Todas las parejas pasan por malas épocas. Quien te diga que no ha vivido eso es que miente o que todavía no ha llegado. Bien pocas son las parejas que no han pasado nunca por aquello que llamamos mala racha. Que no lo reconozcan o no lo hablen entre ellos no significa que, por lo menos uno de los dos miembros de la pareja, no tenga ese sentimiento de que algo no va bien.
Hoy quiero hablaros de cómo superar una mala racha de pareja. Las personas evolucionamos, las parejas también y a menudo es frecuente que nos tengamos que readaptar a la vida en pareja tras un cambio. Estos cambios llegan en forma de nuevos trabajos, por ejemplo, en forma de hijos o bien en forma de problemas de salud o crecimientos personales.
No somos iguales a los veinte años que a los cuarenta, por mucho que nos queremos mantener jóvenes y modernos. Eso no tiene nada que ver. A los cuarenta, te guste o no te guste, has vivido el doble que a los veinte. Y eso implica muchas cosas.
Aunque en esencia continuemos siendo la misma persona los acontecimientos y situaciones con las que nos hemos ido encontrando nos han ido moldeando y nos hemos ido adaptando. Lo habitual es que ambos miembros de la pareja vivan esa situación de forma natural y crezcan a la vez. Pero eso no siempre es así.
Hay diversos tipos de malas rachas, algunas son claramente temporales y ajenas a nuestra voluntad o poder de modificación, como una crisis económica o un problema de salud, pero siempre somos nosotros, de forma individual y en pareja, los que decidimos cómo vivimos y superamos esa época.
Al principio de la convivencia también suele haber muchos problemas. Por mucho que lleves años de novios con tu pareja y que hayáis pasado vacaciones y fines de semana juntos para aburrir, la convivencia es otra cosa. Y, la verdad, poco tiene que ver con eso.
Durante los primeros meses de convivencia, puede que no al principio sino pasado un tiempo, cuando todavía te descoloca más, empecéis a tener problemas de pareja y realmente os planteéis si habéis hecho bien yendo a vivir juntos o pasando por el altar. No siempre se pueden solucionar este tipo de problemas. A veces descubres cosas de tu pareja que no conocías y con las que no puedes convivir, por mucho amor que le tengas.
Pero la mayoría de problemas que se derivan de la convivencia son causados por el choque de caracteres, por la responsabilidad que implica llevar una casa y una economía familiar, por la falta de tiempo o el cansancio…
En la mayoría de malas rachas que puedas vivir el amor será básico para superarlas. Mientras haya amor, todo es posible, o casi todo. Aún y así hay ciertos límites que no debes transgredir y que no debes permitir que otros hagan. La violencia, sea en la forma que sea, es inaceptable. Si tu mala racha consiste en una pareja que te pega, te grita o te maltrata de alguna manera no lo vas a superar.
Lo que tienes que hacer, por mucho amor que haya es abandonar a esa persona. Immediatamente. El amor empieza por uno mismo y si no te respetas no conseguirás que nadie lo haga. Si quieres apoyar a esa persona puedes hacerlo pero ya no como pareja. Que no vivas con él y no quieras que te maltrate no significa que tengas que abandonarle. Pero eso dependerá de cómo acepte la otra persona la ruptura.
Ante todo no debes sentirte culpable. Por nada. Ni por haber elegido mal, ni por haber permitido que llegarais a este extremo ni siquiera por dejarle solo cuando más te necesita. Ellos siempre te dirán eso. Prometerán cambiar pero no lo harán. Ofrécele tu amistad si lo consideras necesario, pero por favor, empieza a pensar en ti misma en primer lugar.
Dejando de lado estos temas tan graves, una mala racha de pareja se puede superar siempre y cuando ambos pongan de su parte y tengan interés en hacerlo.
Vamos a ver qué pasos o qué elementos son imprescindibles para superar una mala racha de pareja.
En primer lugar es básico reconocer que se tienen problemas. No hablo de buscar culpables. Simplemente hay que tener constancia de cuál es la situación. Únicamente detectando los problemas seremos capaces de encontrar una solución. Esto es como ir al médico, si no saben lo que tienes no te pueden dar la medicación adecuada.
Para esta y cualquier etapa de la vida de la pareja es básico e imprescindible la comunicación. Sin comunicación no hay nada, solo dos personas viviendo de forma paralela en una misma casa. Puede que remen en la misma dirección pero eso no se puede dar por hecho. Para comunicarse hay que hablar y hay que escuchar.
Además de hablar y de escuchar tenemos que entendernos. No sirve de nada hablar en chino y que el otro escuche si no tiene ni idea de chino.
La comprensión es el resultado de la comunicación. El mensaje tiene que ser interpretado correctamente por la otra persona. Muchos de los problemas de pareja son debidos a una comunicación deficiente. No se trata de decirnos las cosas corriendo cuando coincidimos tomando un café en la cocina. O de mandar un SMS.
Si sientes que pasas una mala racha lo primero que tienes que hacer es hablarlo con tu pareja. Dedicad el tiempo necesario para contaros cómo estáis viviendo cada uno esta situación. En la mayoría de los casos tenemos claro lo que necesitamos para solucionarlo. Solo se trata de tener voluntad y ponerlo en marcha.
Siéntate a hablar con tu pareja y expón tus problemas. Escucha los suyos. Podéis esperar unos días para pensar en la conversación que habéis tenido y quedar para hablar de nuevo y proponer soluciones. No seáis ambiciosos. Pensad que es más importante hacer las cosas que tener una lista larga de cosas por hacer. De modo que id paso a paso, buscad problemas, pensad en las soluciones y una a una idlas aplicando a vuestra vida.
Para ello es básico y totalmente imprescindible que ambos miembros de la pareja tengan ganas de solucionar la situación, para ello es importante reconocer los problemas. No pierdas tiempo en culpas céntrate en soluciones.