Tener un hijo es una experiencia fantástica, pero lamentablemente para muchas parejas es el principio del fin. No es que todas lleguen al divorcio tras tener un hijo y no superar su llegada, pero la relación queda en un segundo plano y para cuando se quieren dar cuenta ya no tienen chispa.
Este es la razón de muchas infidelidades, de muchas parejas que no son felices pero que aguantan por los hijos. Una pareja puede tener una buena convivencia pero no funcionar como pareja. Ocurre cuando se han olvidado el uno del otro y se han centrado en el cuidado de los hijos.
Esto no es algo que afecte a todas las parejas puesto que hay muchas que ya lo tienen en cuenta y ponen solución y esfuerzo para que no les pase. Tampoco es algo que ocurra de la noche a la mañana ya que cuando recién tenemos un hijo nos sentimos como en una nube.
Es cierto que muchas mujeres sufren una depresión post parto, pero eso es algo que deben tratar los médicos y que afecta mucho a la pareja y a la familia en general si no se soluciona rápido.
El nacimiento del primer hijo por lo general, si todo ha salido bien, es causa de alegría. Ambos miembros de la pareja se enamoran del pequeño y no pueden dejar de mirarle, de tocarle, de cantarle…
Así que es muy habitual descubrir en la pareja facetas que no conocíamos: una ternura que no habíamos visto antes y el hecho de que junto a esa persona hayamos hecho lo más importante y mejor de nuestra vida hace que nos enamoremos de nuevo y que veamos a nuestra pareja con otros ojos.
Muchos han leído sobre problemas de pareja cuando tienes hijos y se sienten cómodos y confortables cuando ven que su pareja ha salido reforzada con la llegada del primer hijo.
Como decía, es normal y la crisis no se inicia de la noche a la mañana.
Criar a un hijo es muy difícil, al principio lloran, algunos pueden pasar noches enteras sin dejarnos dormir. Se ponen enfermos, crecen tienen rabietas, dan problemas en el colegio, no queremos que les falte de nada…
Un hijo son muchas obligaciones, muchas responsabilidades y es un trabajo realmente estresante que nunca te agradecen.
Y de repente ellos son la prioridad absoluta de vuestras vidas. Ropa nueva para ellos, excursiones para ellos, restaurantes familiares, vacaciones en familia… Y pasa el tiempo y un buen día te das cuenta de que hace meses, sino años que no sales a cenar a solas con tu pareja.
Os encontráis andando por la calle los dos solos, tal vez vayáis a comprar regalos para los niños, algo a lo que no os pueden acompañar y os dais cuenta que no recordáis cuando fue la última vez que pudisteis ir paseando por la calle, sin prisas, cogidos de la mano.
La comunicación es algo que también se complica ya que estar solos en casa o con calma para poder tener conversaciones de adultos es casi imposible. Una vez más, los protagonistas son los niños que ocupan todas las conversaciones de la familia y las que podáis tener a nivel de pareja. Habláis de ellos, planificáis el día, la semana, los exámenes… lo que sea. Y al final se hace de noche y no habéis comentado cómo os ha ido el día.
Y eso ocurre un día tras otro, semana tras semana… Seguís hablando pero vuestras conversaciones giran en torno a la rutina familiar, los niños y todo lo que les rodea y os olvidáis de miraros como pareja.
No nos engañemos, el sexo también es algo que cambia cuando tienes hijos. Ya no puedes ser igual de espontáneo, olvídate del sofá, de echar la siesta a media tarde, de despertarse especialmente cariñoso… Muchas parejas se encuentran haciendo el amor a horas intempestivas, con miedo a que les pillen los niños y deprisa y corriendo por miedo y cansancio.
Y eso también acaba pasando factura.
Muchas parejas acuerdan que se verán un día a solas, sin niños, una vez a la semana o una vez cada quince días por lo menos. Una noche de vez en cuando, pero siempre de forma habitual, se pueden quedar a dormir en casa de tíos, abuelos, amigos… Y la pareja, los padres, tener la noche libre para salir, o quedarse en casa.
Si no tienes familia cerca, cosa que dificulta poder dejar a los niños con otras personas puedes buscar algún amigo de confianza, alguien que tenga niños que se lleven bien con los tuyos. Un compañero de clase, tal vez. Acordad que un día os quedáis vosotros con sus hijos y otro día ellos con los vuestros, de este modo podréis salir de vez en cuando.
No hace falta gastar mucho para este tipo de citas, con hacer algo que no hagáis habitualmente será suficiente. Ir a dar un paseo es gratuito y ayuda a hablar y a intimar de nuevo.
Lo realmente imprescindible es que tengas la relación con tu pareja entre tus prioridades. Que te fijes un día cada cierto tiempo para salir de casa los dos solos, otro para estar en casa a solas, vale la pena que cuides vuestras relaciones sexuales, que son las que dan chispa a la relación…
Además como padres debéis intentar no discutir delante de los hijos. No meterles a ellos en vuestros problemas, que no se den cuenta de las cosas. Si un niño ve que su padre y madre tienen criterios diferentes respecto a cualquier cosa lo usarán para conseguir lo que quieren. A los niños hay que ponerles límites y educarles y eso se tiene que hacer desde el común acuerdo.
Es imprescindible que los dos progenitores vayan al unísono o los pequeños se confundirían y crecerían sin límites ni modelos a seguir. Los niños necesitan seguridad y esta la obtienen mediante los limites y la seguridad que transmiten sus padres, si cada uno le dice una cosa diferente se creará un conflicto interno que puede resolverse en no hacer caso a ninguno.
No descuides tu pareja por haber tenido hijos, ten claro que el tiempo pasa muy deprisa y que para cuando quieras darte cuenta han pasado varios años… tiempo suficiente como para matar la pasión de cualquiera.
Lo acabo de leer ojala me sirva de algo pues tengo algunos problemas en casa
es cierto cuando ay niños y más chiquitos todo es diferente Ya no es igual