Razones para no gritar a tus hijos (2)

© A. Strakey

Ayer publicábamos la primera parte de este artículo con razones para no gritar a tus hijos. Espero que os esté resultando útil y que hayáis tenido tiempo para pensar en lo que decíamos.

Hoy os proponemos otra serie de razones para gritar a los hijos. No dejes de leer nuestro artículo de ayer si todavía no lo has hecho, reflexiona sobre lo que decimos y lo que te hacemos sentir. Esa sera una buena motivación para dejar de gritar a tus hijos, sentirte mejor.

Para no gritar, igual que para comportarse de forma sana en tus relaciones, sean con niños o con adultos, tienes que saber actuar con asertividad. Para ello re recomiendo nuestro curso Cómo ser asertivo, el cambio en tu vida puede empezar hoy mismo. Nunca es tarde para cambiar.

Evitarás que ellos sean los que maltratan

Muchas veces su frustración la liberan haciendo sentir mal a los que ellos consideran más débiles. Es lo que haces tú con ellos. En casa controlan la rabia pero cuando salen fuera se convierten en matones, si quieres evitar que tu hijo sea un acosador de compañeros de clase, o alguien que practica el bulling, tienes que tratarle con amor y respeto. Si eso es lo que recibe eso es lo que dará.

Por otro lado, no hace falta que disfruten acosando a los demás, pero es fácil que tengan una personalidad problemática, que se enfrenten a los problemas gritando y que se ganen reprimendas en el colegio, peleas con compañeros, enemistades… y de mayores problemas con sus propios hijos, problemas en el trabajo…

Gritar a tus hijos no es ofrecerles un buen futuro. No sabrán reaccionar ante los problemas con calma y seguridad. Gritar es una válvula de escape que no lleva a ninguna parte.

Adultos estresados y deprimidos

Se están llevando a cabo estudios neuronales que demuestran que los niños que han llorado de pequeños y que han sido sometidos a situaciones de mucho estrés de mayores son adultos problemáticos. Esto se llevó a cabo después de estudiar una serie de niños de los años 60 que habían sido entrenados para dormir sin la ayuda de sus padres. Estos métodos son muy habituales hoy en día, así que infórmate bien antes de practicarlos. Se trata de dejar llorar al niño hasta que se duerme agotado. Los métodos varían en los tiempos recomendados, lo que ya de por si pone en duda el propio método. El caso es que estos niños, de adultos son adultos con muchos problemas de depresión. Lo mismo ocurre con los niños a los que gritan. Si no quieres que tu hijo sea un adulto infeliz hazle feliz desde hoy mismo dejando de gritar.

© clappstar

Aumenta la cercanía con tus hijos.

Háblales en voz baja y podrás disfrutar de conversaciones mucho más relajadas, más tranquilas, con contacto físico. Este tipo de conversaciones son las que os acercarán, las que harán sentir a tus hijos que siempre estarás a su lado cuando les ocurra algo. Los gritos no hacen más que alejar a las personas. Aunque físicamente estén una junto a otra, cuando dos personas se gritan están poniendo barreras entre ellas. Por decirlo de algún modo sus corazones se están alejando. Si quieres que tus hijos sean cercanos a ti, evita gritarles. Háblales con cariño y ten paciencia con ellos.

Tus hijos siempre volverán a ti

Muchos hijos, conscientes del maltrato al que fueron sometidos de niños, guardan rencor hacia sus padres. Es posible que la relación de adultos siga tan viciada como cuando eran niños así que evitarán a sus padres lo máximo posible. Esto no quiere decir que corten toda relación contigo, aunque a veces pasa, sino que es mucho más fácil que tengáis una relación distante. Si de niños ya no fueron cercanos a ti, cómo lo van a ser ahora de adultos. No les hagas crecer con rencor ni necesidad de huir, puede que se marchen para no volver. Piensa que algún día se cansarán de que les grites.

Harán más caso, y más contentos

El cambio costará un poco ya que ellos están acostumbrados a que les grites para que te hagan caso, por lo que durante una temporada deberás prestar especial atención a conseguir que hagan las cosas sin gritar. Por ponerte un ejemplo, donde antes pegabas un grito cuando no bajaban del coche, ahora entrarás para ayudarles, sin tirones, con toda la paciencia del mundo. Pruébalo y verás que al final el tiempo que has empleado ha sido el mismo. Cuando gritabas ellos se molestaban, lloraban, te decían que no gritaras, que no salían… el grito no convertía el acto en automático. Mientras que ahora, que le has ayudado y le has dado su tiempo probablemente habrás gastado el mismo tiempo.

Lo mismo cuando ves que no llegáis a un sitio y ellos andan lentos por la calle, ir gritando solo favorecerá que lleguéis todos estresados y tarde. Es muy difícil que cambien su ritmo, son pequeños, tienen las piernas más cortas y a no ser que quieras que vayan corriendo no vas a conseguir, por mucho que grites, que vayan más rápido. Si quieres que corran, qué tal pedirles, sin gritar: hoy tenemos que correr un poco. Como cuando juegas a fútbol.

De todos modos dejar de gritar y esperar que tus hijos obedezcan contentos, sin gritos, implica tener más paciencia y dedicar más tiempo a hacer las cosas. Es posible que el nivel de estrés que llevas o la cantidad de cosas que intentas hacer sea incompatible con el ritmo de los niños. Renuncia a cosas, a veces podemos ganar tiempo simplemente dejando de contestar mensajes de amigos al teléfono mientras estamos con ellos. O dejando de ver la tele para simplemente charlar con ellos mientras cenan. Puedes aprovechar para hacer alguna tarea doméstica que facilite hablar con ellos, escucharles y adelantar trabajo. Planchar mientras hacen los deberes, doblar ropa o cocinar mientras cenan… o simplemente sentándote con ellos.

El cambio de ritmo proporcionará que dejes de gritar y cuando lo hagas tus hijos serán mucho más felices. Solo por eso ya vale la pena esforzarse.

Dejar de gritar no significa dejar de dar nuestra opinión sobre un tema, así que no dejes de entrenarte en asertividad para ser capaz de decir las cosas cuando toca y sin gritos. Te recomiendo nuestro curso en mp3  Cómo ser asertivo, lo llevarás a cualquier parte.

 

Una respuesta a «Razones para no gritar a tus hijos (2)»

  1. Estoy muy complacida con estos artículos sobre la acertividad y las relaciones con los hijos. Realmente me han ayudado mucho. Mil gracias.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *