Hemos visto ya a lo largo de varios artículos la importancia del perdón para poder pasar página, el perdón es algo a lo que todos tenemos derecho. Cuando somos pequeños nos lo marcan como una obligación, pero nadie puede obligarte a perdonar igual que nadie puede obligarte a odiar o a querer. Perdonar es un acto que hacemos voluntariamente y al que todos tenemos derecho, pero somos libres para elegir otros caminos.
Cuando has perdonado ves que es el mejor camino a seguir, lo has visto con otros problemas a los que te has enfrentado y te lo han contado personas que han superado situaciones terribles que han podido perdonar y empezar de nuevo. Y es que para pasar página es imprescindible perdonar. Por supuesto que para pasar página también hay que perdonarse a uno mismo. Tal vez eso es mucho más difícil que perdonar a otros.
Cuando somos nosotros mismos los que cometemos errores, algunos de ellos pueden ser muy graves, tenemos que asumir y lidiar con muchas emociones para las que no estamos preparados. No nos educan para asumir ciertas cosas. Así que de adultos nos encontramos con que hemos hecho cosas o cometido errores de las que no nos es fácil escapar y mucho menos perdonarnos. Lo primero que tenemos que hacer es asumir que tenemos emociones, tratar de identificarlas y trabajarlas una a una para que dejen de estar encerradas dentro de nosotros. Para ello te recomiendo nuestro libro Cómo convertirte en un maestro de las emociones, por mucho que algunas de estas emociones nos resulten dolorosas tenemos que saber escucharlas y aceptar lo que nos enseñan. Solo así podremos dejar paso a nuevas emociones.
El problema de la mala gestión emocional es que mantenemos dentro de nosotros las emociones que no nos gustan, que nos suponen un problema. Se convierten entonces en emociones tóxicas. A veces esto ocurre por ignorarlas, por fingir que no existen. Mientras no les hagamos caso van a estar ahí, no van a desaparecer. Otras veces somos nosotros los que las mantenemos dentro sin dejarlas marchar y las alimentamos voluntaria o involuntariamente. Ocurre con el odio, la rabia, la frustración… Creemos que nos lo merecemos, no nos podemos perdonar y mantenemos dentro estas emociones. Es por ello que es básico saber darles salida.
La aceptación es el primero de los pasos que tienes que seguir para perdonar algo o a alguien, también a ti mismo. No aceptar algo es encadenarse a ello para siempre. Como decíamos en nuestro último artículo sobre este tema, tienes que aceptar que ha ocurrido. Negarlo no sirve para nada. La negación es algo normal, nos negamos a creer que algo haya ocurrido, pensamos que no puede ser, pero estamos pasando por ello, aunque nos duela reconocerlo, debemos entender que ha pasado por increíble que nos pareciera. Aceptarlo es el primer paso. Probablemente luego tendrás que aprender a vivir con ello, pero si no lo aceptas no vas a poder hacerlo.
Perdonarse a uno mismo puede ser muy complicado. Somos mucho más duros con nosotros mismos que con cualquier otra persona. Y no nos planteamos que las circunstancias en las que hicimos aquello que ahora no nos podemos perdonar eran distintas a las que de ahora.
Piensa que tú eras una persona diferente. Lo que ha ocurrido te ha enseñado algo que antes no sabías. Da igual si no puedes perdonarte por algo malo que has hecho o por no haber sabido gestionar algo que te hirió a ti. Es decir haya sido víctima o verdugo, lo que ocurrió pasó en circunstancias distintas a las actuales. Eso no quiere decir que tengas que justificar lo que hayas hecho, o dejado de hacer, sino que no puedes culparte por sentir ahora algo que antes no sabías que sentirías. Y si lo sabías no siempre podemos elegir, tal vez con lo que has aprendido durante este tiempo ahora no cometerías el mismo error pero tienes que aceptar que las cosas no eran como son ahora cuando todo pasó. Aprender a aceptarlo y aprende a vivir con tus nuevas circunstancias.
Asumir los propios errores implica, entre otras cosas, pedir perdón a las personas a las que hemos perjudicado y por supuesto tratar de remediar el daño, aunque lamentablemente en muchas ocasiones esto no es posible. Pero si has hecho algo por lo que tienes que perdonarte lo primero que tienes que hacer es asumir las consecuencias de tus actos y enfrentarte a ellas.
Solo haciendo eso podrás llegar a perdonarte. Cuando entiendas que ya no puedas hacer nada más por resarcir la situación, por asumir las consecuencias, cuando haya pedido perdón, te lo hayan dado o no, es el momento de entender que eras una persona diferente, que las circunstancias no eran las mismas y que si hubieras sabido lo que sabes ahora probablemente no lo habrías hecho. Todos tenemos derecho a equivocarnos, trata de aprender de tus errores y que por lo menos no se hayan cometido en vano.
Seguro que te sentirás mejor si te responsabilizas de que jamás vuelva a ocurrirte algo parecido. Aunque el pasado no se pueda borrar puedes asegurarte que el futuro sea limpio. Vive de acuerdo a tu conciencia y empieza una nueva página sin reproches, todos merecemos una segunda oportunidad. ¿Si te la dan los demás porqué no vas a dártela tú mismo?
Aprende a construir un nuevo horizonte basado en emociones que te hagan sentir cosas positivas. No te obligues a vivir resentido ni castigándote completamente. Quiérete a ti mismo y acepta que te equivocaste, pero que ya no lo volverás a hacer. Esfuérzate por ser mejor cada día ya que es la forma de no cometer errores y de vivir satisfecho, cada día cuando te acuestes piensa lo bien que has hecho las cosas. Tienes que convencerte a ti mismo el primero de que eres totalmente capaz de perdonar, de ser mejor y de empezar de nuevo.
Aprende a aceptar tus emociones y escúchalas, si están ahí es por algo. Cuando las escuches podrán dejar de estar presentes y darán lugar a nuevas emociones que seguro que resultan mucho más reconfortantes, pero para ello es básico que des salida a todo lo que te atormenta, que las reconozcas una a una y que te enfrentes a ellas. Para hacerlo te recomiendo nuestro libro Cómo convertirte en un maestro de las emociones,
debemos de perdonar nuestros errores pensando que no sabemos todo en la vida para hacer cualquier actividad tenemos que aprender a conocernos a nosotros mismos y de lo que somos capaces para manejar nuestras emociones positivas y negativas,confiar en nosotros mismos tener la seguridad de lograr nuestros objetivos yno permitir que nadie nos manipule ser fiel anuesros valores sacando dde cada experiencia una enseñanza para crecer como personas y madurar.