El enamoramiento se acaba

Nos decía un lector en un comentario que el enamoramiento se acaba, que es algo biológico. Por supuesto que sí. Cuando conocemos a alguien y nos enamoramos tienen lugar en nuestro cuerpo una serie de procesos químicos que ocurren a causa del enamoramiento.

Además hay una serie de síntomas físicos: el corazón que golpea mucho más deprisa nuestro pecho, la ansiedad, los nervios… Pero poco a poco con el tiempo eso se va pasando y ya no sentimos mariposas en el estómago cuando vamos a ver a la otra persona. No obstante, hay parejas que aguantan toda la vida juntos. ¿Están juntos sin estar enamorados?

Imagínate que tienes un sueño: ser cantante, o trabajar de actriz, o tal vez ser profesora. Da igual. Cuando estás trabajando para conseguir tu sueño lo idealizas, piensas que vas a ser feliz el resto de tu vida cuando lo consigas y que para ser feliz con eso bastará, sin esforzarte. Un día te dan el trabajo, eres feliz, todo te hace ilusión, los primeros días vas a trabajar con una mezcla de nervios, ilusión, miedo…

Y va pasando el tiempo y el trabajo soñado deja de ser una novedad. Dejas de sentir nervios y poco a poco la rutina empieza a formar parte de tu vida. Puede que descubras que en realidad ese trabajo no te gusta, que lo tenías idealizado, pero puede que te siga gustando y que vivas permanentemente con la sensación de que vives un sueño.

Con las parejas pasa un poco lo mismo. Conoces a alguien, te atrae mucho, si la otra persona siente el mismo interés por ti es probable que os encontréis, que coincidáis y que empecéis a salir juntos. Luego vas conociendo a fondo la personalidad de la otra persona. No siempre nos convence del todo alguien cuando le conocemos en profundidad. Pero en la mayoría de los casos el enamoramiento permite que pasemos por alto los defectos.

Poco a poco la relación con la otra persona se convierte en algo normal, es habitual y ya lo damos por hecho. Y pasan los años y seguimos junto a esa persona. Es difícil mantener las mariposas en el estómago como al principio. No diré que no te haga ilusión verla, ni que no tengas ganas de estar con tu pareja, pero no se te desboca el corazón cuando llega la hora en la que habéis quedado. Es algo físico, no podríamos vivir siempre con esa tensión en el cuerpo y en la cabeza.

Las sensaciones se van calmando y vamos cambiando la tensión del principio por confianza y una serie de cosas que solo tienen las parejas que llevan mucho tiempo juntos.

Algunas personas tienen una especie de necesidad de sentir la emoción del enamoramiento. En cuanto dejan de sentir esos nervios y esa tensión creen que ya no están bien con su pareja y se separan. Empiezan algo nuevo cada dos por tres.

No es que me parezca mal, lo entiendo perfectamente, una de las cosas que uno echa de menos cuando está en pareja es no volver a empezar nunca más. No sentir esos nervios, esa tensión, esa sonrisa tonta en la cara… Pero la vida es así, vas dejando cosas atrás para obtener otras que sin pasar por este camino no conocerías nunca. Para tener una confianza plena con alguien y la complicidad necesaria que te da el tiempo, se necesita precisamente eso: tiempo.

Me parecen súper correctas todas las formas de vida, tanto el que aspira a sentirse siempre en una montaña rusa de sentimientos y va cambiando de pareja para conseguir estímulos como el que siente que está bien con su pareja de toda la vida y sabe valorar lo que tiene.

Lo que no me parece bien es la gente que sigue con su pareja creyendo que no va a encontrar nada mejor y sin ser feliz. El conformismo no me gusta. Pero sentirse confortable junto a alguien me parece estupendo.

Lo normal es que las cosas se calmen, nos tranquilicemos un poco y vayamos avanzando por la vida de la mano. Lo bueno de tener pareja entre otras cosas es tener siempre a alguien con quien contar. Alguien que te apoyará, te escuchará, con quien te podrás reír… Para mi eso es lo grande de tener pareja. Poder poner la cabeza en el hombro de alguien y llorar sin tener que dar explicaciones sobre lo que te pasa. Tener una mirada de complicidad en un ambiente que no os gusta y poder escapar disimuladamente…

Todas estas cosas las trae el tiempo, la historia que tenéis juntos.

A medida que va pasando el tiempo, vamos creando un pasado conjunto, pero también es fácil que descuidemos a nuestra pareja, que demos por hecho que las cosas siempre van a ser así. Y eso es el mayor de los errores. No tenemos la obligación de estar en pareja para siempre, ni siquiera de querer a la otra persona. Puede que el enamoramiento del principio no dure para siempre, pero el amor y el respeto sí.

Si trabajas la relación día a día nadie te garantiza que funcione para siempre, pero qué es lo que tiene garantía de por vida. Ni siquiera las máquinas más precisas pueden garantizar eso. Siempre hay algo que puede fallar.

Así pues, no podemos dar por hecho nada con nuestras parejas. Nada. Tenemos que trabajar, quererlas y mimarlas como hacíamos el primer día.

Hay una serie de cosas que queman a muchas parejas y si tratamos de identificar qué es lo que molesta a nuestra pareja o dicho de otra manera cuáles son sus necesidades será más fácil mantenernos juntos para siempre. Yo no te lo garantizo, por supuesto. No se lo garantizo ni a mi pareja, con quien llevo ya media vida, pero creo que la única manera de mantener a la pareja feliz es trabajando y siendo conscientes de que la pareja es como una planta: necesita que la riegues, que la pongas a la luz y la alimentes.

Las parejas necesitan una serie de cosas, si le das a tu mujer o a tu marido, lo que necesita es probable que sigáis siempre bien. Aunque se crucen los tipos más guapos frente a ella. Quien la hace feliz eres tú, quien la conoce a fondo eres tú. Y el enamoramiento… todos lo sabemos, dura un par o tres de años. ¿No? Pues si tenéis una buena relación, si os divertís, si habláis, si hacéis el amor… Para qué cambiar todo eso por unos instantes de pasión? Si tu pareja no es capaz de ver eso, no sé… puede que sea una suerte y no sea la persona que te interesa.