En cuestiones de amor y relaciones, uno de los errores más comunes es creer que insistir, perseguir o reclamar atención se puede conseguir como pareja a alguien.
La realidad es muy diferente: cuanto más trates de forzar una situación, más te alejas de lo que deseas. Si realmente quieres que esa persona te busque y termine rogando por ti, deja de hacer lo de siempre y comienza a aplicar lo que de verdad funciona, aquí te lo enseño.
¿Por qué no funciona perseguir a alguien?
Cuando alguien no quiere estar contigo o simplemente no te corresponde, lo último que debes hacer es insistir. Ese impulso de buscar, reclamar o forzar conversaciones solo te lleva a un lugar: que te dejen en visto y cada vez te hablen menos. ¿Por qué sucede esto? Porque estás intentando forzar los sentimientos de alguien que no tiene la misma necesidad de contacto que tú.
Y no siempre es porque no le gustes lo suficiente —que también puede ser—, sino porque vivimos en un mundo donde conocer a nuevas personas es extremadamente fácil. Con solo abrir Instagram, cualquiera puede acceder a cientos de perfiles atractivos, lo que genera una visión irrealista sobre las relaciones y el amor.
La sobreestimulación de hoy en día
Hoy es más difícil enamorarse que hace 30 años. Antes, no existía esa sobrecarga de estímulos físicos y visuales que vemos a diario. Las expectativas eran más realistas. Ahora, las personas aspiran a ideales exagerados que no se ajustan a la realidad.
Por ejemplo, una mujer joven, sin trabajo, poco formada intelectualmente, puede tener en mente que solo aceptará a un hombre que mida más de 1,80 metros y gane cifras que apenas alcanza el 4% de la población masculina. Y lo mismo ocurre con hombres mediocres que solo buscan modelos espectaculares.
¿Qué provoca esto? Que la mayoría de la gente esté sola, frustrada y repitiendo frases como: “Es que nunca me hacen caso”. Pero la verdad es que no es que no es exactamente eso, es que siempre aspiras a algo totalmente irrealista y además no estás a la altura de eso que deseas. Por no decir nada de lo vacío y errado de tu deseo, que aunque lo consiguieses, no te haría feliz de verdad.
¿Por qué no te corresponde?
Todo ese discurso de “si no te habla es que no le interesas” es cierto, pero también es incompleto. Estamos expuestos constantemente a una visión del amor que no es real, y cuando nos enfrentamos a la realidad, es evidente que si un hombre mediocre busca una supermodelo, lo que va a pasar es que ella no querrá nada serio con él.
El ritmo de enamoramiento de la otra persona no es el mismo que el tuyo. Puede que ni siquiera esté enamorado o enamorada, y necesite más tiempo. Si aspiras a alguien de “alto valor”, debes adaptarte a sus tiempos. Alguien que está en otro nivel no se fijará en quien está por debajo. Y esto es algo que se repite mucho: mujeres bonitas que intentan conquistar a hombres que tienen cientos de opciones mejores y, por tanto, no las eligen.
No todos los hombres o mujeres son iguales, simplemente eliges siempre a quien no te va a corresponder.
¿Cuál es la solución?
Si quieres enamorar a ese tipo de personas que parecen inalcanzables, lo primero es adaptarte a sus tiempos y expectativas.
Normalmente, estas personas están interesadas en alguien que no eres tú y te mantienen ahí por comodidad. No puedes esperar que te den la misma prioridad que tú les das. Pero aquí entra en juego la psicología:
- Una cosa es lo que las personas creen que quieren,
- Y otra muy distinta de lo que realmente se enamoran.
Si basas toda tu estrategia en lo físico, atraerás solo por un tiempo. Pasado ese primer impacto, si no hay nada más detrás, perderás el interés de la otra persona.
Esto afecta especialmente a las mujeres, que suelen atraer inicialmente con su físico, pero si no hay una personalidad interesante detrás, la atracción desaparece rápido. Muchas mujeres jóvenes buscan hombres de alto valor sin ofrecer nada a cambio. Si solo aportas un físico, que además es fácilmente sustituible, ¿qué esperas que ocurra después?
No puedes basar tu valor en el físico y pretender que te lo den todo a cambio. Debe haber una personalidad detrás que invite a quedarse.
Deja de ser sustituible y empieza a ser irremplazable
Si tu única meta es que te inviten a cenar o te compren cosas, no estás ofreciendo nada que valga la pena. Y lo peor es que hoy en día, estas actitudes ni siquiera se limitan a mujeres muy atractivas, sino que lo hacen también mujeres “estándar” o con poco atractivo, exigiendo al mundo lo que no se han ganado.
Después, llega la queja: “No entiendo por qué pasan de mí”. Y la respuesta es sencilla: porque eres aburrido/a y no aportas casi nada más allá de lo superficial.
Empieza por tener citas más interesantes, que no se limiten a cenar o ir al cine. Haz planes diferentes, juega a los bolos, ve a un parque de atracciones, créale recuerdos inolvidables.
Además, mejora tus habilidades conversacionales. Aprende a hablar de temas que interesen a la otra persona. Sé alguien con quien merezca la pena pasar tiempo.
Y por último, adáptate al ritmo de la otra persona. Si solo te habla dos o tres veces por semana, no intentes forzar más contacto. Enfócate en llenar esos tiempos muertos mejorando tu vida, tu personalidad, tu carácter. Esto es un ejercicio de automejora, disciplina y control emocional. Si no logras esto, solo conseguirás agobiar a la otra persona y que finalmente pase de ti.
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