escuchado no hace falta que grites ni te enfades, tampoco hace falta que lo des por imposible. Simplemente bastará con que te atrevas a preguntar si puedes dar tu opinión. Nadie te va a decir que no y por fin sentirá que te escuchan. Si empiezas a formar parte del grupo que opina pronto se esperará que lo hagas en lugar de esperar que no lo hagas.
No haberlo hecho hasta ahora, pues no implica que eso no pueda cambiar y que con un poco más de seguridad en ti mismo o en ti misma puedas convertirte en una persona más participativa.
Respecto a la forma de hablar, es algo que nos preocupa a muchos ya que no nos gusta hacer el ridículo. Algunas personas se sienten cómodas hablando en grupo mientras que otras no se sienten bien en absoluto y mi recomendación es que estructures tu discurso mentalmente, que sepas el orden en el que vas a decir las cosas, que lo importante lo digas al principio, que no te alargues demasiado y que uses frases cortas y palabras sencillas. De este modo te asegurarás no solo de que te escuchen sino de que te entiendan cuando hables.
Cuando nos ponemos nerviosos a menudo olvidamos lo que queríamos decir, por eso es importante aprender a estructurar el discurso y a usar frases simples que no nos compliquen la vida, que si te distraes el principio de la frase no te quede demasiado lejos como para no acordarte de lo que estabas hablando.
Si eres sincero y comedido con tus palabras, si tus opiniones son oportunas y sabes expresar tus sentimientos sin ofender y sin miedo al rechazo pronto verás como tus opiniones empiezan a ser tenidas en cuenta y por fin sientes que te escuchan. Tienes que tener paciencia pues aunque tú cambies de un día para otro todos tienen una idea preconciba de ti y que no va a ser fácil de cambiar, por ello tienes que insistir y conseguir que cuando te recuerden ya no echen mano de esa persona callada que nunca opinaba de nada.
Como decía antes, un buen entrenamiento en asertividad será básico para tener seguridad a la hora de hablar y saber cómo hacerlo para no molestar y ser tenido en cuenta. Te recomiendo nuestro audio curso en mp3 Cómo ser asertivo.