Hoy queremos analizar una lista de derechos que corresponden a la personalidad asertiva. Es decir, si eres una persona asertiva sentirás que tienes los derechos mencionados en esta lista y harás lo posible para que sean respetados. Tener claros cuáles son tus derechos te ayuda de forma efectiva a luchar para que se cumplan. Como verás algunos son difíciles de aceptar para muchas personas y marcan la diferencia entre ser o no ser una persona asertiva.
¿Que no sabes lo que es la asertividad? Te lo cuento en pocas palabras. Asertividad es la cualidad que te permite actuar de forma proactiva en beneficio de tu propia persona pero sin herir ni molestar a los demás. Algunos lo confunden con ser egoísta, pero no se trata de eso sino de mantener nuestros derechos para que nos sintamos bien con la forma que tienen los demás de tratarnos y la forma en la que nos involucramos con los demás.
Si eres una persona que no se respeta a sí misma permitirás que los demás te falten el respeto. Aunque no creas que no te lo faltas a ti mismo cuando permites que otro lo haga lo estás haciendo tú en primer lugar. Ser asertivo te ayuda a cuidar ese aspecto de tu persona además de facilitar la comunicación con los demás y de cuidar de tu personalidad, autoestima y valores personales. Ser asertivo es el estado óptimo de una persona, que puede elegir entre ser agresiva, pasiva o asertiva. Con sus puntos intermedios y las mezclas entre ambos extremos. Lo ideal es el punto medio, para aprender a ser asertivo te recomiendo nuestro audio curso: Cómo ser asertivo.
Los derechos de toda persona
Ojo digo los derechos de toda persona y no de la personalidad asertiva ya que son derechos que nos afectan a todos. No sólo los tienen las personas asertivas, también los demás. Por tanto, cuando los leas tienes que entenderlo como que son para que los demás los apliquen en ti pero también para que tú los apliques a los demás. Ser asertivo, ante todo, es ser respetuoso, tanto con uno mismo como con los demás.
1. Derecho a ser tratado con respeto y dignidad.
Es súper importante aprender a respetarse a uno mismo. Si tú no lo haces, no lo harán los demás. Si permites que alguien te falte el respeto estás faltando a tu derecho a ser respetado. Ese es uno de los puntos más importantes a tener en cuenta.
2. Derecho a tener y expresar los propios sentimientos y opiniones.
¡Por supuesto! nadie te puede hacer sentir mal por lo que piensas o lo que sientes, ni tampoco por expresarlo. Puede que no les guste, están en su derecho, pero no pueden juzgarte por lo que piensas.
3. Derecho a ser escuchado y tomado en serio.
Da igual la edad que tengas o a lo que te dediques. Da igual quién sea tu interlocutor o con quién te enfrentes. Tu opinión es tan importante como la de cualquier otro y tienes derecho a que se te escuche y a ser tomado en serio.
4. Derecho a juzgar mis necesidades, establecer mis prioridades y tomar mis propias decisiones.
Cada uno marca el ritmo de su vida. Decide qué es lo más importante en cada momento de su existencia, pudiendo cambiar de opinión las veces que quiera, faltaría más. No dejes que nadie te diga qué es lo que tiene que ser para ti más importante. Respeta las prioridades de los demás y vive conforme a tu lista de prioridades. Por supuesto que las decisiones que tomes tienen que estar relacionadas con estas prioridades que has establecido. No puedes sentirte culpable por luchar por lo que quieres.
5. Derecho a decir “no” sin sentir culpa.
Conforme a tus prioridades y necesidades sentirás que a veces tienes que decir que no, no puedes responder afirmativamente a todas las demandas de los demás. A veces porque no lo creas oportuno, otras por tener algo que hacer más importante… Siéntente libre de decir que no. Y por supuesto entiende y acepta que los demás te digan que no, como vemos en el siguiente punto.
6. Derecho a pedir lo que quiero, aunque debo tener en cuenta que mi interlocutor también tiene derecho a decir “no”.
Si necesitas ayuda tienes derecho a pedirla. Repite esto: tienes derecho a pedirla, no esperes que los demás sean adivinos con tus necesidades y pide lo que sea que necesitas. Pero, por supuesto, igual que tú tienes derecho a decir que no, tienes que entender que los demás te digan que no a algo. Así es la vida, y la asertividad en concreto, lo que quieras, o no quieras para ti, también lo tienes que querer para los demás. Ser asertivo implica tener el mismo respeto para tus derechos que para los derechos de los demás.
Hay unos cuantos derechos más. Mañana veremos los que faltan. Como puedes ver los derechos de toda persona se manejan mucho mejor con asertividad. De hecho, es la única forma de hacerlo ya que si eres pasivo vas a permitir que se pasen por alto muchos de estos derechos y si eres una persona agresiva puede que hagas respetar los tuyos pero estarás rompiendo los derechos de los demás. Recuerda que tienen tanta importancia estos derechos aplicados en primera persona que en tercera persona. Es decir: valen para ti y valen para los demás. De nada sirve, absolutamente de nada que los hagas cumplir en tu persona pero que no los respetes en los demás.
Una vez leídos y entendidos todos estos derechos te puede parecer complicado adaptarlo a tu día a día, saber cómo tienes que reaccionar, hablar, qué tono de voz usar, cuándo ceder, cómo decir las cosas y a quién decirlas… No es fácil aplicar de un día para otro comportamientos 100% asertivos. Necesitas a alguien que te guíe y te lo muestre con ejemplos para que puedas llevarlo a todas las facetas de tu vida. Por ello, te recomiendo nuestro audio curso: Cómo ser asertivo.
soy de peru . te puedo pagar en soles ?
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