Y cuando por fin llegas a la caja registradora, te cobran y firmas la factura, tu novia está a tu lado de mala leche. Pero tú piensas victorioso: "Ya es mía"
Y cuando por fin llegas a la caja registradora, te cobran y firmas la factura, tu novia está a tu lado de mala leche. Pero tú piensas victorioso: "Ya es mía"