La comunicación entre la pareja debe ser fluida, interesante y emotiva. Se debe dar cuando ambos las deseen, sin forzarla, tiene que ser desinteresada y fresca.
En realidad, los hombres son frágiles sentimentalmente, aunque no lo quieran demostrar. Son capaces de guardar situaciones por grandes periodos de tiempo sin olvidar, estas les agobian y hacen que su carácter se deforme.