Me encontraba en mi casa del pueblo dónde vivía, tenía unos 16-17 años y estaba mirando: No es otra estúpida película americana. Lo que más me gustaba de esa película era la filosofía que tenía el protagonista sobre la vida, a parte de que era tremendamente graciosa.
Ahí agazapado en mi cama oí como pronunciaba: «Jane, me gusta ser directo, al pan pan, y al vino vino, lo que ves es lo que hay, no voy a enrollarme ni…» (lo gracioso de la escena es que está nervioso y suelta una parrafada)