Todos de niños hemos pasado una época en la que la vergüenza puede más que nosotros. Al principio, de pequeñitos no tenemos nada de vergüenza, pocos niños, algunos, lo son desde que nacen, pero en general es algo que desarrollan sobre los dos años. A esa edad ya diferenciamos perfectamente entre nuestra madre y el resto de la gente. Puede parecer raro si no has leído nunca sobre este tema, pero los niños más pequeños al principio no distinguen entre su madre y ellos mismos. Ven a su madre como una propia extensión de ellos, poco a poco se van dando cuenta de que ellos son uno, su madre es otra y fuera de este entorno hay un montón más de gente.
El niño va creciendo y desarrolla la timidez, que le protegerá y le ayudará a ganar tiempo antes de interactuar con desconocidos. A medida que el niño crece la timidez va desapareciendo para ser substituida por habilidades sociales y seguridad en uno mismo.
A pesar de ello, muchas personas son tímidas. No tiene nada de malo, yo las veo como personas que necesitan algo más de tiempo para coger confianza en un entorno y lanzarse a interactuar con los demás. En cierto modo les admiro puesto que yo soy todo lo contrario y me gustaría ser un poco más comedida o más observadora. El problema llega cuando la timidez es excesiva y llegamos a la edad adulta sin haber aprendido a gestionarla. Pero no todo está perdido, has llegado a adulto siendo demasiado tímido pero eso puede cambiar, empezando hoy mismo si sigues un entrenamiento adecuado en sociabilidad como nuestro curso Cómo superar la timidez y ser sociable.
Estoy segura que este curso te ayudará a superar tu timidez, pero no tengas prisa ya que no es algo que ocurra de un día para otro. La timidez y la inseguridad que sientes cuando te enfrentas a otras personas o a desconocidos o a hablar en público necesitan tiempo. Solo paso a paso, y por tanto poco a poco, serás capaz de conseguirlo.
Las metas que te tienes que fijar deben ser pequeñas. No te exijas demasiado, nadie cambia de un día para otro.
Mientras, puedes aprender a valorar qué tienes tú que no tengan los demás. Como te decía, no es que yo quiera ser una persona tímida, pero valoro mucho a las personas observadoras, sobretodo aquellas personas tímidas de entrada pero que son capaces de coger confianza con el tiempo.
Recuerdo durante una época, cuando conocí a unos de mis mejores amigos, cómo me sorprendía la actitud que tenía él. Eran, son, una pareja peculiar, ya que ella es de las que llega y arrasa y él parece tranquilo y pausado. En realidad no lo es solo que es muy pero muy observador y reservado.
Ella llega y se la ve y oye en todas partes, conoce a gente vaya donde vaya, siempre encuentra a alguien con quien hablar. Me sorprendió ya que yo soy una persona muy sociable pero jamás he llegado al extremo que llega ella. En cambio su marido es un tipo que parece un pasota. Llega, saluda, se sienta y no abre la boca en todo el rato.
Nos conocimos gracias a nuestros hijos y nos veíamos cada tarde en el mismo sitio mientras los peques jugaban. Él tardó meses en abrirse y decir más de una frase seguida. Pero una vez lo hizo ya no se calló.
Acostumbrado, tal vez, a su mujer que va haciendo «amigos» por todas partes él se ha ido volviendo prudente y reservado con el tiempo. No es un tio aburrido en absoluto pero necesita estar seguro de que tú vas a ser su amigo antes de lanzarse a hablar contigo, gastarte bromas o sincerarse.
Supongo que debe ver cómo pasan por su vida todo tipo de personas que son muy «amigas» de su mujer pero que no tienen trascendencia alguna en sus vidas.
Como decía me sorprendió favorablemente porque no tenía la pinta de ser tímido, lo oías hablar con ella o con gente a la que conocía y de tímido nada de nada. Jamás me sentí mal con él, me pareció que estar callado es algo muy complicado, siempre sentimos la obligación de llenar el silencio con palabras, aunque lo que digas no tenga la más mínima importancia.
Cuando por fin habló y dejamos de vernos en el parque para hacer otras cosas más propias de amigos me di cuenta que nos conocía a la perfección. En cambio nosotros sabíamos bien poco de esa persona. Él jugaba con una gran ventaja, y todavía me cayó mejor.
Un tipo listo, observador y prudente que no tiene nada que envidiar a su mujer que habla con todo el mundo pero que en realidad no conoce a nadie.
Lo que te quiero decir con todo esto es que ser tímido no tiene porque ser malo si sabes sacarle partido. La timidez excesiva en adultos está claro que no es una cosa buena ya que por el trabajo y la vida en general tenemos que relacionarnos constantemente con otras personas y la timidez excesiva no ayuda.
Pero ojo, ser tímido tiene, como ya has visto sus partes buenas. Por eso, mientras aprendes a ser más sociable y a dejar un poco de lado esta timidez te sugiero que prepares una lista de cosas buenas que tiene ahora tu personalidad y que no quieres perder.
Además puedes escribir las cosas que quieres obtener dejando de ser tímido en exceso. Por ejemplo puedes querer ser capaz de hablar en público pero sin dejar de ser capaz de observar a las nuevas personas que conoces. Siendo así te ahorrarás sorpresas y disgustos, ¿no te parece?
Estoy segura de que ser tímido tiene sus cosas buenas y de que tú eres capaz de encontrarlas. Las que no te gustan las cambiarás con nuestro curso, pero no dejes de valorarte y quererte tal como eres. Tener seguridad en uno mismo empieza por quererse y aceptarse tal como uno es. Siempre es mejorable, eso está claro, por eso te recomiendo nuestro curso Cómo superar la timidez y ser sociable que te ayudará a ganar confianza y en no ser excesivamente tímido. Pero si quieres puedes obtener los beneficios de ser algo tímido y una persona con habilidades sociales al mismo tiempo. ¡Es una suerte!
Me gusta el tema, es interesante, pues siempre hace bien leer para aprender a superar algunas pifias que queda en uno y además para ayudar a otras personas con las cuales una comparte.
Admiro Dómenec tu forma de ayudar, eres una gran persona, un verdadero apóstol de la sociedad. ¡Que Dios te regale lo más que necesites!¡Que tu salud sea cada día mejor!
¿Y cómo es posible que un hombre tan tímido tenga una mujer tan sociable? Eso no me cuadra, la verdad.
Se asocia erróneamente virtudes a la timidez. Es un inconveniente que no está relacionado con mayor capacidad de observación; hay tímidos de todo tipo: algunos son observadores; otros, no. Los hay dulces, pero también mal pensados y rencorosos. La timidez es, simplemente, miedo a los demás, y este miedo es compatible con cualesquiera rasgos de la personalidad.
Ser tímido tiene muy pocas cosas buenas, si es que tiene, que yo lo dudo. Lo mejor es acudir a un especialista lo antes posible. Hablamos, claro, de una timidez excesiva; si no es exagerada, no impide hacer una vida normal.