Nadie merece ser maltratado

Cuando has pasado una situación en la que alguien te maltrata, ya no hablo de maltrato físico, que ese es fácil de detectar. Si alguien te pega es algo que tienes claro. Puedes creer que lo mereces, ese ya es otro tema, pero nunca tendrás dudas sobre lo que está ocurriendo.

El problema es cuando nos maltratan de forma psicológica. Huelga decir que nadie merece ser maltratado, ni física ni psicológicamente. Pero cuando nos maltratan de forma psicológica lo más habitual es no ser conscientes de ello, creer que lo que pasa es culpa nuestra y que somos nosotros los que provocamos esa situación.

A menudo, tras una etapa en la que alguien te ha maltratado, tu autoestima queda tan minada que es muy posible que esa situación se repita una y otra vez. De alguna manera cuando estamos así, buscamos personalidades aparentemente fuertes, pero que en realidad no lo son sino que responden a la inseguridad en forma de maltrato. Una persona equilibrada jamás trataría mal a los demás.

No creas que justifico a los maltratadores, simplemente digo que no son tan fuertes como parecen y que su aparente seguridad y fortaleza lo que esconde es un miedo o una inseguridad.

Ellos, sin duda también necesitan como mínimo reforzar su autoestima, a parte de seguir un proceso largo de cambio de hábitos. Tú lo tienes mucho más fácil, solo necesitas reforzar tu autoestima para ver cuando te maltratan, por ello te recomiendo nuestro audio curso: cómo mejorar la autoestima.

Es básico, tanto para el maltratador como para el maltratado que sean conscientes de lo que hacen y de lo que son. La mayoría de maltratadores son totalmente conscientes de lo que hacen, podrían evitarlo si se lo propusieran, pero para ello deberían someterse a terapia y solucionar todos los problemas que tienen en su interior. Sin embargo el maltratado no siempre es consciente de lo que le ocurre.

No siempre te maltrata una pareja, puede que tus compañeros de trabajo o tus amigos te estén haciendo la cama. Habitualmente son personas que solas no serían capaces de  hacer lo que hacen en grupo. Cuando alguien te coge manía busca apoyos en el resto de la gente para llevar a cabo su propósito que no es otro que hacerte daño.

Los demás pueden elegir a la víctima o al agresor. Suele ser lo habitual que se elija formar parte del bando fuerte. Es más fácil y menos arriesgado. Si estamos con él no nos va a pasar nada. Cuantos más hay más sentimiento de razón tienen y más se envalentonan para hacértelo pasar mal.

Es posible que no te des cuenta de lo que te está pasando, puede que tu autoestima sea a estas alturas algo inexistente.

Pero nadie merece ser maltratado. Repito, nadie merece ser maltratado y tú no eres una excepción.

Cuando alguien pasa por una experiencia así y escapa de ella, por ejemplo, un abuso en el periodo escolar, que termina obviamente cuando dejamos el colegio y nos vamos al instituto o a la universidad.

Parece que ya lo has dejado atrás, y cuando empiezas a trabajar vuelve a ocurrirte. Pasas una temporada mal, finalmente cambias de trabajo pero llegas con pocas expectativas y muchas dudas… No vas a ser capaz

Pasa el tiempo y parece que es algo que tienes superado. No te gusta hablar del tema y vas con mucho cuidado con la gente de la que te rodeas. No te es fácil confiar en los demás,  que te han fallado muchas veces.

De vez en cuando tienes problemas con tus amigos. No terminas de creerte que hagan cosas por ti, siempre estás a la defensiva, en alerta. Te parece que en el fondo todos quieren reírse de ti otra vez.

Y un día, cuando menos te lo esperas, ¡zas! das con alguien, en el trabajo, en el grupo de amigos, tu pareja… que empieza a dudar de ti y a hacerte sentir poca cosa otra vez.

Te da argumentos constantemente: «esto no lo has hecho bien, se hacía justo al revés, si es que eres inútil» .

De ahí al  «no sirves para nada» hay un paso. Poco a poco se va convirtiendo en una costumbre y lo aceptas sin problemas. Tú ya lo sabías. Te pasó en el colegio o el instituto, te ha pasado varias veces en el trabajo, te pasa con tus amigos…

Siempre eres la persona que peor hace las cosas y a la que todo el mundo se siente con derecho a decírselo. De hecho tú eres la primera persona que no confía en si mismo y que suele decirle a los demás que no lo va a conseguir. Te pasa una vez y otra y crees que es lo que te mereces.

Pero no es así. En serio, no es así. Nadie merece ser maltratado. Si realmente eres tan patoso, tan incapaz, ¿no crees que deberían tratarte con algo más de cariño y paciencia? Si la culpa de lo que pasa es toda tuya, por tu manera de ser y tus pocas capacidades, ¿No crees que deberías rodearte de gente que te quisiera bien y tratara de ayudarte?

Pero no, ni tienes pocas capacidades ni los demás te tratan bien. Es fácil pensar que es culpa tuya y que te mereces lo que te pasa, pero en realidad lo que te pasa es que tienes un grave problema de autoestima. Grave de verdad. Te acercas al perfil de persona que maltrata como si fuera lo más normal del mundo. Lo aceptas como parte de tu vida y tu rutina. Te ha pasado ya demasiadas  veces para creer que es algo fortuito.

Y es que probablemente no conozcas nada más. No te lo mereces. Creas o no en tus posibilidades tienes que ver que nadie merece ser tratado de esta manera. Si te quisieran bien te apoyarían. Siempre. No crearían más dolor e inseguridad en ti. Sin duda necesitas un entrenamiento en fortalecer tu autoestima. Solo cuando aprendas a quererte y respetarte a ti mismo conseguirás que los demás lo hagan. Deja de ponerte excusas, no tienes lo que te mereces. Mereces mucho más, créetelo y COMPRA AHORA nuestro curso Cómo aumentar la autoestima con el que aprenderás a diferenciar rápido entre una crítica constructiva y un acoso o maltrato psicológico. Además te daremos las herramientas para solucionarlo y ayudarte a crecer como persona.