Hoy vamos a hablar de asertividad, que hace días que no lo hacemos. La asertividad es una forma de comunicación que queda a medio camino entre la agresividad y la pasividad. Es decir, que no consiste en callarse y no decir nada ni en decir las cosas de cualquier manera, básicamente gritando y de mala formas. La asertividad es la forma más recomendada para comunicarte y relacionarte con los demás. No solo porque tu relación con los demás estará basada en el respeto y se dará en términos agradables y nunca ofensivos sino también porque estarás defendiendo tus derechos, trabajado en favor de tus emociones y para vivir acorde a lo que piensas y sientes.
Asertividad significa vivir y comunicarse con respeto porque respetar a los demás implica que tienes que hablar sin agresividad, no temerás decir las cosas para no iniciar una discusión sino que tendrás la capacidad de hablar sin ofender. Hay muchas cosas que se puede decir de forma natural y que no molestarán al otro y las mismas cosas las puedes decir de forma agresiva, poco diplomática, con un tono de voz desagradable o con poca educación. Para mucha gente que no pretende ser agresiva, tener que llamar la atención a otro es algo violento y aunque no lo pretendan su modo de comunicarse es agresivo.
El simple hecho de tener que decir algo que no les gusta ya les pone en una actitud defensiva que se traslada a lo que dicen y a cómo lo dicen. La asertividad es un entrenamiento. Son habilidades que vas adquiriendo poco a poco y que acaban permitiéndote vivir de una forma totalmente diferente porque no solo vas a cambiar tu forma de relacionarte con los demás sino que también vas a cambiar la forma de ver al resto de la gente o de pensar sobre ellos. Tu percepción de la vida cambiará cuando tú cambies para ser una persona asertiva. Puedes cambiar tu forma de ver la vida y de relacionarte con los demás en nuestro audio curso
Cómo ser asertivo
Hoy queremos centrarnos en la asertividad en el trabajo, concretamente con tu jefe. ¿Quién no ha tenido malos rollos con el jefe cuanto te pide que hagas horas extras o te encarga un trabajo que se escapa de tus responsabilidades?
Te proponemos unas cuantas técnicas para poder hablar con tu jefe de lo que necesites, como pedir un aumento de sueldo o decirle que no vas a quedarte a trabajar dos horas extras cada día.
No te andes con rodeos
Ve al grano. Prepara tu mensaje y sé claro y conciso. Educado, claro está, pero limítate a dar la información necesaria. A menudo intentamos disimular lo que estamos diciendo dando un rodeo para que lo que hemos comunicado no parezca tan brusco y en realidad lo que estamos haciendo es esconder el mensaje de forma que no queda claro. Nuestro consejo es que vayas directo al grano con un mensaje bien estructurado y claro.
No le quites importancia
Un poco en la linea de lo anterior en el que te recomendaba que no disfrazaras el mensaje ue quieres dar, tampoco le quites importancia. Tus preocupaciones son preocupaciones para ti, tus necesidades son importantes, tus opiniones también lo son, así que decir lo que quieres decir como quitándole importancia, no resulta.
Has dicho lo que querías pero también has dicho que no tenía importancia así que tu jefe, que va a mirar por los intereses de la empresa, entenderá que te da igual y hará lo que él considere necesario. Podría haber sido diferente si no hubiera pensado que te daba igual.
Habla en primera persona
Para no tener conversaciones violentas lo que te recomiendo es que hables siempre de ti. No les digas a los demás lo que tienen que hacer, y mucho menos a tu jefe. No le digas: no me puedes pedir que me quede horas extra, sino que le tienes que decir “no puedo quedarme más rato” o “no puedo rendir bien si trabajo tantas horas al día y no descanso o no veo a la familia”. Habla siempre desde tu circunstancia y desde tu punto de vista. No adoctrines. No le digas a nadie lo que tiene que creer, ni siquiera lo que crees tú. Céntrate en lo que sientes y las emociones que tienes en cada momento.
Aplaza lo que no puedas afrontar
Uno de los problemas habituales es que nos presionan para que tomemos una decisión que no queremos tomar en ese momento y no queremos decir que no. O cuando nos chillan y la conversación se pone tensa. Lo mejor en estos casos es que tomes distancia y aplaces la situación para otro momento.
Igual que harías en una discusión de pareja, cuando la conversación ha llegado a un límite del que no puedes salir y la asertividad se ha perdido por el camino, lo mejores hacer un tiempo muerto.
Si tu jefe te exige una respuesta dile que te lo tienes que pensar. Con eso ya estás ganando tiempo para organizar tu respuesta de forma asertiva y además él, o ella, ya está pensando que si te lo tienes que pensar es que no tienes claro que le vayas a decir que sí, dicho de otra forma: estará preparado para el “no”.
No tienes que tener conversaciones que no quieres tener y si te sientes presionado, puedes decir “te contesto por la tarde”, “te digo algo mañana” “deja que me lo piense”.
Cuando la conversación se pone tensa pídele dejarla para otro rato. Como en el punto anterior no hables de la otra persona, habla de ti. Dile algo parecido a “ahora no me veo preparada para tener esta conversación, prefiero que la retomemos en otro momento de forma más relajada”.
La asertividad te cambiará en todo, en tu forma de relacionarte con los demás, con tu jefe incluido. Con tus compañeros de trabajo también te puedes relacionar mejor, con la familia, con los desconocidos, no permitirás que nadie se propase contigo y no temerás meterte en discusiones por tu forma de decir las cosas. Pega un giro a tu vida entrenándote en asertividad gracias a nuestro curso Cómo ser asertivo.
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